​Luis Suárez supera a Aspas en el duelo de pistoleros

El Celta de Vigo cayó en casa ante un Atlético de Madrid que con los goles de Carrasco y Luis Suárez superaron al cuadro gallego, que mereció más surte de cara a gol. 

Suárez celebra su gol ante Fran Beltrán | Foto: @Atleti

El Celta puso el fútbol y el Atleti la eficacia, como otras tantas veces. Los de Óscar García jugaron un buen partido ante un Atlético de Madrid serio en defensa y que resolvió rápido el choque con un tempranero gol del charrúa, que dejó las cosas muy difíciles para un Celta plagado de canteranos que se topó una y otra vez con Oblak.

Con las bajas de Aidoo, Kevin y Hugo Mallo, el técnico celeste tuvo que recurrir a Fontán y Carreira junto a Olaza, Araujo y Murillo. Un plan de defensa de cinco que se vino pronto abajo, como ante el Barcelona. A los cinco minutos, una jugada en el área celtiña en la que conectaron Diego Costa, Manu Sánchez y Luis Suárez terminó con el gol del uruguayo, que pese a no definir bien lo hizo con la suficiente fuerza para que Villar no pudiese despejar el cuero.

A partir de ahí al Celta, con tres partido a sus espaldas sin hacer gol, le tocó remar, ante el hueso más duro de la categoría en labores defensivas. A balón parado y con centros laterales lo intentaron los locales, pero Oblak y la madera, que escupió un disparo del canterano Carreira, desecharon cualquier opción en el primer tiempo. Especialmente claro fue un mano a mano de Mina con el esloveno en el ecuador de la primera parte, que demostró de nuevo el gafe de los olívicos, y de Mina en particular, con el gol. Aspas, que intentó tirar del carro de todas las formas, acabó desquiciado la primera parte.

Ya en el segundo tiempo el Atleti se estiró un poco, pero fue el Celta el que de nuevo gozó de más ocasiones, aunque no tan claras como las del primer tiempo, donde tal vez los vigueses merecieron mejor suerte. No fue hasta el descuento que los colchoneros remataron el partido cuando Joao Félix se inventó un latigazo que salió repelido por el travesaño, pero el balón rechazado lo recogió Carrasco para enviarlo al fondo de la red con un testarazo.

Al final, otros tres puntos que vuelan de Balaídos, otro partido sin marcar y la sensación de que a este Celta, con la pólvora que tiene arriba, no le da para vivir tranquilo. O mucho cambia el chip, o vienen jornadas difíciles y de mucho trabajo en A Madroa.