Agricultores gallegos boicotean a Lidl por vender vino albariño a menos de 5€ la botella
Los viticultores reciben unos dos euros por la uva necesaria para una botella de Albariño, que se vende en los supermercados a más del doble. Pese a este encarecimiento del precio que pagan los consumidores finales, los productores dicen que las agresivas prácticas comerciales de las grandes cadenas como Lidl contribuyen a la crisis que soporta el sector, aunque no sea el único factor.
Viticultores y sindicalistas de Unións Agrarias, el sindicato rural más importante del país, ha salido hoy a la calle de Santiago de Compostela para denunciar la estrategia comercial de Lidl, que, según ellos, ofrece vino gallego por debajo de los costes de producción. La protesta, desarrollada frente y dentro del establecimiento de la rúa Volta do Castro, en la salida hacia Milladoiro, evidencia un conflicto creciente entre el sector vitivinícola y las grandes superficies.
En una concentración pacífica , representantes del sindicato agrario se posicionaron frente a Lidl para señalar una protesta que denuncia la bajada de precios en un producto emblemático de Galicia. La acción forma parte de un boicot contra lo que consideran prácticas de venta a pérdidas, afectando el reconocimiento y la viabilidad del vino gallego.
“Con ese prezo resulta claro que non se están a cubrir os custos de produción dos distintos elos da cadea"
La organización agraria argumenta que la utilización del Albariño de la DO Rías Baixas como producto reclamo supone una venta a pérdidas que distorsiona los precios reales de producción, generando un desequilibrio en el sector. Según Unions Agrarias, vender a 4,89€ una botella de albariño implica que solo se recupera el valor de la uva de forma mínima, dejando de lado los gastos en elaboración, transporte, embotellado y otros procesos esenciales.
“Con ese prezo resulta claro que non se están a cubrir os custos de produción dos distintos elos da cadea (...) “É imposible que este PVP respecte a lei”, señala Unións en su comunicado, en referencia a la prohibición legal de vender productos agrícolas por debajo de coste.
El vino foco de la protesta de los agricultores tiene un precio de 4,89 euros en oferta. Ese es el precio de la oferta actual de la marca Salneval. Según figura en el Boletín de la Propiedad Industrial citado por Einforma, Salneval es una marca de la bodega de Cambados Condes de Albarei.
El precio medio que se está pagando por la uva en Rías Baixas —donde el Albariño destaca por ser una de las variedades mejor valoradas— ronda aproximadamente los 2,20 euros por kilogramo. Hay, claro, cierta variabilidad, ya que en algunos contratos se han negociado precios que oscilan entre 1,80 y 2,50 euros/kg, dependiendo de la calidad del fruto, las condiciones de la cosecha y otros factores del mercado. or otro lado,
Respecto al rendimiento en la elaboración del vino, es habitual que, en condiciones generales, 1 kg de uva produce entre 0,65 y 0,75 litros de vino. Esto implica que para obtener aproximadamente 1 litro de vino se requieren entre 1,3 y 1,5 kg de uva. Por lo tanto, la uva para producir 0,75 litros de vino Albariño de Rías Baixas costaría aproximadamente entre 2,15 y 2,48 euros.
Por lo tanto, el vino se encarece en un rango aproximado del 97% al 127% con respecto al precio de la uva pagada al viticultor. Sin embargo, este encarecimiento parece que se queda por el camino, no llega a los productores.
Las prácticas comerciales de los hipermercados no son el único factor que explica las dificultades por las que pasan los viticultores. Además, el sector vitivinícola de Galicia vive una situación de crisis agravada por la sobreoferta de algunos tipos de uva y la consiguiente bajada continuada de los precios.
La protesta de hoy se inscribe en un contexto en el que la alta produción está acompañada por la disminución del consumo, tanto en el ámbito nacional como internacional, sobre todo del vino tinto, presionando económicamente a productores familiares y cooperativas.
La estrategia de grandes superficies como Lidl, que priorizan precios agresivos para atraer clientes, ha propiciado una marcada disminución de los márgenes de beneficio para los viticultores. Aunque las grandes cadenas no compran vino a los agricultores, su presión a los distribuídores acaba transmitiéndose a los viticultores.
Unións Agrarias advierte que la presión sobre los precios no solo perjudica a los productores, sino que también contribuye a devaluar la calidad y el prestigio del vino gallego, sobre todo en un contexto de incertidumbre en el mercado. En su opinión, se está banalizando la labor de los bodegueros y viticultores de Galicia. Lidl no ha respondido públicamente por ahora.
Ante la situación, la entidad ha lanzado un llamado al control por parte de las autoridades. La agrupación anunció que informará a la AICA, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y a la Xunta de Galicia sobre la promoción denunciada, instando al gobierno a implementar medidas que eviten la proliferación de prácticas de venta a pérdidas y protejan al sector vitivinícola.
La acción de Unións Agrarias resuena en un momento en el que el futuro del sector depende en gran medida de la sostenibilidad de sus prácticas comerciales.
Además, el impacto de las políticas internacionales, como los aranceles impuestos por la administración estadounidense, ha mermado la exportación de vino gallego, acentuando el exceso de oferta en el mercado interno.
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