Un solo paciente con Covid-19 en las UCI gallegas afianzan la gripalización y el fin de la crisis sanitaria

Los datos de la pandemia en Galicia no podrían ser más esperanzadores en estos momentos. Es cierto que hay 1.300 casos activos y que permanecen hospitalizados más de un centenar de enfermos de Covid, pero la realidad en torno a la virulencia de la enfermedad es que su impacto es cada vez menor. 

El aumento en el total de fallecidos en las últimas dos semanas es de apenas trece decesos más. La media es muy pobre en estos momentos, apenas 1,5 por jornada, y la transmisión sigue siendo baja. El escenario es cada vez mejor, si bien toca ser especialmente cautos, ya que la principal incógnita en estos momentos es saber cómo responderá la gripalización en otoño, cuando la ola estacional de la gripe pueda solaparse con una nueva ola de Covid. 

La incidencia acumulada semanal baja medio punto, hasta los 32,52 positivos por 100.000 habitantes. La incidencia acumulada a 14 días decrece también, casi un punto, hasta situarse por debajo de los 67 casos por cada 100.000 habitantes. Las dos indicadores están estables y dibujan una leve tendencia a la baja.

El doble de la incidencia a 7 días es algo menor que la incidencia a 14 días. La razón de tasas es de 0,97, un 0,01 mejor que ayer, por lo tanto en la última semana hubo un 3% de positivos menos que en la penúltima. Llevamos todo el mes con variaciones mínimas, inferior al 5% en uno u otro sentido. Esto dibuja todavía más estabilidad. 

EVOLUCIÓN DE LOS CASOS ACTIVOS

El total de infectados desciende hoy casi un 4%. Algo que ayuda a que lo realmente importante , ante las oscilaciones semanales producidos por los ritmos burocráticos del SERGAS, la media móvil a siete días, se dispare hasta el -2,46% cuando ayer era del -1,8%. Estamos mejorando, hoy con un sensacional descenso que acelera el ritmo de bajada. Hay que esperar y ver si este apartado también se sostiene en el tiempo.

DATOS POR ÁREAS

A Coruña, con 25, es el área que más positivos notifica. No es una cifra especialmente alta. Vigo y Santiago también reflejan más de una veintena de casos. Lugo es el área que tiene todavía un paciente en la UCI.

CAMBIOS DE MÉTODO 

Hay que recordar que con el sistema implantado, solo se hacen pruebas a personas mayores de 60 y colectivos especialmente vulnerables, enfermos de cáncer o asmáticos, por ejemplo. También ha profesionales sanitarios y trabajadores de residencias.

Ahora tampoco se suman los positivos de autotest caseros, que eran mayoría en el anterior sistema. Esto provoca que los índices de sean muchísimo más bajos de lo que es la transmisión real. 

El cambio de método de seguimiento de la transmisión se produjo a finales de marzo. Hubo otro cambio de forma de contar posterior, en hospitalización. El SERGAS redujo el número de días que un hospitalizado cuenta como enfermo de covid. Esto redujo artificialmente la cifra de hospitalizados se ejecutó en la penúltima semana de abril.

En los últimos meses hubo un tercer cambio estadístico producto de la polémica estrategia de 'gripalización', en fallecimientos. A finales de mayo la Xunta dejó de contar todos los muertos con covid. El SERGAS ahora solo informa de los decesos en los que considera que el coronavirus jugó un papel clave, algo que no deja de ser muy subjetivo. Esto también provocó la rebaja artificial de la curva de fallecimientos.   

ANÁLISIS ACTUAL Y EVOLUCIÓN POSIBLE

Con estas estadísticas, la inferencia que se puede realizar es:

• La pandemia está  en una fase muy tranquila, con niveles de transmisión relevantes pero relativamente bajos.
• Estamos ya casi a un mes desde el punto de inflexión, cuando a mediados de agosto la brusca y pronunciadísima mejoría veraniega acabó por apagarse. Sin embargo, no ha surgido ninguna ola ni hay indicios de que salte pronto. 
• ¿Qué podemos esperar de los próximos días?  Una evolución con leves vaivenes en la transmisión y un incremento muy modesto de la hospitalización. Ahora bien, la incógnita es cómo la vuelta a las oficinas y a las aulas de estos días afectará a la transmisión. En teoría, la aumentará, aunque esto es una hipótesis porque las aglomeraciones veraniegas no provocaron ninguna ola por ahora. El otoño marcará un antes y un después en la pandemia, pudiendo ser, incluso, su punto y final, siempre que no salten nuevas variantes. 

• Para comprobar estos posibles efectos de los reencuentros de septiembre tendremos que esperar hasta mediados de mes, cuando deberían empezar a dejar notarse en las gráficas.