El alza de Aliança Catalana obliga a Junts a un cambio de estrategia clave en la política española
Los de Puigdemont necesitan desesperadamente hacerse ver ante su electorado ante el avance de los de Sílvia Orriols. Por eso han propuesto a ERC un bloque común para negociar más cesiones del Gobierno de Pedro Sánchez. Un clavo ardiendo al que el socialista podría agarrarse para mantener a flote la legislatura.
La política catalana atraviesa una fase de fragmentación creciente y reordenación estratégica, marcada por el debilitamiento del bloque independentista tradicional y la aparición de nuevos actores que alteran los equilibrios internos. Los últimos barómetros demoscópicos reflejan un escenario cada vez más competitivo, en el que la cohesión soberanista ya no puede darse por sentada y donde las decisiones tácticas en Madrid adquieren un peso determinante.
Según el CIS de diciembre de 2025, Aliança Catalana alcanza un 0,5% de intención de voto a nivel estatal, situándose por delante de Junts per Catalunya, mientras que ERC se consolida como la fuerza independentista más fuerte, con un 2,1%. Aunque estas cifras no anticipan un peso decisivo en unas generales, sí evidencian un desplazamiento simbólico relevante dentro del espacio soberanista, especialmente para Junts, que pierde centralidad frente a una formación emergente.
Este fenómeno se refuerza en el ámbito catalán. Las encuestas del CEO de la Generalitat sitúan a Aliança Catalana empatada con Junts en número estimado de escaños en el Parlament, con entre 19 y 20 diputados cada una, mientras que PSC y ERC aparecen por delante. La entrada de la formación liderada por Sílvia Orriols rompe la hegemonía histórica del espacio post-convergente y añade presión a los partidos independentistas tradicionales, obligándolos a replantear discursos, alianzas y tácticas.
Este contexto de competencia interna y fragmentación electoral explica en buena medida el movimiento estratégico que Junts impulsa ahora en el Congreso de los Diputados.
Junts busca la unidad independentista ante Aliança Catalana y la debilidad gubernamental
En este escenario, Junts per Catalunya propone articular un bloque conjunto con Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso como respuesta tanto al avance de Aliança Catalana como a la fragilidad parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez. La iniciativa parte de la portavoz de Junts en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, que plantea unir a los siete diputados de Junts con los siete de ERC para formar un bloque de catorce parlamentarios independentistas.
Nogueras sostiene que la actual “debilidad” del Ejecutivo socialista abre una ventana de oportunidad para forzar concesiones relevantes en materia de financiación, derechos y reconocimiento institucional para Catalunya. Desde su punto de vista, actuar de forma coordinada permitiría maximizar la capacidad de presión, mientras que mantener estrategias separadas reduce la eficacia del independentismo en Madrid.
“Plantarse es una parte de esta metodología”, afirma la portavoz, defendiendo que el momento político permite avanzar en cuestiones estructurales como el reconocimiento nacional o el derecho a la autodeterminación desde el propio Congreso. Esta propuesta se inscribe en la línea más dura que Junts ha adoptado tras su ruptura con el PSOE, una estrategia que considera imprescindible para obtener resultados tangibles.
El argumento parlamentario de Junts: confrontación estratégica
El núcleo de esta táctica se manifiesta en la decisión de Junts de rechazar los objetivos de estabilidad y deuda para el periodo 2026-2028 presentados por el Gobierno de Sánchez. Esta negativa ha generado críticas y controversia, al coincidir con el voto contrario de partidos como el PP o Vox, algo que Junts rechaza como lectura política.
La formación defiende que su posición responde exclusivamente a la defensa de los intereses de Catalunya, especialmente en el ámbito de la financiación. Según sus cálculos, la senda de déficit propuesta por el Ejecutivo asignaría a Catalunya unos 1.038,7 millones de euros, una cifra que Junts considera muy alejada de lo que correspondería a la comunidad. A su juicio, una distribución justa debería situarse por encima de los 8.000 millones de euros.
Esta brecha cuantitativa se ha convertido en uno de los principales argumentos de Junts para justificar su estrategia de confrontación parlamentaria y reforzar la idea de que la presión directa es más eficaz que la negociación sin condiciones.
Logros y prioridades tras el distanciamiento con el PSOE
Junts sostiene que su estrategia independiente ya ha dado frutos. Desde el distanciamiento con el PSOE, el partido reivindica varios avances legislativos logrados en el Congreso, que presenta como prueba de la eficacia de la confrontación táctica.
Entre estos logros se incluyen el aplazamiento de la aplicación del sistema Verifactu, la aprobación de la ley contra la multirreincidencia y la paralización de incrementos en las cuotas de los autónomos. A ello se suma la reducción del impuesto de sociedades para pequeñas y medianas empresas, una medida que Junts destaca como especialmente relevante para el tejido económico catalán.
Nogueras subraya que estos avances demuestran que negar apoyo al Gobierno cuando no atiende las demandas catalanas puede traducirse en resultados concretos. En paralelo, insiste en que cuestiones como la oficialidad del catalán en la Unión Europea y el aumento de competencias para la Generalitat siguen siendo prioridades irrenunciables.
ERC redefine su papel y evalúa riesgos y oportunidades
Para Esquerra Republicana de Catalunya, la propuesta de Junts llega en un momento delicado. ERC es actualmente la fuerza independentista mejor situada en las encuestas, tanto a nivel estatal como autonómico, pero debe decidir cómo equilibrar su identidad soberanista con una estrategia pragmática que le permita obtener resultados sostenibles.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha criticado a Junts por lo que considera actitudes que dispersan esfuerzos y dificultan la consecución de acuerdos estructurales con el Gobierno. Frente a ello, Nogueras replica que “la energía y la fuerza que algunos gastan en atacarnos deberían dedicarlas a presionar al Gobierno español por lo nuestro”, defendiendo que un bloque conjunto podría transformar la capacidad de influencia del independentismo.
Este cruce de posiciones refleja un debate estratégico de fondo: confrontación abierta frente a negociación pragmática. Históricamente, ERC ha optado por esta última vía, buscando acuerdos estables que, aunque graduales, puedan traducirse en avances concretos para Catalunya.
El ascenso de Aliança Catalana: factor de presión y fragmentación
Mientras Junts y ERC discuten el rumbo a seguir, Aliança Catalana se consolida como un actor disruptivo dentro del independentismo. Su discurso, especialmente duro en cuestiones como seguridad y multirreincidencia, conecta con sectores descontentos con los partidos tradicionales y erosiona la base electoral del post-convergente.
Este crecimiento no solo afecta a Junts, sino que también obliga a ERC a definir su posición frente a una formación que capitaliza el malestar y cuestiona la moderación estratégica. La presencia de Aliança Catalana introduce una competencia interna directa que dificulta la articulación de un frente soberanista cohesionado.
La fragmentación electoral y el desafío de la cohesión
Los barómetros recientes apuntan a un Parlament altamente fragmentado, con el PSC como primera fuerza, seguido por ERC y un bloque donde Junts y Aliança Catalana compiten estrechamente. Ningún partido parece en condiciones de asegurar mayorías claras sin pactos amplios, lo que condiciona tanto la política autonómica como la estrategia en Madrid.
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