| Nacido en Ourense en 1967. Estudou Maxisterio por Ciencias,especialista en Música. Licenciado en Ciencias Matemáticas especialidade de Estadística e Investigación Operativa na UNED.Postgrado de Experto Universitario en Modelización de Riscos en Entidades Financieiras. EScribo en varios diarios de Galiza, nalgúns co pseudónimo de José Luis Fernández Carnicero. Mestre de Educación Musical no barrio do Couto, en Ourense. Membro da Sociedade cultural: O Liceo de Ourense. Membro do Consello Escolar de Galiza e do Consello Escolar Municipal de Ourense. |
Este año 2025 estamos disfrutando del VI Foro Carlos Velo organizado por la Fundación que lleva el mismo nombre del fabuloso y inolvidable cineasta gallego exiliado en México. Aunque cada vez es más conocido entre los jóvenes, Carlos Velo es un Puzo sin fondo de donde podremos aprender siempre. Además, en este Foro, Carlos Velo habla de su obra con una objetividad que sorprende. De los éxitos y de los tropiezos, de los amigos y de las tradiciones, de la sociedad y de su realidad proyectada en el tiempo. Con un grado de generosidad difícil de cuantificar, sus comentarios sobre sus filmes ponen en valor las vidas de las personas sin ocultar la ideología que le obligó a dejar su tierra.
Un ejemplo es cuando cuenta que su formación en el Instituto Libre de la Enseñanza estaba lejana, entre otros temas, de conversaciones sobre el mundo de los toros. Carlos Velo, ya exiliado, conoce la vida de un torero, Luis Procuna, y se anteponen a cualquier perjuicio para contar en un documental la carrera vital de este hombre. Estoy casi seguro que pensó “hay que contar la vida de este torero”. Lo dirigió en 1956 y sigue siendo el mejor film de este género. Un referente para los cineastas mexicanos y los de todo el mundo.
Pero en este Foro, Carlos Velo no deja de hablar: de los centros de producción de cortametrajes que promovió y dirigió, de los amigos como Luís Buñuel y también de las malas experiencias con la crítica con el film 'Pedro Páramo'. Con todo, quiero destacar un relato de la cortometraje que estaba fuera de programa, titulado: 'El Tuerto'. Dirigido por Benito Alazraki, forma parte de “Raíces”, del que en este caso Carlos Velo es el guionista.
La historia es tan cruel como posible. El papel de la educación de las familias y la realidad social está muy presente en este pequeño film y no deja a nadie sin motivo para pensar en una dimensión inmanente y trascendente al mismo tiempo. La película refleja la miseria espiritual y el acoso al que los más débiles estaban y continúan a ser sometidos. Ambientada en la península del Yucatán el protagonista es uno de esos niños maltratados por los compañeros; por ser tuerto de un ojo. Los niños golpean en él y le llaman: tuerto, tuerto.
Su madre tiene que hacer algo y lo lleva junto a un curandero, que le da unas hojas para ponerse en el ojo. El niño acredita en su madre y la madre acredita en el farsante al que le lleva el poco dinero que tiene.
De vuelta a la escuela, el niño cree que sanó y vuelven hacer burla de él, regresando para su casa lleno de golpes. El film finaliza cuándo en una procesión de los Reyes Magos el niño se ofrece para poder curar. Esa fe era ciega y fundamentada en unas imágenes sin poder de sanación y, en un accidente con unos cohetes, el niño pierde el único ojo por el que podía ver. Esa fe ciega y sin fundamento vence al verdadero problema oculto: el acoso de los demás. Tanto la madre como el niño están convencidos de que se produjo un milagro sin precedentes. Nadie va a acosar a un ciego. ¡El problema estaba solucionado!
En la actualidad toda la sociedad tiene que luchar contra los engaños de las redes sociales, y los acosadores procuran pasar sin ser identificados. Esto hace que a las víctimas estén mucho más expuestas a sufrir sin saber cómo poder defenderse. Carlos Velo quiso mostrarnos un problema que sigue sin una solución trivial. Pero mucho peor sería mirar para otro lado.
Escribe tu comentario