Tregua en la pelea por la Facultad de Medicina: USC cede espacio a Vigo y A Coruña hasta 2009
El acuerdo entre las tres universidades gallegas y la Xunta abre una nueva etapa en la enseñanza médica universitaria. La docencia del Grado en Medicina se repartirá entre Santiago, Vigo y A Coruña, con un calendario cerrado hasta 2029 y un refuerzo previsto de cuarenta plazas de profesorado.
Los rectores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), la Universidade de Vigo (UVigo) y la Universidade da Coruña (UDC) ratificaron oficialmente con la Xunta el principio de acuerdo alcanzado el pasado 6 de noviembre para descentralizar la docencia del Grado de Medicina. La dificultad para cerrar los flecos del pacto provocó que la presentación no se realizase hasta ayer lunes. Una clara muestra de la complejidad y también fragilidad del pacto.
Este paso, que se considera histórico en el sistema universitario gallego, repartirá la formación médica entre las tres grandes ciudades y comenzará a aplicarse a partir del próximo curso académico.
El proceso arrancará con la descentralización de las clases prácticas de 5.º curso, que se desarrollarán también en los hospitales de Vigo y A Coruña. En 2027-2028 el cambio se ampliará a la enseñanza teórica y práctica del mismo curso, y se completará en 2028-2029 con el traslado de la docencia de 4.º curso. Actualmente, las prácticas de 6.º ya se realizan en los principales hospitales gallegos.
Para llevar a cabo la primera fase, se crearán dos nuevas unidades docentes: una con sede en el complejo hospitalario de A Coruña (CHUAC) y otra en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. La redistribución de alumnado se traducirá en 100 estudiantes en cada una de estas sedes y 200 en Santiago, manteniendo a la capital gallega como núcleo principal de la titulación.
El nuevo modelo se adopta en un contexto de tensiones en el sistema sanitario gallego provocadas por la escasez de médicos y las dificultades para cubrir plazas en atención primaria. La descentralización busca no solo equilibrar las oportunidades formativas, sino también reforzar la vinculación entre la formación universitaria y los hospitales comarcales y urbanos, aprovechando los recursos humanos disponibles en todo el territorio.
La Xunta de Galicia, a través de las consellerías de Educación y Sanidade, valora el acuerdo como una fórmula intermedia entre las demandas de ampliación de plazas y las limitaciones presupuestarias de crear nuevas facultades. La intención, según fuentes del ámbito universitario, es aumentar la capacidad de formación sin duplicar estructuras.
Para supervisar el desarrollo del proyecto, se constituirá una comisión de seguimiento que evaluará la docencia, la planificación del profesorado y el reparto de alumnado. Este órgano, que deberá avanzar en su trabajo antes del 21 de enero, estima necesarias unas cuarenta nuevas plazas académicas, especialmente en las áreas clínicas vinculadas a las dos nuevas unidades.
Los ayuntamientos, entre la expectación y la cautela
Las tres urbes gallegas implicadas acogen el acuerdo con reacciones diversas. En Santiago, el gobierno local destaca la importancia de mantener el liderazgo histórico de la USC en Medicina, aunque muestra disposición a colaborar con las otras ciudades. En Vigo, el consistorio celebra la descentralización como una oportunidad para reforzar su papel sanitario y académico, pero lamenta no haber logrado la creación de un grado propio, propuesta defendida en los últimos años por la Universidad de Vigo. Por su parte, el Ayuntamiento de A Coruña confía en que la medida impulse la actividad del CHUAC y respalde su capacidad investigadora.
Durante la presentación del acuerdo, el rector de la UVigo, Manuel Reigosa, subrayó la “generosidad” de todas las partes y resaltó que, a diferencia del intento fallido de 2015, ahora existe un calendario concreto y verificable. También confirmó que su universidad retirará la petición presentada recientemente para implantar su propio grado en Medicina, apostando por este modelo compartido.
El rector de la USC, Antonio López, destacó la “capacidad de diálogo” mostrada y la prioridad de fortalecer el sistema universitario gallego en conjunto. A su juicio, este acuerdo es “más amplio, más ambicioso y más realista” que el de hace una década, y permite que todo el sistema sanitario gallego participe en la formación de nuevos médicos.
Por su parte, el rector de la UDC, Ricardo Cao, matizó que la intención de su universidad de crear un grado propio “no resulta incompatible” con el modelo acordado. Aclaró que la propuesta permanecerá aparcada, aunque podrá retomarse si las circunstancias lo permiten y el documento deja abierta esa posibilidad.
Texto secreto pendiente de ratificación
El texto definitivo, que todavía no se ha hecho público, debe recibir ahora el aval del Consello de Docencia Clínica y de los Consellos de Goberno de las tres universidades. Solo tras estas aprobaciones se iniciará la implantación efectiva del nuevo esquema docente.
Según los responsables universitarios, la descentralización supondrá una mayor implicación de todo el sistema sanitario público gallego en la formación médica. Los hospitales comarcales también tendrán la posibilidad de acoger prácticas, lo que podría contribuir a aliviar la falta de profesionales en zonas con menor cobertura.
El acuerdo establece además que cada docente estará vinculado exclusivamente a la universidad y hospital de referencia, introduciendo cláusulas de garantía y mecanismos de “salida” en caso de incumplimiento de los compromisos fijados. Las universidades consideran que este punto da estabilidad institucional al proyecto y evita conflictos competenciales.
En el ámbito político, la medida se interpreta como un paso hacia la modernización del sistema universitario gallego, aunque algunos sectores del profesorado advierten de que la descentralización no resolverá, por sí sola, la falta estructural de médicos especialistas ni la sobrecarga asistencial en los hospitales gallegos.
En la práctica el pacto supone la postergación de la creación de nuevos grados propios en Vigo y A Coruña, lo que algunos ven como una solución de compromiso que evita duplicidades pero deja interrogantes sobre el reparto de recursos y el coste económico, detalles que aún no se han publicado completamente. También está claro que es un pacto temporal. En 2029, sino antes, volverá a empezar la refriega.
La Xunta justifica la medida como parte de su estrategia para paliar el déficit de profesionales médicos, especialmente en atención primaria, mientras que la oposición responsabiliza al gobierno autonómico de la falta de médicos por recortes prolongados en la sanidad gallega.
En cuanto a los ayuntamientos, Vigo ha expresado públicamente su deseo de contar con una Facultad de Medicina propia, defendido reiteradamente por el alcalde Abel Caballero, quien considera insuficiente la descentralización y pospone su reclamación hasta dentro de dos años. En A Coruña, la Universidad también ha aplazado la solicitud de crear un grado específico, condicionando su postura a futuras decisiones. En Santiago, el gobierno municipal pone el acento en la importancia de mantener su liderazgo histórico en la docencia médica, mientras colabora con el proceso de descentralización.
El sector sanitario, por su parte, acompaña la noticia con diversidad de matices. Si bien se reconoce el avance en la docencia y la incorporación de nuevas plazas docentes, persiste el malestar por la falta de médicos y las dificultades para cubrir plazas, lo que ha motivado huelgas recientes, sobre todo en hospitales y atención primaria.
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