Mingueza, Aspas, Beltrán, Aidoo... Al Celta se le acumulan los deberes por los contratos que expiran en 2026
Cervi, Marcos Alonso o Ristic son algunos de los futbolistas que terminan su vinculación con el cuadro vigués y que esperan una decisión de la dirección técnica.
Óscar Mingueza es en estos momentos un caramelito para la mayoría de clubes. El defensor del Celta de Vigo, internacional con España y con opciones de acudir al Mundia, puede actuar de carrilero, de central, en las dos bandas...y sale muy barato. El canterano del Barça termina contrato en Vigo en junio de 2026 y en julio podrá enrolarse en otro club. Son varios los equipos que han preguntado por él y en la Premier League suspiran por su contratación. En A Sede deben ponerse las pilas si quieren intentar retenerlo o, como mal menor, venderlo a un precio por debajo de su valor en cuanto se abra el mercado de enero, pues solo así podrá recibir una compensación antes de que haga las maletas a coste cero. El problema es que, como Mingueza, hay otros jugadores en una situación similar, por lo que el trabajo se amontona en las oficinas de la entidad olívica a poco más de un mes para que se abra la ventana invernal.
VETERANÍA AL PODER
El de Mingueza es el caso más urgente porque también es el futbolista con mayor valor de mercado. El porta especializado Transfermarkt tasa al defensor en 18 millones de euros, una cantidad que no suman entre los seis futbolistas que también tienen una vinculación con el club vigués que expira el próximo verano.
Hay dos futbolistas en esta categoría con una consideración especial: Iago Aspas y Marcos Alonso. Del primero no cabe duda de que su idilio con el Celta durará lo que él quiera que dure. Leyenda del celtismo e ídolo absoluto en Balaídos, su continuidad depende única y exclusivamente de su forma física cuando presume ya de 38 primaveras, ya que nadie duda de su compromiso y su voluntad de retirarse en el Celta. En la dirección celeste tienen predisposición a sentarse a hablar con el capitán, valorado dentro y fuera del terreno de juego.
La misma consideración tienen con Marcos Alonso, pese a que esta es su segunda campaña en Vigo. El defensor, de 34 años -35 el 28 de diciembre-, es un activo importante del club y un líder en el vestuario. No obstante, a nadie se le escapa que, tras una serie de problemas físicos en los últimos años, su presencia en el once la marca el calendario. Si mantiene el nivel exhibido en su primer año, no cabe duda de que merece una prórroga en su contrato, pero la edad no perdona.
Menos veteranos, pero también talluditos, son Cervi, Aidoo y Ristic. Ninguno es intocable y el que más minutos acumula este año es Ristic, que ha participado en seis encuentros entre todas las competiciones, aunque siempre que lo ha hecho ha partido de titular. El que ha entrado en dinámica en las últimas semanas, y para sorpresa de todos, es Aidoo, al que fueron incapaces de encontrarle acomodo en verano y que han dejado de ser el pilar en la retaguardia que sostuvo al Celta durante varios años.
El que menos papeletas tiene para seguir es Cervi, cuyo desempeño se reduce a 90 minutos en Copa contra el humilde Puerto de Vega y 12 minutos testimoniales en Europa League. Por todos ellos escucharán ofertas en enero, aunque estas sean improbables.
UN HOMBRE DE RÉCORD EN LA CUERDA FLOJA
El caso más controvertido, junto con Mingueza, es el de Fran Beltrán. Esta es su octava temporada en Vigo, a donde llegó como una joven promesa del fútbol nacional desde el Rayo Vallecano. En su día los vigueses hicieron un importante esfuerzo económico por ficharlo y retenerlo, pero siempre ha existido la sensación de que Beltrán nunca terminó de dar el salto para ser ese jugador diferencial que se le presuponía.
Con más de 250 presencias como celeste -solo en liga ha jugado más que Mostovoi y ya es el tercer con más partidos con el Celta en este apartado-, el madrileño es el tercer capitán del equipo y, aunque ha perdido la condición de insustituible, sigue siendo importante para Giráldez. Su futuro está hoy en punto muerto, pendientes de ver cómo encaja en el puzle que está armando el técnico de O Porriño y en la tesorería del Celta.
“Yo estoy muy feliz aquí, mi familia también, así que cuando ellos quieran, si se quieren sentar, lo hablamos y no hay ningún problema”, declaró el futbolista después de su último partido ante el Barça, donde fue homenajeado. Fran Beltrán confía en seguir, pero la duda se mantiene en torno a su figura. Una duda que, como en el resto de casos, todavía no se ha disipado ni parece cerca de hacerlo. La pelota está en el tejado de la dirección deportiva.
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