​Inés Arrimadas devuelve al centro a Ciudadanos

Dice un refrán popular que “rectificar es de sabios” y habría que añadir también que de gente responsable. La rectificación en su línea de actuación que ha realizado Ciudadanos desde que se hizo cargo de la dirección del mismo, Inés Arrimadas, le está sirviendo para volver de nuevo al centro, del que nunca se debió marchar. Es necesario un partido de centro que sirva de bisagra a derecha e izquierda, y que puede llegar a gobernar si los ciudadanos les votan.

Inés Arrimadas, está dando un giro a Ciudadanos después de la marcha de Albert Rivera tras el fracaso en las pasadas elecciones generales que le hizo perder un buen número de diputados. Su prepotencia manifiesta y su inclinación a la derecha, dejando huérfano el centro que tan buenos resultados le había proporcionado en el pasado, se suma además que el triunfo rápido se le había subido de tal manera, al candidato desnudo, que la embriaguez del éxito y el poder le hizo perder la realidad diaria de la calle. 

Estuvo viviendo en un piso de 300 metros en el centro de Madrid, con un sueldo de diputado ¿quién pagaba la vivienda?, además del uso de un coche de gama alta blindado, elemenstos que fueron en contra del líder naranja. Le honra que tuvo la decencia de marcharse tras la derrota. Eso sí dejó a Inés, su gran amiga y líder en Catalunya para que se hiciera cargo del partido, pensando que su alumna aventajada seguiría su línea de actuación además de consultarle todas las cosas. Se equivocó, suele pasar. La nueva líder naranja, hizo un cambio hacia la moderación, volvió a centrar al partido. Eso le llevó a votar favorablemente el estado de alarma presentado por el gobierno, dos veces. Postura que incomodó a unos cuantos, los allegados a Rivera: Girauta, Mejías y de Quinto que se dieron de baja del partido por no estar de acuerdo con la decisión de Arrimadas de apoyar al gobierno.

La marcha de estos tres políticos nos recuerda, pero al revés, lo que sucedido el año pasado, cuando también decidieron dejar el partido Francesc de Carreras, uno de los fundadores, Javier Nart, Francisco de la Torre y Toni Roldan, por el giro a la derecha que había dado el partido. El viraje ideológico de Albert Rivera que había pasado del socialismo democrático al liberalismo progresista y meses después derivó a pactos disimulados con VOX y el cambio en las primarias que se vieron muy limitadas, fue la mecha que prendió el fuego interno en Ciudadanos que vieron marcharse también a más militantes de toda España. El caudillismo de Rivera encendió la llama de unos militantes que habían puesto, toda su ilusión y esperanza, en el joven y prometedor líder del centro-izquierda y habían visto como éste les había desilusionado en un tiempo récord. La foto de Colón  explotó dentro del partido de Rivera.

Arrimadas bien asesorada, aunque con dificultades internas, ha interpuesto los intereses generales por la pandemia, a los particulares como formación. Lo ha hecho a pesar del coste interno que supone la marcha de estos tres políticos de confianza de Rivera. O quizás esto le ha venido bien para sacarse de encima a Girauta y de Quinto, dos gallitos venidos a menos. Lo de Mejías es un tema más de protagonismo. Decía Cicerón que “toda arrogancia es odiosa, pero la arrogancia del talento y de la elocuencia son de las más odiosas”.

Ciudadanos ha vuelto a sus orígenes de la mano de una mujer a la que muchos creían influenciable y poco creíble, la realidad está siendo muy distinta, al actuar con criterios propios y actuando con responsabilidad, la que le había faltado al prometedor Rivera.