Ingeniero de Montes jubilado. Ex vicedecano del Colegio de Ingenieros de Montes. Ex-profesor del área de economía agria en la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría de la Universidad de Santiago en el campus de Lugo. Fue jefe del distrito forestal Fonsagrada-Ancares.
De la totalidad del monte privado individual en Galicia, 1,28 millones de ha, el 98,2% son de propiedad desconocida o dudosa según se refleja en el 4º Inventario Forestal Nacional (IFN4).
La superficie de bosques de frondosas autóctonas existente en Galicia se estima en unas 170.000 ha conforme a los criterios de la FAO, que considera como bosque las superficies continuas superiores a 0,5 ha. Una característica común de estas masas es que muchas de ellas quedaron recluidas en lugares con dificultad de asentamiento para otros usos agroganaderos.
La red natura 2000 (RN2000) de Galicia la conforman 16 zonas de especial protección de las aves (ZEPA) y 59 zonas de especial conservación (ZEC). Tiene una superficie total de 389.736 ha y, de conformidad con el Inventario Forestal Continuo de Galicia (IFCG), un 24,6 % (95.900 ha) está ocupada con formaciones arbóreas de frondosas autóctonas. La gestión de estas frondosas presenta mayores condicionantes, debido a que conviene mantener una dinámica natural de los propios ecosistemas.
Los instrumentos de gestión forestal en las masas de frondosas autóctonas son prácticamente inexistentes en Galicia, por lo que se podría decir que todo está por hacer, proponer y comprobar.
En el año 2024 las cortas de frondosas autóctonas, según el sistema de indicadores de la administración forestal, ascendieron a 274.640 m³ en terrenos de gestión privada, que suponen el 2,92 % del total de cortas, y por especies destacan 150.000 m3 de roble, 35.000 de abedul y 30.000 de castaño, y a 2.310 m³ en montes de gestión pública, que suponen 0,82 % del total de cortas. En consecuencia, la proporción de cortas de frondosas es prácticamente inexistente, tanto por el gran peso que tienen las especies de alta productividad como por el tipo de contrato (convenios y consorcios) que tienen los montes de gestión pública, los cuales se basan en la producción de madera con especies de crecimiento rápida.
El origen predominante de estas formaciones es natural, el IFCG tan solo considera de origen artificial (por semilla o plantación) el 13 % de las parcelas inventariadas.
El Plan Estratégico de la PAC (PEPAC) de España 2023-2027 constituye el marco de financiación básico para las medidas de fomento a aplicar en el ámbito específico de las formaciones de frondosas autóctonas.
El PEPAC prevé actuaciones sobre el cambio de uso de terrenos agrícolas a forestales, aunque la Ley 7/2012, de 28 de junio, de montes de Galicia (LMG) las impide al suprimir su art. 61 “cambio de actividad agrícola a forestal”.
La formación debería aplicarse a todos los niveles: desde el propietario, tanto público como privado y dentro de este, tanto individual como colectivo (comunidades de montes vecinales en mano común –CMVMC–, montes de varas), hasta la población, en general usuaria de una u otra forma de estas formaciones arbóreas.
Apoyándose en las medidas V.2.1 y V.2.2 de la Revisión del Plan Forestal de Galicia (RPFG), se deben establecer las siguientes actuaciones:
Propuestas de actuación:
La red de parcelas de alto valor genético deberá incluir parcelas de frondosas autóctonas, medidas I.3.1, I.3.2 y I.3.3 de la RPFG 2021-2040, y conservar el acervo genético forestal gallego.
Propuestas de actuación:
Establecer al menos un monte modelo por provincia, que cuente con una representación significativa de especies de frondosas autóctonas, y desarrollar una gestión que priorice la multifuncionalidad, que sea ejecutada por la Administración forestal (Medida I.1.5 de la RPFG).
