La política de la Xunta enfocada en la extinción y no tanto en la prevención es, para muchos, una forma de alimentar a la denominada 'industria del fuego'. El desorden imperante con plantaciones de eucalipto en espacios prohibidos para esta especie, la falta de limpieza y cuidado del monte y una ausencia de políticas alternativas a la forestal hacen que el monte gallego se convierta, según los contrarios a las políticas de extinción, en un “negocio”