Las razones políticas de Ana Pontón para aplazar su decisión sobre seguir liderando el BNG

Motivos personales, pero también políticos y organizativos, están detrás de la sorprendente reticencia de Ana Pontón a confirmar su candidatura a portavoz del BNG. Así se lo han confirmado a Galiciapress varias fuentes del entorno de la formación nacionalista.

Aymerich y Pontón en una foto de archivo cuando compartían bancada en el Parlamento de Galicia

El Bloque arrastra desde hace semanas una inesperada cuestión interna de gran calado. En uno de sus momentos más dulces, cabeza de la oposición y con encuestas a favor, su líder sorprendió a casi todos con un post en el que pedía tiempo antes de confirmar que se presentaría a la Asamblea de este otoño. A casi todos, pues ya comunicara su decisión a sus compañeros de Executiva. Aún ayer , en su primera comparecencia post-vacacional, Ana Pontón pidió más tiempo.

Una de las razones más evidentes es personal. Pontón tiene una hija de poco más de año y medio. Meses después de dar a luz, la política tuvo que lanzarse a una extenuante campaña electoral. 

Es lógico que una madre se cuestione cómo puede conciliar su trabajo con el cuidado de su pequeña. Especialmente cuando su labor tiene las disparatadas exigencias de horarios y calendarios propias de la política.

Si Pontón está dispuesta a asumir tal desgaste, las fuentes consultadas indican que es lógico que a cambio pida tener más capacidad de decisión en el rumbo del barco que comanda. En particular en una cuestión. En sus intervenciones, la portavoz siempre ha incidido en la necesidad de "ampliar la base social" del Bloque.

La base social del Bloque mermó con la salida de quintanistas y beiristas tras la derrota bipartito. A nadie se le escapa que ahora el escenario para ampliarla es muy propicio, después de que los catastróficos resultados electorales de las mareas, Podemos Galicia y la casi desaparición del nacionalismo de centro.

Si el Bloque y Pontón quieren liderar una oposición capaz de tumbar la casi eterna mayoría del PPdeG, necesita del apoyo de otros sectores más allá del nacionalismo de izquierdas. Precisamente, algunos referentes de esos sectores publicaron un manifiesto el último día de la campaña de las autonómicas, cuando Pontón batió el techo electoral del Bloque.

Firmaron pidiendo el voto para el Bloque para figuras del nacionalismo no marxista como, por ejemplo, el exportavoz parlamentario Carlos Aymerich, el exvicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana y el exalcalde de Lalín y el ex-directivo de los centristas de Compromiso por Galicia, Rafael Cuíña,

Además de Quintana y Aymerich, también apoyaron la lista de Pontón el ex de Coalición Galega Pablo González Mariñas y el que fuera durante lustros escudero de Xosé Manuel Beiras, cofundador de Anova y de Cerna, Mario López Rico. 

¿Está en los planes de Pontón reincorporar al Bloque alguna de estas figuras? Las fuentes consultadas no lo descartan. De lo que están seguros es que hay la intención de incorporar gente nueva, joven y sin experiencia en política.

Para conseguirlo, tendría que vencer las reticencias de parte de la generación más veterana de su partido, la UPG, el más numeroso de la coalición. En un reciente artículo en Nós Diario, Francisco Rodríguez, retirado de la primera línea política pero una de las voces más escuchadas, volvía a insistir en que lo prioritario no son las victorias electorales si no construir una conciencia nacional. Nestor Rego, diputado y actual líder de la UPG, también publicaba en un artículo en el que defendía la labor de Pontón y la necesidad de seguir haciendo crecer el Bloque.

Todas las fuentes consultadas coinciden en señalar en que al final habrá acuerdo y que Pontón seguirá al frente del BNG. Entre otros motivos, porque el frente carece de ninguna alternativa clara con el mismo tirón electoral. Con todo, está por ver hasta qué punto la portavoz logra incorporar nuevas voces a los órganos de dirección del frente en la próxima Asamblea de un frente que muchos ven como una obra colectiva y son recelosos, tras el fiasco del quintanismo, de los 'hiperlideratos'.