Del PEPAC de España 2023-2027 se integran, como medidas forestales en la RPFG, cuatro tipos de intervenciones:
1. Apoyo a las organizaciones de productores forestales
2. Compromisos forestales de gestión con base en los modelos de GFS
3. Apoyo a las inversiones productivas. Actuaciones y ayudas
Las actuaciones más significativas a realizar serán:
Para facilitar que estas actuaciones se lleven a cabo se ofertarán dos tipos de ayuda:
4. Apoyo a las inversiones no productivas. Actuaciones
El incremento de la superficie forestal mediante la forestación, tanto de terrenos agrícolas de escasa productividad como de terrenos forestales desarbolados, contribuye a un doble objetivo:
Entre las posibles actuaciones destacan (medidas I.1.1 e I.1.5 de la RPFG):
Producción de madera
Se estima que el crecimiento corriente anual total de las frondosas autóctonas es de 4,5 millones de m3 y que la tasa de aprovechamiento alcanzaría un valor aproximado de un 6 %.
El incremento de la superficie de frondosas autóctonas en gestión pública debe servir para poner en práctica modelos selvícolas, establecidos en función de la especie, que preserven estas formaciones e incrementen de forma progresiva el potencial comercial de los usos industriales de leñas y maderas.
Promover la I+D+i en el desarrollo de nuevos productos forestales derivados de estas especies y en la mejora de los existentes, incrementando y diversificando la producción.
Incentivar las prácticas silvopastorales, en el marco de una gestión multifuncional, como técnica de prevención de incendios forestales.
En Galicia, muchos montes vecinales en mano común (MVMC) tienen su origen en montes de utilidad pública (MUP). En consecuencia, los MUP quedaron restringidos a una superficie muy escasa y los MVMC, procedentes de estos montes, pasaron de ser propiedad pública a propiedad privada de tipo germánico y, por tanto, deben incluirse en el Registro de Montes Protectores.
En los montes de gestión pública (consorcios y convenios) se debe dinamizar su gestión, promoviendo tanto intervenciones de mejora como su aprovechamiento. Los nuevos contratos temporales de gestión pública (CTGP), regulados en el art. 123 de la LMG, deberían priorizar a los montes de frondosas autóctonas.
Al respecto, cabe mencionar los arts. 21, 27 y 123 de la LMG:
En la actualidad los aprovechamientos de leñas de roble y rebollo que se hacen en Galicia originan las formas selvícolas de monte bajo (formados por árboles que provienen de brotes de raíz o cepa) y medio (coexisten pies de la misma especie, unos procedentes de semilla –brinzales– y otros de brote de cepa o raíz –chirpiales–).
Estos aprovechamientos suponen un proceso de selección genética regresiva que ha generado árboles con desarrollos y portes deficientes y, en consecuencia, productos de inferiores características. El roble y el rebollo poseen un rendimiento energético superior al de otras especies de frondosas autóctonas, consecuencia de la estabilidad térmica y, por tanto, con menor cantidad de materia prima se produce mayor cantidad de energía y durante más tiempo.
La leña representa un aprovechamiento de primera transformación, competible con los pellets que necesitan una transformación y elaboración mayor. El uso de las leñas evitaría las competencias oligopolistas de los productores de pellets.
Las estimaciones en cuanto a la producción de leñas de frondosas autóctonas son muy variables, oscilan entre los 500.000 m3, conforme a datos de la AFG presentados en el Foro del Recurso Maderero en Galicia (2015); hasta las 30.000 tn, que considera para el año 2022 el Anuario de estadística forestal estatal (MTERD, 2024).
Los aprovechamientos de las frondosas autóctonas van ligados necesariamente a la calidad de estación (conjunto de factores abióticos –clima, suelo, altitud, exposición– que caracterizan un lugar y determinan su capacidad para sostener el crecimiento de una determinada especie forestal), de manera que en aquellos terrenos con mejor calidad estación los fustes irán destinados a sierra, en los de calidad media, a leñas y en los de baja calidad, el roble/rebollo o bien se mantienen con función ambiental o restauradora, o bien se sustituyen por otras especies menos exigentes.
En un futuro, lo ideal sería un monte alto (masa arbórea nacida de semilla) con el fin de obtener madera de sierra de calidad. Para ello se proponen las siguientes actuaciones:
Debe tenerse en cuenta que las mejores calidades de madera se producen sobre aquellos árboles situados en umbrías y aumenta con la edad. Si se seca o almacena de forma inadecuada, la situada en umbría tiene mayor capacidad higroscópica de captar agua por impregnación de las paredes celulares.
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