Quintillán: "Con la mitad de lo que se corta en Galicia, es suficiente para mantener Ence y las madereras"

-¿Cuál es la valoración que realiza el INGATECO sobre la gestión y control por parte de la Xunta sobre los incendios que han azotado Galicia durante este verano, sobre todo en agosto?

A parte de que realizaremos una evaluación muy amplia, por ahora podemos decir que este es el resultado de algo previsto. Por los datos que ya manejábamos dentro del campo de la prevención, la mayoría de la gente no sabe que las competencias en prevención y extinción no son exclusivas de Medio Rural, y en concreto de la Dirección Xeral de Defensa do Monte, existe también la Dirección Xeral de Planificación y Ordenación Forestal. Esta última sería la “responsable” de no haber realizado trabajos adecuados de prevención en todo el territorio. En muchas zonas concretas, sobre todo Ourense, el problema estaba sobredimensionado por el abandono y por non hacer inversiones necesarias en materia de prevención. Estas dos Direccións Xerais van por separado y esto lo hemos avisado desde hace años. Por otra parte, está la Consellería de Medio Ambiente, la cual tiene competencias en materia de conservación de la naturaleza y concretamente en las áreas de los grandes incendios. Hay reservas de la biosfera, parques naturales, etc., y esto ya pasó en el Parque do Xurés y sobre Medio Ambiente no se sabe qué medidas está tomando. Y aún más, tenemos la Consellería de Ordenación do Territorio que tiene mucho texto sobre la ordenación de núcleos rurales, pues han ardido algunos. Al final, y a pesar de todas estas consellerías y direccións xerais, solo es una la que actúa en extinción de incendios. 

-¿No existe ningún documento sobre actuación ante situaciones como las vividas en Chandrexa de Queixa o Larouco, ningún protocolo de prevención y extinción que reúna capacidades de diferentes departamentos?

Durante la gestión del anterior conselleiro de Medio Rural, José González, hizo unas declaraciones sobre la puesta en marcha de una reestructuración del monte a base de romper la continuidad de masas forestales. Se crearían mosaicos intercalando otro tipo de producciones agrarias. Al final no se llevó adelante este proyecto que estaba en la revisión del nuevo plan forestal programado entre los años 2021 y 2040. Resumiendo las dos respuestas, no se ha actuado como se debía y el dispositivo contra incendios estaba ideado para actuar con fuegos de bajo y medio nivel. 

Al final, y a pesar de tantas consellerías y direccións xerais, solo es una la que actúa en extinción de incendios
 

-¿Por que no se llevó adelante esa reestructuración propuesta por José González, un hombre que parecía haber dejado Medio Rural como por la puerta de atrás?

Empecemos por decir que parte de los cargos en la consellería de Medio Rural llevan en sus puestos más de treinta años, como es el caso de Planificación e Ordenación Forestal. Otros están ahí desde 1992 cuando se creara el primer INFOGA y después PLADIGA. Por tanto, sí hay personas con treinta años de experiencia como son los jefes de servicio para transmitir a sus superiores “aquí debemos hacer algo”. El sistema mosaico no se aplicó, pero en el caso de los núcleos rurales quedaron tan tranquilos después de decir que se habían realizado desbroces alrededor de las poblaciones. En algunos casos sí, en otros casos no hubo ningún tipo de seguimiento. Con la actual ley se obliga a un desbroce de cincuenta metros alrededor de las viviendas, pero según estudios científicos desde las universidades gallegas, la nueva generación de incendios superan esta distancia por su virulencia pudiendo saltar 200 o 300 metros. No se han hecho los deberes y habría que analizar todas las inversiones realizadas en los montes que han ardido este año. 

-Ante esto, el INGATECO tendrá una serie de propuestas para abordar este tipo de incendios, llamados de sexta generación.

Partiendo de la falta de gestión del monte que está abandonado en muchas zonas, la continuidad de la vegetación, la división competencial entre diferentes departamentos, con todo esto, la Xunta saca todos los años una línea de ayudas. Estas ayudas van destinadas a propietarios de montes y comunidades de montes. En tal caso, la oposición debiera preguntar en el Parlamento cuál ha sido la inversión realizada en prevención de incendios este año. Además, que digan cuántos propietarios y comunidades de montes se acogieron a las ayudas y qué trabajos han desarrollado y dónde. Por otra parte, sobre los núcleos de población tienen competencias los ayuntamientos y ahora la Fiscalía quiere investigar si los municipios tienen planes de prevención contra incendios. Además de esto, se debe explicar cuánto ha costado la extinción en cada uno de los incendios. Y estoy seguro que el coste de extinción es una cifra muy elevada. Insisto, el plan actual está pensado para otro tipo de incendios y no los grandes fuegos actuales, por tanto, el modelo debe ser revisado y actualizado y realizar una ordenación sobre la vegetación creando los mencionados mosaicos.

-Esto afectaría a los y las propietarias de montes de los cuáles es posible que no todos estén de acuerdo.

