​El Deportivo de La Coruña se debate entre la ilusión y el sentidiño

Las seis victorias seguidas del Deportivo de Fernando Vázquez han sacado al equipo del pozo, pero muchos aficionado se han aventurado a echar cuentas para meter a su equipo en puestos de playoff.

El Dépor encadena seis partidos seguidos ganando

El Deportivo de La Coruña ha demostrado algo que, hasta hace un mes, parecía imposible: ha demostrado que sí se puede. Los vientos de cambio con los que vino Fernando Vázquez han insuflado vida a un equipo que parecía muerto y enterrado. Como si del doctor Frankenstein se tratase, el técnico gallego ha devuelto de ultratumba a un equipo inerte y abocado a la desaparición si se lo tragaban las aguas de Segunda B. Lejos queda el farolillo rojo que ocupó durante once jornadas seguidas y que ahora tiene a diez puntos de distancia. Pero ahora, que en Riazor empiezan a entonar el 'sí se puede' con la vista puesta en los playoff, bien haría la afición deportivista en no caer en los errores del pasado y volver a la cabeza fría y el sentidiño con el que salieron del pozo.

RENACIDO

Con un record envidiable en Segunda División (ningún equipo de la división de plata puede presumir en este momento de las seis victorias seguidas del cuadro herculino), el equipo blanquiazul ha logrado afianzarse en su juego y mismo imprimir un sello propio a sus partidos: el Dépor no domina ni juega bonito; el Dépor espera, aguanta y golpea.

Desde el 20 de diciembre, fecha en la que se impuso al Tenerife -primera y última victoria de Luis César- los coruñeses se han movido entre el 2-1, 0-1 y 1-0, sin ser capaz de vivir un solo partido tranquilo. Con todo, la eficacia que faltó en la primera vuelta, sí parece acompañar a este equipo renacido, que está resultando ser uno de los más sólidos en defensa de toda la liga, algo que parecía impensable con un equipo muy frágil en la retaguardia.

Además, el Deportivo aprovechó enero para hacer limpia: salió Carmelo del Pozo y llegó Barral, y junto con Carmelo salieron algunas de sus joyas, que nunca dieron el nivel esperado en Riazor. Jugadores como Samuele Longo o Lampropoulos salieron del equipo por la puerta de atrás el último día de mercado, mientras que Jovanovic y Beto se fueron por donde llegaron el pasado verano. Con todo, las salidas no bastaron para desbloquear operaciones como la de Borges o la de Insua, que prometían ser la puntilla al proyecto de Vázquez. Sí llegó Keko, que si recupera el nivel ofrecido en Albacete o Eibar puede ser un jugador que decida partidos en esta categoría.

LA LECHERA BLANQUIAZUL                                       

Con una plantilla seminueva y jugadores como Gaku, Aketxe o Peru recuperados para la causa, en Riazor tienen motivos más que de sobra para mirar a lo que queda de curso con optimismo, pero no debería caer en el engaño de pensar que está en la pelea por un puesto en la zona noble. Las cuentas de Vázquez son claras: faltan siete victorias en los dieciséis partidos que quedan. Sumar 21 puntos daría al equipo gallego la tranquilidad necesaria para no tener sobresaltos.

No obstante, aunque las cuentas de la grada señalan que son ocho los puntos de distancia con el playoff, la realidad es que hay nueve equipos por delante del Dépor por ese objetivo, mientras que el descenso está a solo dos con equipos como Tenerife u Oviedo apretando por conquistar la plaza de los blanquiazules. Una vez hecho suyo el grito de 'sí se puede', Riazor debe acostumbrarse al 'partido a partido'. Siete victorias más y podemos empezar a hablar de la Champions si hace falta. Pero, hasta entonces, que el Dépor no aleje la vista del retrovisor. Ilusión pero con sentidiño.