Irán "se reserva todas las acciones para defender su integridad" según el ministro de AAEE iraní Abbas Araghchi

Irán, por voz de su ministro de AAEE, Abbas Araghchi, ha pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que convoque una reunión de emergencia para denunciar los ataques que califica de “ilegales” y “temerarios”, realizados recientemente por Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes.

En una carta enviada a la presidencia rotativa del Consejo, actualmente ocupada por Guyana, la misión iraní ante la ONU ha exigido que Estados Unidos y “el régimen sionista de Israel, sedientos de sangre”, sean responsables de estas “flagrantes violaciones del Derecho Internacional” y afronten “graves consecuencias”.

La representación iraní insiste en que estos ataques han sido “no provocados” y forman parte de “acciones salvajes y criminales”, por lo que reclama que la comunidad internacional los condene de inmediato. Para ello, solicita que el Consejo de Seguridad se reúna “sin demora”.

BOMBARDEO DE EEUU SOBRE IRÁN

Estados Unidos ha ejecutado bombardeos sobre tres instalaciones nucleares clave en Irán, intensificando el conflicto en Oriente Medio y generando una oleada de reacciones internacionales. El presidente Donald Trump ha calificado la operación como un éxito y ha advertido que aún quedan más objetivos en la mira, mientras la tensión se dispara en la región y crecen los temores de una guerra prolongada.

Escalada militar en el corazón de Oriente Medio

La ofensiva estadounidense ha tenido como blanco las plantas nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan, consideradas esenciales en el programa nuclear iraní. Según fuentes oficiales, los aviones estadounidenses abandonaron el espacio aéreo iraní tras completar la misión, que incluyó el uso de potentes bombas diseñadas para penetrar instalaciones subterráneas fuertemente protegidas. El ataque se produce después de semanas de amenazas y negociaciones fallidas, en un contexto marcado por la reciente intensificación de los enfrentamientos entre Irán e Israel.

Irán responde con firmeza y promete resistencia

Las autoridades iraníes han condenado enérgicamente lo que califican de “violación sin precedentes” del derecho internacional y han afirmado que el país tiene derecho a defenderse con todos sus recursos frente a lo que consideran una agresión. 

El Ministerio de Exteriores iraní sostiene que Estados Unidos ha traicionado los procesos diplomáticos y actúa al margen de cualquier norma, apoyando a Israel en sus acciones militares. Teherán advierte que la respuesta será contundente y que la seguridad nacional de Irán está en juego.

Esta mañana Irán ha vuelto ha bombardear Israel. Al menos diez misiles han logrado esquivar el sistema antiáreo hebrero, el mayor número de impactos registrado hasta ahora en la guerra. 

El conflicto amenaza con desbordarse

Analistas internacionales advierten que la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto supone el mayor riesgo de política exterior de la administración Trump. 

La posibilidad de que Irán cierre el estratégico Estrecho de Ormuz, ataque bases estadounidenses en la región o intensifique los lanzamientos de misiles sobre Israel, podría desencadenar una guerra de mayor alcance y duración de la prevista por Washington. 

Además, la acción militar podría empujar a Irán a acelerar su programa nuclear de manera clandestina, elevando el riesgo de proliferación nuclear en la zona.

Consecuencias globales y dudas internas en EE.UU.

El ataque ha generado críticas tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Sectores demócratas y parte del propio movimiento “America First” cuestionan la legalidad y la necesidad de la operación, recordando que los servicios de inteligencia no habían detectado una amenaza inminente por parte de Irán. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de que el conflicto derive en una crisis energética global y en una nueva ola de inestabilidad en Oriente Medio.

En medio de la confusión y la escalada de violencia, el presidente Trump insiste en que su objetivo es forzar a Irán a negociar, aunque expertos consideran improbable que Teherán ceda bajo presión militar directa.