14 personas han muerto en la calle o en infraviviendas en Vigo este año, denuncian Os Ninguéns

"Los compañeros fallecidos rondaban, salvo excepciones, 3 o 4 al año, lo cual es igualmente muy grave. En el 2022 no nos consta ninguna muerte de autorizada publicación. Pero este año, sólo desde el verano hasta noviembre, llevamos 14. Es el más dramático desde que funcionamos como colectivo hace más de ocho años". Así responde Carla Leiras, del colectivo Os Niguéns al ser preguntada si han notado un alza en el fallecimiento de personas vulnerables en Vigo este año.

Unas cifras que, por terrible que puedan parecer, probablemente sean mayores dado que, según esta asociación, no hay censo de personas sin hogar. 

La falta de un censo que permita hacerles un seguimiento no es, ni de lejos, el problema más grave. En su opinión, la raíz de esta lacra es que no hay ninguna alternativa habitacional para personas vulnerables en situaciones de emergencia.

Es un problema que se arrastra hace años y que ahora está de máxima actualidad, tras la tragedia del edificio de Alfonso X. Allí moraban tres menores que murieron en un incendio. El Ayuntamiento sabía hace años que el predio era inseguro y los servicios sociales sabían que allí vivían menores.

El municipio alega que hace años le pidió a la Xunta una vivienda de emergencia para esta familia gitana, pero que la Administración Autonómica dijo que no había disponibles. Una acusación que desató un cruce de reproches entre Xunta y Ayuntamiento de Vigo, guerra política que todavía continúa 

¿Quién es el responsable de situaciones así, la administración local o la Comunidad Autónoma? "Ambos tienen competencias", responde la activista. Leiras cita la Ley de Bases de Régimen Local, que indica que es competencia municipal la "promoción y gestión de la vivienda de protección pública con criterios de sostenibilidad financiera". También cita al Estatuto de Autonomía, que le reconoce a la Xunta  competencias “exclusivas” en vivienda.

ALBERGUES, UN PARCHE TEMPORAL

Otro de los factores que explica la mortandad de personas vulnerables en Vigo es la insuficiente protección que ofrecen los dos albergues financiados con dinero público que hay en la ciudad, el Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social (CIIES) del Ayuntamiento de Vigo  y el albergue de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, de Teis.

Os Ninguéns reconocen que las instalaciones del CIIES tienen una calidad adecuada pero ponen en el foco en la estancia máxima permitida, que es de entre 10 y 15 días.  Algo que imposibilita que el centro de Basterra sea una alternativa realista para las personas que necesitan una solución a medio plazo, lo que los empuja a buscar alternativas, como predios ocupados o infraviviendas. Alternativas que por muy precarias que sean al menos les ofrecen un lugar estable donde guardar sus pertenencias. Lo mismo sucede con el albergue religioso de Teis,  a donde se envían a las personas cuando no hay sitio en el recinto público.

Además de "aumentar significativamente" la "ridícula" capacidad del albergue público, 70 plazas, los activistas reclaman la puesta en marcha de una nueva política, conocida por el anglicismo housing first. Busca que lo prioritario sea encontrar una vivienda digna y estable para estas personas y después abordar el papeleo y las intervenciones sociales. "Esto venía recogido y prometido por el último plan de vivienda de la Xunta pero nunca se llegó a materializar en Vigo", se queja Carla, que señala que aún hoy el housing first está contemplado en el documento aún vigente en la web de la Consellería de Política Social de la Xunta.

VIVIENDAS PÚBLICAS DE ALQUILERES BARATOS

Como los albergues, por su propia naturaleza temporal, no pueden ser una solución estable, desde la Asociación reclaman ya un convenio entre Xunta y Concello para lograr un parque de alquiler social, con unos precios asequibles para los expulsados de los precios del mercado libre, las personas más precarias. ¿Qué precio? Un arco entre 80 y 100 euros al mes sería una posibilidad, indican.

La precariedad habitacional alcanza no solo a las personas sin ingresos. Son muchos los trabajadores precarios que, dada el alza de precios en la ciudad, no pueden pagar lo que se pide por una habitación en el inflado mercado del alquiler. Esto ha impulsado la aparición de lo que el colectivo Rede tilda de "mafia", un grupo de empresarios locales que se aprovecha de la situación para ofrecer infraviviendas en condiciones insalubres y, a veces, peligrosas, como prueban los dos edificios desalojados en Fisterra. Cuando iban a vaciar uno de ellos, la Policía Local encontró un hombre muerto en el baño común.

Además, es habitual que los caseros reclamen garantías como una fianza o la prueba de una nómina antes de firmar un contrato. Son exigencias que no pueden cumplir ni las personas sin hogar ni muchos vigueses que subsisten con ayudas como  RISGA , pensiones no nontributivas, ingreso mínimo vital o prestación por desempleo de poca cuantía. 

Ante esta carrera de obstáculos, en otras ciudades las personas con bajos ingresos suelen recurrir, sobre todo en invierno, a hostales baratos. Desde Os Ninguéns señala que esto no es posible en la ciudad en Navidad, dado que la avalancha de turistas por las luces de Navidad de Vigo encarece mucho toda la oferta hostelera, también la más barata.

Los periodistas también son objeto de crítica por parte de la activista al hilo de la última muerte. Leiras recuerda que no viene a cuento incluir en las noticias la presunta adicción a las drogas. del fallecido, s etnia del o su de origen. Hay que recordar que colectivos como Sociedad Gitana Española han denunciado que los romanís tienen especial dificultad para lograr un alquiler, por el racismo que pervive en la sociedad.

La ciudad enfrenta una crisis de vivienda con un aumento del 6% en los alquileres

En un contexto de leve crecimiento económico, Vigo es una de las ciudades que se enfrenta a una situación de alta tensión en su mercado de alquiler. Los precios medios de arrendamiento han experimentado un aumento significativo, del 6% en el último año, llegando a los 9,4 euros por metro cuadrado en octubre de 2023, generando preocupación entre los residentes.  Los salarios han crecido un  2,9% respecto al año anterior, según el INE. Por lo tanto, cada vez hay menos trabajadores capaces de afrontar un alquiler.

Este incremento se atribuye a múltiples factores. Por ejemplo, el encarecimiento de la venta de las propiedades y de los créditos impulsados ha empujado muchas personas a considerar el alquiler como una opción más asequible que la compra.

En contraste, la oferta de alquiler en Vigo se encuentra en niveles alarmantemente bajos. La falta de construcción de nuevas viviendas en los últimos años tras la crisis del ladrillo ha contribuido a la escasez de opciones habitacionales disponibles para los inquilinos.

Un tercer factor que influye en esta crisis es la inflación. El aumento del costo de vida ha llevado a los propietarios a aumentar las tarifas de alquiler para hacer frente a sus propios gastos, añadiendo presión adicional a los bolsillos de los inquilinos.  En el corto plazo, las perspectivas no muestran signos de alivio del mercado del alquiler, pues los motivos que lo impulsaron siguen vigentes.