A este ritmo, Abel Caballero encenderá las luces de Navidad en bermudas y desde Samil. Y podrá hacerlo metido en el agua, porque la temperatura del Atlántico en octubre roza los 25ºC.
La letrilla satírica del poeta culteranista del Siglo de Oro español no atañe a los peligros del sobrecalentamiento planetario.