La desinformación es un elemento que preocupa a las élites económicas mundiales, ya no solo por el daño que hacen al periodismo -por el desprestigio y la falta de confianza sobre los medios de comunicación que acarrean- y a la sociedad, sino también las imprevisilbles consecuencias económicas que puede tener una noticia falta, que puede tener un impacto inimaginable sobre los mercados.