Primero fue Polonia, después Noruega, esta semana le tocó a Dinamarca y esta noche a Alemania. La sucesión de incidentes en aeropuertos y las invasiones del espacio aéreo de Estonia y Rumania confirman la sospecha de que Rusia está intentado meter presión a Europa en un momento en el que hay serias dudas de que Estados Unidos respalde a los otros miembros de la OTAN en caso de un enfrentamiento bélico directo con el Kremlin.
Tres aeronaves han permanecido más de diez minutos fuera del espacio aéreo ruso y sobre terrtiorio de un Estado miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Este movimiento del ejército ruso eleva todavía más la tensión con Europa en un momento en el que el uso de drones en territorio polaco también ha provocado un importante conflicto.