La Xunta debe reabrir centros para alojar ancianos positivos asintomáticos, reclaman los directores de residencias

Asociaciones de familiares, sindicatos, Gobierno, oposición, operadores de residencias ... Muchas son las voces que se han escuchado estos meses al hilo de la tragedia del coronavirus en las residencias de ancianos. No se ha prestado tanta atención a los máximos responsables del día, los directores de esos centros, que ahora salen a la palestra para exigirle a la Administración un mando único y criticar las intervenciones.

Así la Asociación de Directores de Residencias Sociales de Galicia ( DiReS), que agrupa la cerca de medio centenar de profesionales de las cuatro provincias, se muestra en contra de  "las intervenciones de última hora de los centros por parte de las administración".

 Residencia Integrada dos Milagres de Baños de Molgas en una imagen de la CRTVG

Hay que recordar que la Xunta intervino esta semana DomusVi Lugo (Outeiro de Rei). La residencia llevaba varias semanas sufriendo un rebrote de COVID-19, que se disparó al dar positivo 99 ancianos y trabajadores en un sólo día.

Como alternativa, en opinión de DiRes, la Administración debería potenciar "el desarrollo de los Planes de Contingencia de los centros, así como ayudar a garantizar la continuidad de las plantillas, muy mermadas por la necesidad de períodos de aislamiento de aquellos trabajadores contagiados o en contacto con positivos". 

Es decir, los directores les recuerdan a la administración que la carga de trabajo se multiplica en cuánto algún trabajador tiene que aislarse, por lo que las empresas tienen dificultades de sustituirlos a corto plazo.

NECESIDAD DEL MISMO CRITERIO PARA TODA GALICIA

Además, DiRes reclama coordinación.  En su opinión, la Xunta debería crear un órgano consultivo  capaz de solventar las dudas que van surgiendo en la gestión de esta crisis. Mado único que "garantizaría una respuesta única y homogénea en todo el territorio gallego".

Sobre la gestión actual, los directores apuestan por recuperar el modelo de "centros intermedios". Es decir, aquellas residencias integradas, como fue la Porta do Camiño de Santiago u Os Milagres de Baños de Molgas, a donde la Xunta trasladó en la primera ola a los ancianos enfermos de coronavirus que no presentaban síntomas o muy pocos, por lo que no necesitaban ir al hospital, alejándolos así también de otros ancianos no enfermos y aliviando la carga de trabajo de los asilos convencionales.

"Esta es una necesidad percibida por todo el sector, así como por las sociedades científicas del ámbito de la geriatría y la gerontología, como reiteradamente se ven exponiendo desde lo comienzo de la crisis", argumentan.