Hasta 12 meses de espera para ver al psicólogo por el SERGAS, alerta el Colexio Oficial

Este 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha adecuada para recordar la importancia de dotar de cobertura sanitaria a todas las personas que sufren dolencias de este tipo, de las que sabemos poco pero que resultan cada vez más comunes y que aparecen en edades más tempranas. Con motivo de este día, desde el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG) han elaborado un informe detallado sobre “las dificultades para hacer efectivo tal derecho entre la población gallega” al acceso a una atención a la salud mental. 
 

Este “derecho universal”, como recuerda el lema escogido este año por la OMS, tiene muchas deficiencias en nuestra comunidad, tal y como constata la entidad colegial. En ese sentido, inciden en que en la comunidad “no se cumple el derecho humano de atender a la salud mental” a través de tratamientos psicológicos accesibles, imprescindibles para “una buena salud mental” de “la ciudadanía gallega”. 

LA SALUD MENTAL POST-PANDEMIA

“Estamos viviendo un contexto social con una elevada presión sobre las personas, como una sostenida inflación y la consecuente subida de los costes de la vida; o las consecuencias psicológicas y de salud de la post-pandemia. Unas condiciones que pueden propiciar un incremento del sufrimiento y que se pueda desarrollar un trastorno psicológico”, esgrimen.
 

De hecho, desde el gremio admiten que las consultas privadas son caras y en ocasiones prohibitivas para algunos bolsillos, por lo que lo ideal sería una cobertura gratuita en el sistema público, pero también esto debe venir acompañado de “condiciones laborales no precarias” o el acceso a “una vivienda digna”, aspectos que tiene que ser atendidos por las administraciones. 

No obstante, hay muchos condicionantes que pueden provocar la aparición de dolencias que sean una merma para nuestra salud mental en episodios que pueden ser reconducidos con la ayuda de profesionales capaces de aportar las herramientas necesarias para hacer frente a estas dificultades. Sin embargo, muchas personas no pueden hacer frente a las interminables listas de espera del SERGAS.

Así, según los datos del COPG, el ‘Plan de Saúde Mental’ aprobado por la Xunta es insuficiente para el contexto actual. En esa línea, demandan una “reflexión profunda y seria sobre el modelo”, empezando por una “mejora de la accesibilidad”, “la apuesta real por la prevención” o “ampliar la asistencia con intervenciones grupales”. 
 

UNOS RATIOS MUY BAJOS

Según los datos del SERGAS, el área de Ferrol es la que cuenta con un mejor ratio de Psicólogo Clínico por cada 100.000 habitantes, con una media de 7,1. La realidad es que en toda el área sanitaria ferrolana son solo 13 profesionales. El peor ratio lo encontramos en Pontevedra, con un escueto 3,98, con solo una docena de profesionales. Vigo y Santiago, con 29 y 27 respectivamente, son las áreas que cuentan con más número de facultativos, pero sus ratios no alcanzan el 6 en ninguno de los casos.
 

En total, la comunidad cuenta con 141 especialistas, con un ratio del 5,2 en una muestra de lo que el Colexio entiende como “desigualdades” para el acceso dentro de la misma comunidad. De esta manera, tachan a los recursos disponibles de estar “lejos del mínimo exigible”, establecido en un ratio de 12 por 100.000 habitantes. Galicia tendría que doblar sus recursos hoy para una correcta atención. 
 

UN AÑO ESPERANDO POR UNA CONSULTA

Ante este panorama, la falta de profesionales provoca unos “tiempos de espera inasumibles” para una atención a la salud mental que tenga “un mínimo de calidad y que pretenda ser eficaz”. 
 

Sin datos de cuál es la situación real en el área sanitaria de A Coruña y sin poder acceder a datos de otras áreas, el COPG establece que en Ferrol la población adulta espera unos 2 meses por una consulta en la especialidad de Psicología Clínica, pero en Santiago la espera es de hasta 12 meses, igual que en Lugo, que oscila entre los 6 meses y el año, similar a Vigo, con un horquilla que va desde los 5 meses hasta los 12, mientras que en Pontevedra puede ser de 2 meses o hasta el año. 
 

En Ourense la primera consulta tarda unos 7 meses, pero para la siguiente cita hay que esperar medio año. Un panorama similar al que encontramos en Lugo, donde las citas siguientes se dispensan entre 3 y 5 meses de espera. En Vigo la diferencia para el seguimiento puede ser de 2 a 9 meses, mientras que en Pontevedra encontramos la distancia entre los 4 y los 7 meses. De A Coruña, Ferrol y Santiago no se tienen datos para el tiempo de espera posterior a la primera consulta. 
 

Si atendemos a los datos para la atención a la población infanto-juvenil, en Santiago el tiempo de espera es de 5 meses, mientras que en Vigo y Ourense puede alcanzar los 6 meses de espera para la primera consulta. Una segunda consulta en Vigo en este rango de edad puede demorarse hasta los 11 meses, lejos del mes de espera que puede darse en Santiago en el mejor de los casos -5 meses en el supuesto menos alentador-. De las áreas de Pontevedra, Ferrol y A Coruña no se tienen datos estadísticos en este sentido. 
 

CASI UNO DE CADA TRES GALLEGOS SE MEDICAN

Con estos tiempos de espera “lo más habitual es que muchos y muchas pacientes no puedan ser atendidos ni siquiera tres veces en un año”. “Esto implica que es muy difícil poder realizar un tratamiento psicológico que sea eficaz, lo que favorece la cronificación y mismo el agravamiento de los trastornos mentales”, refieren desde el Colexio, algo que hacen extensible a la atención que reciben los más jóvenes. 
 

Por otra banda, la falta de profesionales viene de la mano de un consumo excesivo de psicofármacos: casi 800.000 personas toman a diario algún tipo de medicamento, prácticamente un tercio de la población. “La dificultad para acceder a la atención psicológica implica una vulneración de los derechos de la ciudadanía cuando la necesidad queda evidenciada tanto en el consumo de fármacos como en los tiempos de las listas de espera”, reprenden desde el organismo. 

“La experiencia de la psicología en la Atención Primaria está ofreciendo resultados muy positivos, por lo que es urgente que se garantice este derecho con independencia del ayuntamiento en el que se viva, extendiendo estos dispositivos por todo el territorio en el primer nivel de asistencia sanitaria. Asimismo, la incorporación de la psicología en todos los centros educativos sería la mejor manera de prevenir trastornos de salud mental en la infancia y en la adolescencia: más de 20.000 niños y niñas de menos de 15 años toman psicofármacos para la ansiedad o la depresión en Galicia, que es la autonomía con más consumidores de ansiolíticos en esta franja de edad de entre aquellas que ofrecen datos”, concluye el informe del COPG.