Las construcciones exteriores, que durante años se asociaban casi exclusivamente al almacenamiento, han pasado a funcionar como pequeñas extensiones habitables, adaptadas a las necesidades reales de la vida cotidiana.

Cada vez más hogares gallegos están convirtiendo sus parcelas en espacios útiles y versátiles. Desde áreas de trabajo independientes hasta habitaciones para invitados o rincones dedicados al ocio, estas estructuras permiten reorganizar la vivienda sin modificar la edificación principal y con una mayor flexibilidad de uso.

Un mercado tensionado que impulsa soluciones creativas

La presión del mercado inmobiliario gallego está llevando a los propietarios a buscar alternativas que no requieran reformas complejas ni largos trámites. En zonas urbanas y metropolitanas, donde el espacio disponible es limitado, aprovechar el jardín se ha convertido en una solución lógica y accesible.

Según un análisis reciente sobre las tendencias del mercado inmobiliario en Galicia, el incremento de la inversión y la demanda en zonas urbanas y emergentes está tensionando aún más los precios, lo que empuja a muchos propietarios a buscar alternativas dentro de sus propias parcelas.

En lugares como Vigo o el entorno de Santiago, agentes inmobiliarios explican que la posibilidad de instalar un espacio adicional es un elemento cada vez más valorado por quienes buscan vivienda. Contar con un despacho independiente para teletrabajar o con un cuarto de estudio se ha vuelto un argumento de peso a la hora de decidir una compra.

La clásica caseta de jardín ha dado paso a espacios mucho más completos y habitables. Hoy en día, estas estructuras se destinan a usos muy distintos, como zonas de teletrabajo, habitaciones de invitados en municipios con afluencia turística como O Salnés, estudios para actividades artísticas, gimnasios domésticos o incluso pequeñas estancias destinadas al alquiler en temporada alta, sobre todo en áreas costeras.

En el mercado gallego pueden encontrarse múltiples opciones que se adaptan a distintas necesidades. Entre las alternativas más demandadas destacan las casas de jardín, una solución ideal para quienes sienten que su vivienda se les ha quedado pequeña y buscan crear un rincón cómodo, tranquilo y bien organizado sin meterse en obras ni asumir costes difíciles de prever.

Cómo afrontar el clima atlántico para que la construcción dure y sea cómoda todo el año

El clima atlántico exige especial cuidado a la hora de instalar una construcción en el jardín. La humedad persistente, las lluvias frecuentes y los episodios de viento obligan a elegir materiales y sistemas de montaje que resistan el paso del tiempo.

Los especialistas coinciden en que es fundamental optar por maderas tratadas o materiales con protección frente a la humedad, así como incorporar un buen aislamiento que permita utilizar el espacio tanto en invierno como en verano. También destacan la importancia de instalar ventanas adecuadas para evitar condensaciones.

En zonas especialmente húmedas, como A Mariña o Bergantiños, una base ligeramente elevada o una cimentación preparada para terrenos blandos puede evitar filtraciones y futuros problemas estructurales. Estas consideraciones no solo mejoran la habitabilidad del espacio, sino que reducen la necesidad de mantenimiento y permiten un uso continuado a lo largo del año.

Qué deben tener en cuenta los propietarios en materia de permisos y normativa

La instalación de construcciones en el jardín depende de la normativa de cada ayuntamiento, por lo que conviene revisar las condiciones específicas del concello correspondiente. En general, las estructuras pequeñas o desmontables suelen tramitarse mediante comunicación previa, mientras que aquellas destinadas a un uso más permanente pueden requerir una licencia de obra.

Además de estos trámites básicos, los técnicos explican que es importante tener claro desde el principio qué uso se dará a la estructura, ya que no es lo mismo instalar un pequeño módulo para guardar herramientas que crear un espacio donde trabajar o recibir visitas. Ese uso previsto puede influir en el tipo de permiso necesario y en los requisitos que pide cada ayuntamiento.

Los técnicos recomiendan consultar el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) para conocer las limitaciones de superficie, altura o distancia a linderos. También aconsejan revisar si existen requisitos estéticos o materiales específicos en áreas protegidas o en barrios con una identidad arquitectónica marcada.

En ciudades como Vigo, A Coruña o Lugo, estas regulaciones suelen ser más estrictas debido a la densidad urbana y a la necesidad de preservar la coherencia del entorno. En municipios más rurales, en cambio, el margen suele ser mayor, aunque siempre es necesario verificarlo para evitar retrasos o modificaciones obligatorias a posteriori.

Cómo influyen estas construcciones en la inversión y en el diseño del hogar

Instalar una construcción en el jardín implica un coste menor que una ampliación estructural y ofrece beneficios claros para los propietarios, tanto en el uso cotidiano como en la percepción de valor de la vivienda. Además de crear nuevas estancias, estas estructuras pueden incrementar el precio de la propiedad en el mercado, especialmente en zonas con alta demanda como el entorno de A Coruña o las áreas periurbanas de Santiago.

Quienes buscan una solución para trabajar desde casa o disponer de un espacio adicional señalan que, en muchos casos, la inversión se amortiza con rapidez, ya sea por el ahorro en alquiler de oficinas externas o por la posibilidad de destinar la construcción a usos que generen ingresos complementarios.

Al mismo tiempo, el diseño de estas construcciones juega un papel fundamental. En Galicia conviven estilos arquitectónicos muy distintos, y las estructuras de jardín buscan integrarse con naturalidad en ese paisaje variado. La madera tratada, los tonos neutros y las líneas sencillas ayudan a que la instalación encaje con el entorno y mantenga una estética coherente con la vivienda principal.

También gana peso el interés por soluciones sostenibles, ya que muchos propietarios optan por aislantes ecológicos, sistemas de ventilación pasiva o cubiertas vegetales que mejoran la eficiencia energética y reducen el impacto visual. En jardines de menor tamaño, los diseños compactos y multifuncionales permiten aprovechar cada metro sin renunciar a la comodidad ni a la estética.

Una solución sencilla ante los retos de espacio que viven muchos hogares

La transformación del jardín en un espacio habitable refleja cómo los hogares gallegos están adaptándose a nuevas formas de vivir y trabajar. En un mercado inmobiliario cada vez más exigente, estas construcciones ofrecen una alternativa práctica, flexible y adecuada al clima de la comunidad.

Lejos de ser una solución pasajera, las construcciones de jardín continúan ganando protagonismo en Galicia. Su versatilidad, su coste moderado y su capacidad para mejorar el día a día de las familias indican que seguirán siendo una opción clave para quienes buscan ampliar su hogar de forma sencilla y eficaz.