El amanecer de los valores republicanos

El pasado miércoles, 14 de abril, se celebró el 90 aniversario de la proclamación de la II República española. Una efeméride que seguramente tiene lugar cuando los valores republicanos entre la ciudadanía de los pueblos de España están mas en alza que nunca en la presente democracia.

Aunque son varios los factores que favorecen este ascenso, seguramente uno destaque sobre los demás. Se trata, evidentemente, del creciente deterioro de imagen de la monarquía borbónica que sí tuvo su cenit con la dimisión por corrupción y descrédito del rey emérito, Juan Carlos I, no consiguió remontar con su sucesor Felipe VI. Un monarca que en el corto espacio de tiempo que lleva al frente de la Jefatura del Estado aparece más identificado con el pasado que con el futuro, incapaz de superar la negativa imagen que arrastra una monarquía que "condiciona la democracia...que fue y sigue siendo el principal problema de la historia constitucional de España" ( J. Pérez Royo).

No cabe duda de que el reinado de Felipe VI, tanto por los discursos y actos del propio monarca como por la estrategia política de las derechas españolas, aparece muy vinculado a las ideas mas conservadoras cuando no de extrema derecha. La defensa cernil que tanto el PP como, muy especialmente, como VOX hacen de la monarquía son un regalo envenenado para esta, pues hace crecer la desafección y el rechazo entre los demócratas. Algo, esto último, lo que contribuye el creciente desprestigio, especialmente entre la gente pobre, de una brisa católica muy conservadora pero también muy afín a monarquía a la borbónica. Una brisa cada vez mas identificada con la imagen de una España atrasada y carca (divorcio, aborto, muerte digna, enseñanza...) que arrastra consigo a una monarquía que se declara defensora de la religión católica.

No son ajenos al ascenso de los valores republicanos los importantes cambios que en las últimas décadas se están produciendo en el escenario político español. Movimientos que amplían el horizonte republicano y federal de esta nación de naciones que es España. La irrupción con notable fuerza de UNIDAS PODEMOS, heredera del movimiento del 15-M, tal que ya forma parte del gobierno español en el que, sin dudas, representa el alma republicana así como la importante presencia en el Parlamento de fuerzas soberanistas que también son republicanas (PNV, ERC, BILDU, BNG, COMPROMIS..) le dan a la política española una imagen distinta a la que tenía con el bipartidismo anterior y claramente mas beligerante con una monarquía muy identificada con una visión jacobina de España.

No se puede menospreciar en absoluto el importante papel que en este cambio de mentalidad está desempeñando un sector de los medios de comunicación y opinión, mayormente digitales, cuya apuesta por la republicanismo y el laicismo es indiscutible.

Finalmente, no es posible ignorar el impacto de la gran recesión y las políticas públicas austericidas. En un escenario social y económico de creciente desigualdad, con cada vez más familias en riesgo de exclusión, que las clases populares atribuyen acertadamente a las políticas públicas que se están aplicando, la imagen que con sus actos reflejan la mayoría de los miembros de la familia borbónica no parece la mas adecuada al punto presente. No cabe extrañarse de que esa imagen de "gente rica" provoque rechazo entre millones de familias que lo están pasando muy mal.

Por las razones apuntadas y otras que cabria citar como, por caso, la aparición cada vez mas frecuente de estudios y textos históricos que hacen justicia con la II República y que corrigen el desconocimiento que una gran parte de la población tiene de un período que hizo más reformas progresistas que ninguno otro antes, hay razones fundadas para afirmar que los valores republicanos cotizan el alza entre los pueblos de España. Que cada vez son más los ciudadanos que piensan que son la máxima expresión de los valores democráticos.

No denería extrañar que tal cosa suceda. Era previsible que tan enseguida como las fuerzas conservadoras fuesen perdiendo poder al tiempo que lo ganan las fuerzas progresistas y soberanistas, la verdad histórica iría saliendo la luz y, con ella, crecería la conciencia republicana como corresponde a una democracia avanzada. Una conciencia que deberá acompañarse de la prefiguración de una alternativa republicana.