Es lógico si tenemos en cuenta que las presidenciales se celebran simultáneamente en un ambiente dominado por el rechazo al sistema político francés (más que el europeo) y un creciente euroescepticismo (con un 33% de los franceses que desean reducir los poderes de la UE).
¿Es Emmanuel Macron, aspirante a la presidencia de Francia en las próximas elecciones del 23 de abril y, eventualmente, el 7 de mayo, la “gran esperanza blanca” en el país galo?