​Balaídos se queda sin opciones de ver de nuevo a Emre Mor con el Celta

El jugador, que tiene que pasar por quirófano, saldrá muy probablemente este verano.

Emre Mor | Foto: RC Celta

Este tampoco será el año de Emre Mor. Como el anterior, o el anterior a ese, o el primero que pasó en Vigo. El turco, el mayor desembolso en la historia del Celta de Vigo, tiene todas las papeletas para no volver a vestirse de corto este año y es muy posible que ya nunca más se enfunde la zamarra del club celeste, vistos los planes que tienen tanto el club como el jugador.

El centrocampista, que recordemos tiene solo 23 años, pasará por el quirófano para superar los problemas de pubalgia que arrastra y que lo llevaron a intentar recuperarse en Dubai, donde aparentemente disfruto más de los placeres de la vida que de un correcto proceso de rehabilitación. Ahora, a punto de pasar por el bisturí, todo hace pensar que su regreso al ruedo no se produzca en el mes y medio de competición que queda por delante, y más teniendo en cuenta lo comprometida que es una lesión de estas características.

En Vigo hace tiempo que tiraron la toalla con el otomano, que nunca rindió ni a una décima parte del nivel esperado. En sus primeros cursos dejó destellos pero su falta de constancia desquició a todos los entrenadores que pasaron por Balaídos. Este año, después de dos cesiones en una misma temporada a Galatasaray y Olympiacos, parecía haber entrado en dinámica. Participó en siete de los primeros ocho partidos, pero las lesiones le cortaron las alas justo antes de la llegada de Coudet, que sin embargo apostó por él siempre que lo tuvo disponible y ofreció buen rendimiento.

Su último concurso fue en enero, en el empate ante el Eibar, que posiblemente termine siendo su último servicio en Vigo. Medio centenar de partidos y apenas dos goles para un jugador al que siempre le pesó ser el más caro de la historia del club y cuya cotización ha caído en picado desde su presentación.

Le queda un año de contrato y es muy posible que este verano el Celta acepte cualquier oferta, incluso a la baja, con tal de librarse de un talento convertido en dolor de cabeza. El pasado verano el Olympiacos rechazó abonar los 4 millones pactados en su cesión y ahora Turquía vuelve a llamarlo para intentar recuperar a un jugador que, con casi toda seguridad, ya no se enfundará la celeste nunca más.