​Series infinitas

En esta etapa que nos tocó vivir están acrecentándose mucho las plataformas que ofertan películas, series y documentales. Como parece ser que no hay ninguna otra cosa que hacer, muchos están visualizando estos productos sin límite. Es decir, horas y horas dedicada a matar el tiempo que se nos viene encima, cada tarde, cada mañana, cada día. Y no tengo nada en contra de estos productos, simplemente me preocupa que sean siempre los que, junto con los videojuegos, llenan la imaginación de los adolescentes y de los más pequeños de la casa.

Observo que en estos tiempos de “no tener dónde ir” resulta muy compleja  la convivencia y resuelven todo con esas series, casi infinitas, que enganchan a todos los de la casa en una televisión diferente en cada cuarto 

Las posibilidades ocupacionales que se abren dentro de una familia pueden ser muy grandes, pero nunca deben ser programadas. Cada uno puede tener una aficion a desarrollar en el tiempo de ocio. Algunos optan por el colecionismo, otros por la lectura y también por los juegos de mesa en familia. Sin embargo observo que en estos tiempos de “no tener dónde ir” resulta muy complejo la convivencia y resuelven todo en esas series, casi infinitas, que enganchan a todos los de la casa en una televisión diferente en cada cuarto de la misma. Lo que podría ser de interés para potenciar las relaciones humanas se está la convertir en unos reinos de Taifas en espacios muy pequeños. Esto hace que recuerde con tristeza a historia de una “ influencer” que le dijo a su novio que cogiera un libro para intentar parar una bala de una pistola que ella tenía en sus maus. Si todo llegara a ir bien, el número de visitas a su canal podría llegar a ser expectacular. O experimento resultó letal para el novio de 20 años y la chica tendrá que cumplir prisión por mucho tiempo. ¡No puedo imaginar esta conducta como resultado de una educación, en una familia fundamentada en valores!

Los contenidos que visualizan nuestros hijos son responsabilidad de los padres. Pero de poco vale lamentarse si ya nos llevan varios años de adelanto. Seguramente no son contenidos de nuestro interés y resolvemos que viendo esas series que nos venden estarán más protegidos. Todo tiene su medida y la libertad debe ser tan grande como la capacidad de decidir lo que nos conviene. Pienso que el proverbio resume bien la situación: “instruye al niño en su camino, y de grande no se alejará de él”.