La Conferencia “volante” del PP y el liderazgo de Pablo Casado

Solo le ha faltado a Casado el viaje promocional de Ayuso a los Estados Unidos, donde se ha excedido claramente en sus competencias como presidenta de comunidad, en los límites establecidos en la ley de acción exterior

Este sábado terminan las jornadas “volantes” de la Convención del PP, donde Pablo Casado ha querido mostrar a la ciudadanía su liderazgo, la cohesión del partido y que está “preparado” para gobernar. También que para ello cuenta con el apoyo de todo el partido, después de la tormenta levantada por la presidenta de la comunidad madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que le ha echado un órdago en formato de liderazgo de los populares madrileños. Solo le ha faltado a Casado el viaje promocional de Ayuso a los Estados Unidos, donde se ha excedido claramente en sus competencias como presidenta de comunidad, en los límites establecidos en la ley de acción exterior para la actividad internacional de las comunidades autónomas. El artículo 3 de la ley habla de la necesaria lealtad entre administraciones en temas de acción exterior, y en el artículo 11 alude a que las comunidades han de someterse a los instrumentos de planificación que diseñe el Estado en su acción exterior, artículos y situaciones que Ayuso no ha tenido en cuenta. Seguramente, visto lo que sucede con el gobierno catalán, habrá pensado que ella no es menos. Pero luego no se corta a la hora de criticarlo.

Casado, en esa estrategia de unidad y liderazgo popular, ha invitado en la primera jornada a Mariano Rajoy, cuyas relaciones no es que fueran muy amigables. Nadie hubiera pensado, hace menos de un año, que el expresidente fuera el primer invitado a participar. En su intervención, Rajoy ha señalado que “para hacer una buena política económica hay que olvidarse de los eslóganes, la demagogia y el sectarismo”. Sus palabras no pasaron desapercibidas para los asistentes.

Como Rajoy y Aznar son incompatibles, pero necesarios para contentar a los distintos sectores “compactos” del partido, en otra jornada, hizo su actuación estelar el también expresidente José María Aznar que, como siempre, no dejó a nadie indiferente, por sus formas y contenido. El expresidente del bigote afirmaba que “no hay nada peor que un político marioneta al servicio de la dictadura de tiranías culturales, o las redes sociales”. Reclamó para él la autoría de que su PP “era de centro y reformista” y animó al partido a defender su ideología sin complejos.

Muchos han sido los nombres de los participantes en esta convención, quizás el que más ha llamado la atención el expresidente francés Nicolas Sarkozy que como una estrella de rock entraba triunfar en el auditorio. Su actuación no defraudó a los presentes. vaticinó que Casado llegará a ser presidente del gobierno y criticó a la Unión Europea a la que acusa de ser inmovilista y no tomar decisiones. La invitación a Sarkozy, político que está condenado por corrupción, ha sido la nota negativa de la Conferencia. Mientras que la presencia de Vargas Llosa -uno de los intelectuales que apoyó a Ciudadanos en sus inicios y que ahora ha manifestado públicamente que votará al PP- le ha venido muy bien al aspirante a la Moncloa.

Hasta la mismísima Esperanza Aguirre, que ha mostrado su preferencia por Ayuso para dirigir el PP madrileño, no quiso perderse el cónclave y demostrar su “apoyo” al líder Casado. Ya se sabe que Aguirre suele dar una de cal y otra de arena a los jefes del partido y no desaprovecha cualquier ocasión para tener protagonismo.

¿Servirá de algo la Convención del PP? Para los organizadores sí. El objetivo es desgastar a Pedro Sánchez para que, cuando lleguen las elecciones, pueda llegar a la presidencia del Gobierno. Si eso se produjera sería con el apoyo de Vox. Claro que tal y como tiene el panorama con Ayuso,y el tiempo que falta, casi tres años, para poner las urnas, hacer predicciones es como mirar una bola de cristal. Y eso que el gobierno bicéfalo se lo está poniendo muy fácil.