No debemos olvidar que en Galicia existen 1.200.000 propietarios de parcelas agrícolas y forestales y 700.000 son propietarios solo de montes a mayores de las comunidades. Se debe conocer el estado de esas propiedades y realizar una actualización del catastro porque en algunos lugares quieres identificar una finca y te dicen: “de herederos”. De esta forma es imposible llevar adelante actuaciones más serias como con las comunidades de montes, esto es un problema. De las 3.000 comunidades de montes que figuran en el catastro algo más de 1.000 están desaparecidas porque no hay población que gestione la comunidad, esto se suma a la superficie abandonada. Sin embargo, si vamos a cifras globales, en Galicia hai tres millones de hectáreas que incluyen todo el territorio, de ellos 2.800.000 hectáreas son agricultura y montes, concretamente de montes son 2 millones de hectáreas. También señalamos que hay 1.500.000 hectáreas abandonadas y han ardido más de 100.000 hectáreas, esto demuestra que tenemos un trabajo sin hacer desde hace años.

Con la actual ley se obliga a un desbroce de cincuenta metros alrededor de las viviendas pero la nueva generación de incendios supera esta distancia pudiendo saltar 200 o 300 metros
 

-¿El modelo que presentaba José González sobre romper el monte pudo haber sido el motivo de su salida de Medio Rural?

No lo sabemos pero realmente fue una sorpresa que llamó mucho la atención. Las medidas que proponía González suponía eliminar mucha superficie forestal, en exceso, y esto es un dato que se está discutiendo ahora: si se excede en superficie forestal por haberse comido espacio agrario y espacios periurbanos. Sin embargo, la realidad demuestra que solo con la mitad de lo que se corta en Galicia sería suficiente para mantener las factorías de pasta de papel y triturado. Es decir, con la superficie forestal que hay sobra para eso y para más industria. Un dato conocido en la Xunta es que para el año 2032 las previsiones eran de 245.000 hectáreas de eucalipto y ahora hay casi medio millón, y nadie se ha rasgado las vestiduras. Desde 1992 en que se aprobó el primer plan forestal nadie se ha molestado en hacer seguimiento, se ha dejado hacer. Además, de ese medio millón de hectáreas la mitad están en monte abandonado, porque en una primera corta sacas ganancia y en la segunda va mermando la ganancia porque no hay trabajo forestal por parte del propietario. Más de 200.000 hectáreas necesitan cambiar su gestión porque están abandonadas y nadie se preocupa por ellas, esto en el Eje Atlántico, desde Portugal hasta Viveiro. 

-Hay empresarios de la madera que también hablan de reordenación del monte. ¿Quién se beneficia de este abandono? 

Quien saca un gran beneficio de no hacer nada en el monte son los monopolios. Este monopolio de la madera se beneficiará siempre de tierras que se puedan forestar con eucalipto o pino y con la vista gorda de la administración. En el Consello Forestal de Galicia se reúnen patronales, administración y la parte social, a esta última nadie le hace caso. Quien ordena lo que se debe hacer son los monopolios y para eso no hace falta ordenación ni planificación porque sobran tierras por lo visto, ahí tenemos el caso de Altri. Dicen que queda superficie, claro que sí, si plantamos los pastos de explotaciones ganaderas claro que tenemos tierras, ¿y todo lo que queda atrás?, pues para el fuego. Esto es porque si hay un exceso de eucalipto y pino mal gestionado y esto es así porque son los monopolios quienes dirigen el rumbo de la política forestal en Galicia. Algunos son sensatos y reconocen que con menos superficie bien gestionada es suficiente.

La realidad demuestra que solo con la mitad de lo que se corta en Galicia sería suficiente para mantener las factorías de pasta de papel y triturado
 

-¿Considera que de una vez se ha tomado nota de lo que se debe hacer o no?

Lo primero y más urgente es actuar sobre las zonas quemadas, pero sin olvidar todo el territorio. Debería estar sobre la mesa las medidas de protección para esos suelos quemados. No se puede esperar a la llegada de lluvias fuertes con la consecuente pérdida de suelo y contaminación de aguas. En paralelo debería existir un plan de recuperación de esas zonas, ¿qué se va a hacer en esos lugares? La Xunta debiera hablar con los municipios y afectados para que con los técnicos den orientación para esas tierras, qué quieren las personas hacer en esos terrenos. Hace un año enviamos un documento a los grupos de la oposición sobre estos temas, un estudio donde también se señalaba que 500.000 hectáreas estaban en concentración parcelaria pero hay que conocer el estado en el cual están, la mitad plantadas a eucalipto o abandonadas. 

-¿Al final todo esto le costará a la conselleira María José Gómez su puesto en Medio Rural?

No lo sé, en tal caso una persona que asume un cargo como es el de conselleira de Medio Rural debe conocer al equipo con el que va a trabajar, conocer bien el territorio porque debes coordinar una serie de secretarías xerais, con la AGADER, que pueden decirte que todo está bien. El conocimiento del equipo y el territorio permite dar directrices. Si no es así, debe dimitir.