​(VÍDEO) Bad Gyal y Nathy Peluso: blin blin y veneno en el Caudal Fest para despedir el verano

La temporada de festivales veraniegos concluyó ayer con la última jornada del Caudal Fest, que demostró que, con seguridad y organización, disfrutar de grandes eventos es posibles incluso en pandemia.

A Bad Gyal y Nathy Peluso, los platos fuertes de la cita, les antecedieron Kutxi Romero y Ladilla Rusa sobre un escenario por el que también pasaron Love of Lesbian, Iván Ferreiro o La M.O.D.A.

Nathy Peluso en el Caudal Fest | Foto: Galiciapress

Cultura segura y buena música para cerrar el verano. El Caudal Fest despidió el estío en este 2021 en el que regresaron los grandes festivales, pero con más medidas de seguridad que nunca para que todos los asistentes pudiesen disfrutar de sus cantantes favoritos sin riesgos. Divididos por sectores, en un asiento asignado por la organización y manteniendo las distancias, cientos de personas apuraron los últimos rayos de sol del verano en Lugo, que vistió sus mejores galas para recibir a Kutxi Romero, Ladilla Rusa, Bad Gyal y Nathy Peluso.

La velada comenzó con Kutxi, que con su aspecto tosco y su voz irrepetible hizo las delicias de los más madrugadores al festival. Por suerte, el buen tiempo acompañó a los artistas y al público, que no tuvieron que tirar de paraguas, pero sí de un buen abrigo a medida que el sol fue dando paso a la luna, que tampoco pasó inadvertida para los de encima del escenario.

Tras el vocalista de Marea llegó el turno de Ladilla Rusa, que con su estilo irreverente y guasón hicieron mover a los asistentes de su asiento, ya fuese por puro ritmo o por pura risa. Los catalanes llevaron al escenario del Caudal Fest a estrellas como Michael Jackson, Paul McCartney, la princesa Jasmín, Sigourney Weaver o Hannibal Lecter, que fueron meros teloneros de las verdaderas estrellas del show: Macaulay Culkin y KITT, el coche fantástico, “diseñado y tuneado en Calzadilla de los Barros, Badajoz”.

Entre medias, historias de amor imposibles por la distancia de seguridad, la maldita precariedad laboral y recuerdos para aquellos que ya no están, como Whitney Houston o la madre de Bambi. Además, lograron arrancar al público tal vez no el mayor, pero sí el más sincero de los aplausos del festival con su discurso de apoyo al colectivo LGTBIQ, tan castigado en los últimos meses y tan de actualidad por la marcha neonazi de Chueca.

Llego la tanda de Bad Gyal, y con ella subieron los decibelios y la temperatura. La de Vilasar de Mar es indudablemente un producto más visual que musical, por lo que el baile, los juegos de luces y el espectáculo acaban imponiéndose sobre lo demás. La trapera pasó de desfilar en Madrid a perrear en la ciudad amurallada con apenas unas horas de diferencia. Sin embargo, la pasarela no pasó factura a su dinamismo, por lo que no le costó traer su fiebre a Lugo, incendiar los jardines del Pazo de Feiras y dejar a todos alocaos. La regla era no levantarse del asiento durante los conciertos, pero era una tarea difícil no mover las caderas cuando sonó 'Hookah' o 'Blin Blin'.

Bad Gyal en el Caudal Fest | Foto: Galiciapress

El de Nathy Peluso, el último concierto de la noche y el que puso el broche al verano festivalero en Galicia, fue tal vez el más irregular de la jornada. Destacar de la artista argentina su capacidad para mezclar y adaptarse a distintos estilos, lo que convierte un concierto de trap en uno de salsa en cuestión de una canción, algo que sorprende pero no ayuda a la hora de tomarle el pulso a la actuación, con algún que otro altibajo.

Irreprochable su energía y su estilo, especialmente en aquellos temas donde su voz destaca sobre los demás componentes de la banda, Nathy Peluso dejó su sello en Lugo con un punto y final al verano en un homenaje al delito, a la mafia y al sandungueo. 

Peluso se fue y dejó a todos con ganas de más. De más verano, de más cultura y de más Caudal Fest, que en su regreso volvió a demostrar que el lucense es uno de los festivales ineludibles. El año que viene más. El listón está muy alto para que sea mejor.