#Claves de la semana

La influencia de la psicología en el póker

Primero sienten la alegría de conseguir las primeras victorias o resultados positivos en el juego de cartas, pero después también sufren el disgusto de la derrota. En esos momentos amargos es donde entran en juego las habilidades psicológicas del jugador, especialmente para mantener la confianza en su juego y tener la suficiente paciencia para volver a conseguir resultados positivos.Ramas de la psicología aplicada al pókerHoy en día se pueden diferenciar dos ramas de la psicología aplicada al póker: la psicología del jugador y la psicología de los rivales.


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La psicología es la ciencia que estudia la conducta humana, así como los procesos mentales, para tratar de describir y explicar todos los aspectos de los sentimientos, de las percepciones, del pensamiento y de las acciones humana. Esta ciencia tiene diferentes ámbitos de aplicación. De hecho, los conocimientos psicológicos pueden ser aplicados hasta al póker, el juego de cartas más popular del mundo. El doctor Daniel DeBrule, profesor de la Universidad South Bend de Indiana, da clases de psicología clínica durante el curso académico y cada verano imparte un curso relacionado con su mayor afición, el póker. En este curso llamado “Poker: conceptos conductuales, clínicos, cognitivos y sociales”, DeBrule comparte sus conocimientos psicológicos aplicados al juego de cartas con unos 30 estudiantes universitarios, ya que considera que nunca se ha ahondado en la importancia de la psicología en el póker desde el ámbito académico.


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DeBrule considera que hablar de póker en el entorno académico puede ayudar a legitimar el juego, aunque su principal objetivo es profundizar en los aspectos de un animal complejo como es el jugador de póker. El curso impartido por el psicólogo clínico cubre cómo los jugadores lidian con los estados de ánimo en la mesa de juego, así como las motivaciones existes para jugar al popular juego de cartas. Además, también reflexiona cómo el juego puede ser un esfuerzo gratificante para la gran mayoría de las personas. En cualquier caso, no es la primera vez que una institución estadounidense añade el póker a su programa de estudios. Años antes, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de California, la Universidad de Susquehanna y la Universidad de Richmond también realizaron investigaciones sobre cómo la psicología era importante en el juego de cartas.


Azar y psicología

El póker siempre ha sido considerado un juego de azar. Sin embargo, el factor suerte pasa a un segundo plano en la alta competición, donde entran en juego aspectos como la habilidad, la estrategia y la psicología. Por este motivo no es de extrañar que la Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA) reconociera el póker como un juego mental y de habilidad en el año 2010. Además, la International Poker Federation (IPF) también ha demostrado, con sólidos argumentos científicos, que en este juego de cartas prevalece la habilidad por encima del azar. Un jugador puede ganar una partida o un torneo gracias a la suerte, pero, a largo plazo, el azar suele ser igual para todos los jugadores. En el póker no gana el jugador que tiene la mejor mano de la mesa, sino el jugador que toma mejores decisiones a la hora de jugar sus cartas.


Desarrollar un juego ganador, ya sea de manera profesional o no, requiere de unas determinadas cualidades y habilidades. Desde el punto de vista de la psicología práctica se pueden encontrar conceptos claves como la concentración, la gestión emocional y del estrés, la paciencia, la toma de decisiones o la disciplina, entre otros procesos psicológicos implicados. Los jugadores principiantes se encuentran con dos emociones básicas. Primero sienten la alegría de conseguir las primeras victorias o resultados positivos en el juego de cartas, pero después también sufren el disgusto de la derrota. En esos momentos amargos es donde entran en juego las habilidades psicológicas del jugador, especialmente para mantener la confianza en su juego y tener la suficiente paciencia para volver a conseguir resultados positivos.


Ramas de la psicología aplicada al póker

Hoy en día se pueden diferenciar dos ramas de la psicología aplicada al póker: la psicología del jugador y la psicología de los rivales. Un buen jugador de póker tiene que afrontar las partidas con una actitud positiva y relajada, intentando siempre controlar las emociones y reacciones en la mesa. En todos los juegos de poker se genera mucha tensión, por este motivo es importante mantener la concentración para evitar movimientos involuntarios, conocidos como tells, que puedan afectar el desarrollo normal de la partida. El principal problema de los tells es que ofrecen información al rival sobre la fortaleza de la mano, un aspecto vital en un juego de información incompleta como es el póker. 


El estado de ánimo es uno de los aspectos más importantes del juego de un jugador de póker, aunque siempre debe combinarse con una cierta habilidad en la mesa. Aprender a canalizar las emociones en beneficio del juego de cartas es vital para convertirse en un jugador ganador. Además, los resultados de las partidas o torneos se tienen que evaluar a largo plazo, aunque nunca se debe tener miedo a la derrota, especialmente si el jugador considera que ha tomado las decisiones apropiadas en el transcurso de las partidas, ya que hay que recordar que hay ciertos aspectos del juego que no se pueden controlar y que dependen del azar. Un análisis del juego que tiene que ser objetivo, ya que esa es la única forma de mejorar para corregir los errores en el futuro y no perder el control.


La psicología aplicada a los rivales entra en juego especialmente en el poker en vivo, donde el estudio del lenguaje corporal es un elemento esencial. Además de saber controlar su propio cuerpo y movimientos durante los momentos de tensión habituales en el transcurso de las partidas, un buen jugador de póker también debe saber interpretar a sus rivales en la mesa de juego. De esta forma, siempre hay que prestar atención a diferentes gestos o movimientos que puedan indicar cierto nerviosismo o tensión, ya que con ello se puede descubrir la fortaleza de la mano del rival o el farol.


Pequeños gestos como tocarse la cara o el cuello, hombros encogidos, la posición de las manos o una respiración irregular pueden ayudar a descifrar el juego del rival en la mesa. Más allá de los movimientos del cuerpo, los jugadores también deben prestar atención a la psicología de los oponentes para encontrar sus fallos y aprovecharlos en su favor. De esta forma, un juego demasiado agresivo o poco racional pueden indicar una cierta carencia en el control de la situación o una falta de concentración por causas externas al juego. Una serie de elementos que muestran el papel que juega la psicología en el póker, tanto en tu propio juego como en el de tus rivales.

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