El temporal que azota Galicia con viento y lluvia empieza a aflojar a partir del mediodía
Galicia amanece este martes bajo la influencia de un potente frente atlántico que ha obligado a activar numerosas alertas y a modificar la rutina diaria en gran parte de la comunidad. Las fuertes rachas de viento y la mala mar son los protagonistas indiscutibles de un episodio meteorológico adverso que ha llevado a la Xunta a suspender actividades escolares al aire libre en diversas zonas de la provincia de A Coruña y a pedir máxima precaución a la ciudadanía. Mientras el viento ruge con fuerza en el litoral, la inestabilidad del terreno ya ha provocado los primeros incidentes geológicos.
La situación meteorológica está dominada por el paso rápido de un sistema frontal muy activo que atraviesa la comunidad de oeste a este. Esto se traduce en una intensificación notable del viento, que sopla con fuerza del suroeste, alcanzando rachas muy severas que complican la vida en las zonas más expuestas. A medida que avance el día, se espera que las precipitaciones más intensas, que comenzaron en la fachada atlántica, se desplacen progresivamente hacia el interior, afectando sobre todo a las provincias de Lugo y Ourense antes de que se abran claros por el occidente.
El mapa de riesgos elaborado por las autoridades muestra un escenario complicado, con avisos de nivel amarillo y naranja repartidos por casi toda la geografía gallega. La excepción es el valle del Miño en Ourense, única zona que escapa a las advertencias oficiales.
Lo más preocupante se concentra en el mar, donde se ha activado la alerta naranja por temporal costero en el litoral de A Coruña, tanto según Meteogalicia como según AEMET.
Será peligroso andar cerca de la costa, previéndose olas que podrían alcanzar los siete metros de altura combinadas con vientos de fuerza nueve, una situación que se mantendrá, aunque con menor virulencia, hasta la jornada del miércoles.
Precaución máxima en el litoral
Los efectos del temporal ya se dejan sentir físicamente en el territorio. En el municipio coruñés de Valdoviño se ha registrado un significativo desprendimiento de tierra en los acantilados de Campelo. Este fenómeno pone de manifiesto la fragilidad de la costa ante el embate continuo de los elementos. El alcalde de la localidad, Alberto González, ha confirmado el suceso y, aunque lo califica como un proceso natural esperable en estas circunstancias, ha lanzado un mensaje de prudencia a vecinos y visitantes.
El regidor de Valdoviño ha insistido en que nadie debe acercarse al borde de los acantilados ni a las zonas afectadas. La combinación de lluvias persistentes y viento ha dejado el suelo muy debilitado, lo que incrementa el riesgo de nuevos derrumbes. Según ha explicado González, la seguridad debe ser la prioridad absoluta, ya que el terreno podría ceder de nuevo sin previo aviso, convirtiendo un paseo por la costa en una actividad de alto riesgo durante estas jornadas de inestabilidad atmosférica.
Ante la previsión de ráfagas que podrían superar los 100 kilómetros por hora, la Comisión Escolar de Alertas tomó medidas preventivas desde la noche del lunes. Se ha decretado la suspensión de actividades en el exterior de los centros educativos hasta las 16:00 horas de este martes en las zonas del oeste y suroeste de la provincia de A Coruña. Esta medida afecta a una larga lista de municipios que incluye desde Camariñas y Fisterra en la Costa da Morte, hasta localidades de la ría de Arousa como Ribeira o Boiro, buscando evitar accidentes con el alumnado en los patios o instalaciones descubiertas.
La actividad deportiva reglada tampoco se libra de las restricciones. La Dirección Xeral de Emerxencias e Interior ha comunicado la cancelación del deporte federado y del programa Xogade que se realice al aire libre. Las restricciones horarias varían según la zona, afectando especialmente al oeste y noroeste coruñés hasta primera hora de la tarde. En el ámbito marítimo, la prohibición de actividades es aún más extensa, abarcando desde la Costa da Morte hasta las Rías Baixas y el Miño en Pontevedra, así como la Mariña Lucense, paralizando la práctica náutica para garantizar la integridad de los deportistas.
Los registros meteorológicos confirman la virulencia del frente. Durante la madrugada del lunes, la estación de A Gándara, situada en Vimianzo, midió una racha de viento que alcanzó los 112,1 kilómetros por hora. Este dato valida las previsiones de MeteoGalicia, que anunciaban vientos superiores a los 70 km/h de forma generalizada y picos de más de 100 km/h en puntos expuestos de A Coruña. En cuanto a las temperaturas, el contraste es marcado: mientras Ribadeo disfrutaba de unos inusuales 17,6 grados, en A Veiga los termómetros se desplomaban hasta los 2,4 grados.
De cara al miércoles, la situación tenderá a normalizarse progresivamente. Galicia quedará bajo una influencia transitoria de las altas presiones, lo que traerá una calma relativa. El día comenzará con bancos de niebla en el interior y algunos chubascos residuales en el oeste, pero los cielos irán alternando nubes y claros. No obstante, se notará un cambio térmico, con un descenso de las temperaturas y unas mínimas que bajarán considerablemente, llegando a los 5 grados en ciudades como Lugo.
Desde la Xunta de Galicia y el 112 se reitera la necesidad de extremar la autoprotección. Se ha instado a la población a mantenerse alejada de diques, rompientes y paseos marítimos donde el mar pueda golpear con fuerza. También se recuerda a los propietarios de embarcaciones la importancia de revisar los cabos y amarres para evitar que el fuerte oleaje cause daños materiales o suelte las naves. La coordinación entre ayuntamientos, diputaciones y grupos de Protección Civil se mantiene activa para responder a cualquier incidencia derivada de este temporal que, aunque breve, está siendo intenso.
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