Motores Puretech: “Hay quien se queda sin frenos”, alerta vía Afestel un mecánico subcontratado de Stellantis
Entre los afectados por los motores Puretech también hay miles de trabajadores de Stellantis, según la principal asociación de afectados, Afestel. A través de este colectivo, un trabajador, anónimo, revela que desde el principio la compañía supo que la única solución real era cambiar todo el motor.
Los afectados denuncian una avería de fábrica que convierte sus vehículos en una ruina económica y, a veces, incluso un peligro para la circulación. La empresa ha respondido con ampliaciones de las garantías y relajación de los requisitos habituales para acceder a ellas, mientras la presión judicial y social sigue creciendo.
El fallo en la correa de distribución bañada en aceite de los motores PureTech, especialmente en las versiones 1.0 y 1.2 fabricadas entre 2012 y 2022, ha provocado graves averías en más de 750.000 vehículos. Los problemas, que pueden suponer un gasto de casi 10.000 euros en reparaciones, afectan a modelos de marcas como Peugeot, Citroën, Opel y DS.
Ojo con la reventa de motores de Puretech
La situación ha llevado a muchos propietarios a intentar vender sus vehículos a precios muy por debajo del mercado, ante la imposibilidad de afrontar las reparaciones o el temor a sufrir averías graves en carretera. AFESTEL, la asociación que agrupa a los afectados, calcula que solo en Galicia hay cientos de casos similares al de quien identifica como Manuel, quien dice ser técnico de recambios de una subcontrata de Stellantis. Tras cuatro años, tuvo que cambiar el motor de su Opel por un consumo anómalo de aceite.
“Los directivos sabían desde el principio que era un fallo de fabricación y han dejado que la montaña se haga grande. Ahora son miles los motores Puretech fallidos que se devuelven; en mi puesto de trabajo, mínimo 30 a la semana”, afirma el técnico. El testigo relata que “hay gente que ha tenido que pagar más de 9.000 euros por un cambio de motor de un coche que le costó inicialmente unos 26.000 euros; otra marca no deja que esto pase”.
El trabajador asegura que en su entorno laboral se procesan al menos 30 motores defectuosos cada semana. Algunos usuarios han intentado revender sus coches, pero el mercado ya desconfía de estos motores, y los precios se desploman.
El fallo en los motores PureTech ya es en una de las mayores crisis reputacionales de Stellantis en Europa. Más allá de este daño a la imagen de marca, están por ver en qué queda la batalla judicial que se avecina.
Afestel asegura que Manuel forma parte de “los más de 9.000 afectados agrupados” en el colectivo que promueve una demanda colectiva. Entre los afectados hay empleados y técnicos del propio grupo automovilístico, muchos de ellos obligados por cláusulas de confidencialidad a guardar silencio.
A pesar de las múltiples solicitudes, Stellantis se ha negado hasta ahora a participar en mesas de conciliación judiciales, relata Afestel. Eso sí, la compañía sí ha dado algunos pasos.
Ante la presión de los afectados y el avance de las demandas judiciales, Stellantis ha anunciado la ampliación de la garantía para los motores PureTech de manera retroactiva. La nueva cobertura se extiende hasta 10 años o 175.000 kilómetros para todos los motores fabricados antes de junio de 2022, cubriendo íntegramente los costes de reparación, tanto en piezas como en mano de obra. Esta medida, que se aplica en toda Europa, exige que los vehículos hayan seguido el programa de mantenimiento oficial o, en su defecto, que los propietarios puedan demostrarlo mediante facturas. Esta última vía, demostrar un mantenimiento mediante facturas, no es habitual a la hora de permitir garantías.
La compañía ha implementado además una plataforma de reclamaciones para gestionar los casos de los clientes afectados. Este esfuerzo busca reparar el daño reputacional causado por los fallos y responder a las crecientes demandas de los usuarios, aunque desde AFESTEL advierten que los requisitos para acceder a la garantía dejan fuera a miles de propietarios, lo que consideran una forma de dilatar las soluciones y agotar la paciencia de los usuarios.
La multinacional defiende que ha corregido los defectos en las nuevas generaciones de motores y que su ampliación de la garantía es una respuesta justa a la crisis. Los afectados, por el contrario, consideran insuficiente la medida, ya que muchos propietarios no pueden presentar la documentación que se pide para poder beneficiarse de la garantía ampliada.
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