Guardia Civil 8 - Iglesia Católica 3; pero el verdadero ganador del partido de Navidad de Boiro es la solidaridad

Ni las inclemencias meteorológicas típicas del invierno gallego ni la competencia de otros eventos deportivos lograron frenar el ímpetu solidario de la comarca del Barbanza este pasado domingo. El campo municipal de Vista Alegre, en Boiro, fue testigo de una jornada donde el fútbol pasó a un segundo plano para dejar el protagonismo a la generosidad vecinal, en un encuentro ya clásico que enfrentó a la Guardia Civil contra un combinado de sacerdotes. La cita logró recaudar fondos vitales para que Cáritas pueda continuar su labor de asistencia social en unas fechas donde la desigualdad se hace más patente.

El ambiente en las gradas demostró que la sociedad boirense responde cuando se la necesita, llenando los asientos a pesar del frío y la lluvia persistente que amenazaban con deslucir el evento. La movilización ciudadana fue la verdadera vencedora de la tarde, logrando reunir a familias enteras, grupos de amigos y curiosos que no quisieron perderse este singular duelo entre la autoridad terrenal y la espiritual. A pesar de que coincidían en horario partidos de competición oficial como el del Boiro contra el Arousa o el Cures frente al Bealo, la preferencia de los vecinos fue clara hacia este evento benéfico, demostrando que el tejido social de la localidad prioriza el apoyo mutuo sobre el mero entretenimiento deportivo.

Lo recaudado en taquilla y a través de donativos voluntarios ascendió a la cifra de 3.400 euros, un balón de oxígeno fundamental para la agrupación local de Cáritas. Este dinero se destinará íntegramente a cubrir las necesidades básicas de las familias más vulnerables del municipio y sus alrededores, quienes sufren con mayor rigor los embates de la crisis económica. La justicia social es el motor que impulsa a estos organizadores a vestirse de corto año tras año, recordando que detrás de cada uniforme o de cada sotana hay personas comprometidas con el bienestar de sus vecinos y dispuestas a colaborar para mitigar la precariedad en su entorno más cercano.

Una remontada divina... pero verde

En el plano estrictamente deportivo, el encuentro ofreció un guion digno de las mejores películas de suspense, con dos partes claramente diferenciadas que mantuvieron al público en vilo. Los sacerdotes, ataviados con su característica indumentaria amarilla y blanca en honor a los colores vaticanos, saltaron al césped con una estrategia ofensiva que sorprendió a sus rivales. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, el equipo clerical dominó el juego y logró irse al descanso con una ventaja de 2-3 en el marcador.o evitar la propia portería a toda costa.

Sin embargo, el paso por los vestuarios sirvió para que el equipo de la Benemérita reorganizara sus filas y planteara una segunda mitad mucho más física e intensa. Los agentes, procedentes de diversos puestos de la comarca como Boiro, Noia, Ribeira y Rianxo, impusieron su ritmo y lograron una remontada espectacular, anotando nada menos que seis goles en el segundo tiempo. La capacidad de reacción del conjunto verde fue imparable para los religiosos, que vieron cómo su ventaja inicial se desvanecía ante la efectividad goleadora de los funcionarios, quienes terminaron sellando el encuentro con un contundente 8-3 final.

A pesar de la abultada derrota en el tiempo reglamentario, el espectáculo no decayó y la organización decidió regalar a los asistentes una tanda de penaltis adicional para prolongar la fiesta. Incluso en esta suerte, la Guardia Civil se mostró superior, transformando cuatro lanzamientos frente a los tres de los curas, que contaban en sus filas con párrocos llegados desde puntos tan distantes como Arzúa, Sobrado dos Monxes o Fene. La deportividad reinó en todo momento, aunque el equipo ganador tuvo que lamentar la lesión de rodilla de su portero, única nota negativa en una tarde donde la integridad física se puso en juego por un bien mayor.

Humor y compromiso institucional

El evento contó también con momentos de distensión y humor que sirvieron para conectar aún más con la grada, dividida entre los partidarios de uno y otro bando. Las bromas sobre multas de tráfico o la ayuda divina volaron entre los asientos, mientras el árbitro capeaba con ingenio las preguntas del animador sobre quién tenía más poder, si el Vaticano o el Ministerio del Interior. E

La presencia institucional también se hizo notar sobre el terreno de juego con la participación del alcalde de Boiro, José Ramón Romero. El regidor no dudó en enfundarse la camiseta amarilla con la cruz a la espalda para intentar ayudar al equipo de los sacerdotes, aunque su entrada en el campo no fue suficiente para revertir el dominio de la Guardia Civil.  

Al finalizar el encuentro, tanto los organizadores como los participantes coincidieron en calificar la jornada como un éxito rotundo, pensando ya en la próxima edición.