Mientras esperamos que Pedro Sánchez comparezca en el Parlamento español para explicar la posición política del gobierno de turno (PSOE/Sumar) frente a los graves casos de corrupción que lo salpican (el caso Cerdán), y dado que ya en un artículo anterior di mi opinión sobre este asunto (https://gal.galiciapress.es/artículo/opinion/2025-06-13/5330160-pedro-sanchez-en la-senda-mariano-rajoy) esta vez quiero centrarme en algo que también me parece muy grave: la existencia de unas derechas extremas (PP/Vox) que están haciendo un daño enorme a la democracia española porque se han tirado al monte.
Hace unas semanas leía en varios periódicos: “tenemos en el gobierno a una organización criminal, a una mafia”. Estas declaraciones fueron realizadas por el señor Miguel Ángel Tellado, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, y no es la primera vez que las hace por lo que parece evidente que están muy meditadas. En esos días su jefe, el señor Núñez Feijoo, presidente del Partido Popular (PP), y en vísperas de la manifestación convocada por su partido, también llamaba “a llenar las calles de Madrid contra la mafia instalada en el gobierno... el gobierno más inútil y corrupto”. Para no ser menos, la señora Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmaba que “la mafia está gestionando nuestra nación”. Por su parte, en el Madrid Economic Forum celebrado en esos días, los asistentes, la flor y nata del neoliberalismo español, chillaron con gran entusiasmo «Pedro Sánchez, hijo de puta», «Pedro Sánchez, hijo de puta»,...”hay que acabar con los hijos de puta, socialistas de mierda”. No me quiero olvidar de la nueva revuelta que montaron en el Parlamento los diputados de las derechas extremas (PP/Vox), en este caso el pasado martes 17, cuando intentaron reventar el Pleno del Congreso por no aprobarse su propuesta sobre la fecha de comparecencia del señor Sánchez dado que no contaron con la mayoría suficiente. Una vez más las derechas extremas mostraron su cara real de totalitarios.
Dada la relevancia de quien hace este tipo de declaraciones, de quien utiliza gritos tan gratificantes, de quien tiene actitudes tan autoritarias resulta evidente que estamos ante unas derechas que han decidido tirarse al monte. Algo que tiene una explicación: como sucede en la fábula de la rana y el escorpión podemos decir que tirarse al monte está en el instinto de muchos representantes de estas derechas extremistas. Así sucede con políticos del Partido Popular (PP) y de VoX, periodistas afines e incluso economistas y empresarios que se definen como liberales pero que, por la forma de comportarse, parecen entender la lucha política como una batalla personal en la que, como sucedía durante la Edad Media en justas y torneos, el objetivo es destruir al contrincante, en este caso mediante la mentira, la calumnia y el insulto sin importarles convertir el escenario político y social en un lodazal.
Al mismo tiempo, y como señalamos en el artículo anterior, está la presencia de una extrema derecha (Vox) que le come terreno además de protagonismo a la derecha supuestamente socioliberal (PP), algo que a estos los pone de los nervios, pero del que no son quien de despegarse: el PP viene de renovar sus alianzas territoriales con Vox luego de los pactos de presupuestos en Murcia, Valencia y Baleares.
Cabe subrayar que esta estrategia está alimentada por miembros del Poder Judicial que le suministran a estas derechas extremas munición abundante con casos que en su mayoría parecen inventados. Todavía uno se pregunta: ¿dónde están las pruebas que demuestran la acusación de que está siendo objeto el Fiscal general, García Ortiz por parte del magistrado del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado? ¿Dónde están las pruebas de las filtraciones sobre las que lo acusa?
Otra pregunta que nos podemos hacer es si esta estrategia de las derechas extremas les servirá para ganar las elecciones del 2027 dado que una moción de censura no parece probable en esta legislatura. Si tomamos como un dato la asistencia a la manifestación del pasado domingo, 8 de junio en Madrid -50.000 asistentes para la Delegación del Gobierno, 100.000 para los convocadores- no había parecido que la alternativa Feijoo esté cerca. Por si esto no hubiera sido suficiente, la señora Isabel Ayuso, como se pudo comprobar en la Conferencia de Presidentes -con una actitud diferente a la de sus compañeros que tenían preparada otra estrategia- y en la propia manifestación -con un discurso alternativo al de Núñez Feijoo y claramente anticonstitucional-, parece dispuesta a dejar su huella (¿o algo más?) en el partido y en los votantes. Una señora Ayuso, discípula de la señora Esperanza Aguirre que viene de declarar que “a largo plazo, la dictadura franquista fue mejor que la República”.
La verdad es que tirarse al monte esconde el riesgo de...perderse entre espinos y zarzas.
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