La guerra de los aranceles: ¿sabe lo que usted se juega?

La cita en Escocia este domingo 27 de julio de 2025 entre von der Leyen y Trump será un momento definitivo para las pugnas arancelarias entre EE.UU y la UE. Si el estadounidense ve la cita con un “50% de optimismo”, la presidenta de la CE acude en un momento en el que los países de la Unión se ven a futuro en una tesitura complicada en cuanto exportaciones al gran mercado de Norteamérica


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EuropaPress 6620670 april 2025 washington district of columbia usa us president donald trump
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Los aranceles no son simples tasas o tarifas ('tariff' en inglés), son un arma de destrucción masiva en caso de aplicarse de forma implacable contra importaciones desde terceros. Esto significa que pueden arruinar sectores económicos o economías nacionales enteras dependiendo de quién sea el importador. Incluso el importador se puede ver perjudicado de alguna forma al aplicar aranceles al privar a su propio mercado de insumos muy valiosos para el funcionamiento interno. Pero, ¿qué son exactamente, por qué y para qué se aplican, y cómo impactan en nuestra economía cotidiana?

Hábleme claro: ¿qué son los aranceles?
Un arancel es un impuesto que se aplica a los bienes y servicios que cruzan las fronteras de un país, ya sea al importarse o, en raras ocasiones, al exportarse. Su principal objetivo es encarecer los productos extranjeros para hacerlos menos competitivos frente a los bienes producidos a nivel nacional.

La aplicación de estas medidas fiscales a los productos importados busca desincentivar el consumo de los mismos y fomentar la compra de bienes producidos dentro del país. Teóricamente, esta medida protege empleos y empresas locales que podrían no ser capaces de competir con los precios más bajos de los mismos elementos procedentes de otros países.
 

 

 

 


Los aranceles, además, pueden generar ingresos para el gobierno. Fiscalmente pueden ayudar a la reducción de impuestos en el mercado interno o destinarse a los presupuestos nacionales, aunque su peso depende de la recaudación que se logre. Por otra parte, estas medidas son aplicadas en muchas ocasiones por países emergentes que buscan proteger sus industrias nacientes. La idea es crecer y fortalecerse antes de afrontar la competencia internacional.

Y, cómo no, los aranceles pueden ser utilizados en disputas comerciales para presionar a otros países a modificar sus métodos económicos. También pueden ser una medida punitiva ante prácticas que se consideran desleales en el mercado internacional. Además, esta medida se ha usado como presión política ante países o conjuntos de países que no respetan acuerdos internacionales en diversas áreas: derechos humanos, guerra civil, etc.
 

 

 

 


El gobierno aplica aranceles: consecuencias para el país
Los gobiernos establecen los aranceles a través de leyes y regulaciones que enumeran las tarifas a aplicar sobre diferentes categorías de productos. Una vez establecidos estos aranceles pueden ser de tres tipos. “Ad valorem”, con él se aplica un porcentaje del valor del bien importado. Por ejemplo, un arancel del 10% sobre un coche de 20.000 euros supondría 2.000 euros sobre el valor inicial. Los aranceles específicos son una cantidad fija por unidad de medida del bien, por ejemplo, 0,50 euros por kilo de arroz importado. Por último, están los aranceles mixtos, que son una suma de los dos anteriores.

Si bien ya se ha dicho que detrás de la aplicación de aranceles hay razones complejas, lo más frecuente es buscar un equilibrio entre proteger los intereses nacionales y mantener relaciones comerciales estables. Sin embargo, en un mundo cada vez más interconectado, la aplicación de aranceles puede desencadenar una serie de reacciones en cadena. Estas consecuencias afectan tanto a las grandes transacciones económicas como al bolsillo de la ciudadanía en su vida diaria.
 

 

 

 


En primer lugar, los aranceles pueden traer un aumento de precios para los consumidores al encarecer los productos importados. Los consumidores suelen tener que pagar más por ellos, o por alternativas nacionales que, sin la competencia externa, pueden permitirse subir sus precios. Al limitar las importaciones, se puede reducir la oferta y la diversidad de bienes disponibles en el mercado.

 

Y por último, la protección arancelaria excesiva puede hacer que las industrias nacionales se vuelvan menos eficientes e innovadoras al no tener que competir en igualdad de condiciones con productores extranjeros.
 

Vehículos preparados para su exportación en el Puerto de Vigo.
Vehículos preparados para su exportación en el Puerto de Vigo.



Consecuencias sobre los países afectados por aranceles
Lo más inmediato para países afectados por imposiciones arancelarias es que sus productos se encarecen en el mercado del país que aplica estas tarifas, lo que reduce su demanda y, por ende, sus exportaciones.

La disminución de exportaciones puede llevar a pérdidas económicas muy graves, a cierres de empresas y pérdida de empleos en el país exportador. Además, las empresas afectadas pueden verse obligadas a diversificar sus mercados de exportación o reorientar su producción. Como respuesta, el país afectado podría imponer sus propios aranceles, escalando la disputa comercial.

Aranceles y la economía familiar: Un impacto directo en el bolsillo
Los aranceles, aunque parezcan una cuestión macroeconómica, tienen un impacto directo y tangible en el día a día de las familias. Por ejemplo, en el país que aplica el arancel los consumidores verán encarecerse los productos importados, desde la electrónica a la ropa o los alimentos. Incluso los productos nacionales pueden subir de precio si la ausencia de competencia extranjera lo permite.

Si los salarios no aumentan al mismo ritmo que los precios, el poder adquisitivo de las familias se reduce, limitando su capacidad de compra. Al limitar las importaciones, la oferta de productos puede disminuir, y la calidad de los bienes nacionales podría no ser tan alta si no hay incentivos para innovar y mejorar.
 

 

 

 


En los países afectados por el freno a sus exportaciones, sus empresas pueden verse obligadas a reducir su producción y plantilla debido a la caída de la demanda en los mercados afectados por los aranceles. En estas nacines también se puede crear un estancamiento salarial o una disminución de los ingresos para los trabajadores.

Si los aranceles se aplican a productos clave de exportación, el impacto puede ser devastador para las regiones o sectores dependientes de esas exportaciones. De esta forma, los países pueden verse forzados a reorientar su producción, lo que puede ser un proceso costoso y disruptivo.

El peligroso juego arancelario puede llevar a tensiones comerciales cuyas consecuencias de pueden manifestar de muchas formas, incluyendo una recesión económica como la de 2008. Por otra parte, es una forma de proteger el mercado interno de un país frente a la importación masiva desde el extranjero y que pone en peligro a la industria nacional. Aún así, el desarrollo de cada país está basado, y mucho, en sus intercambios con otras naciones de ahí el peligro de los aranceles también sobre la economía familiar.

 

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