​Universitarias lanzan clases de autodefensa contra acosadores

“Clase de autodefensa feminista (non mixta)”. Así se anuncia la primera clase de Campus do Medo, una iniciativa lanzada por jóvenes en Santiago de Compostela ante “la necesidad de mecanismos de autodefensa para protegernos de las violencias que sufrimos las estudiantes por culpa de la falta de seguridad en los campus”.

Para la primera clase ya hay unas 40 chicas apuntadas y unas 170 que demostraron interés, según la convocatoria en redes sociales. Será este martes a las 21:00 horas en el Colegio Mayor Fonseca de la Universidad de Santiago.

La iniciativa feminista “Campus do Medo” muestra una actitud y una estética renovadora y desafiante, por ejemplo en su vídeo de presentación:

Busca “dar a conocer la inseguridad que nos rodea todos los días en nuestros espacios y las formas de autodefensa que esta situación nos fuerza a adoptar”. Las promotoras argumentan que “no podemos seguir normalizando una situación que altera nuestras rutinas, que nos obliga a ser valientes antes de ser libres” y prometen no detenerse hasta que “garanticemos la seguridad de todas las mujeres en el campus de Compostela”.

¿Hay tal grado de acoso sexual en la calle que las mujeres tienen que recurrir a iniciativas de este tipo? Opiniones particulares al margen, un dato objetivo es que la hemeroteca recoge numerosas agresiones sexuales en la zona, con un detenido el último verano. Además, el Mapa do Medo recoge ya docenas de relatos de chicas con malas experiencias también en el Campus Sur de la USC y su entorno.

Algunos de los relatos sobre el Campus ponen los pelos de punta. Por ejemplo, una usuaria escribió que “ volvía caminando por el callejón que une la Facultad de Psicología con la Universidad de Farmacia. Yo iba sola, pensando en los exámenes, cuando un hombre comenzó a caminar detrás de mí. Como siempre, sientes un poco de miedo cuando en un lugar donde no hay más personas, alguien camina detrás y especialmente se es un hombre. Hice que hablaba por el teléfono, sabiendo que no tenía batería. De pronto el hombre me adelantó y desapareció. Pensé que había marchado y que era yo la que estaba paranoica. Sin embargo, después de caminar unos metros, giré la cabeza y lo encontré metido en la parte trasera de un edificio, creo que era de la Universidad de Biología. Me estaba esperando escondido en la esquina de una pared, con los pantalones bajados y masturbándose. Comencé a correr hasta la Universidad de Farmacia, allí me encontré con más gente. Al llegar la casa tenía el estómago revuelto y no paraba de llorar. Por desgracia, no lo denuncié, acababa de llegar a la universidad y estaba muerta de miedo”.

El Mapa do Medo es una premiada iniciativa donde las internautas pueden relatar y geolocalizar lugares donde sufrieron episodios de acoso.