Stellantis y Bruselas miran a O Galiñeiro, el monte que esconde toneladas de minerales clave para las nuevas tecnologías

El Colegio Oficial de Geólogos estudia el potencial de la zona, la única de España junto con Ciudad Real que atesora un importante yacimiento de las denominadas "tierras raras", elemento estratégico para el sector tecnológico.

Sin embargo, Monte Galiñeiro no es un lugar en el que se puedan explotar estos recursos alegremente. El enclave es muy valorado por su valor patrimonial y paisajistico, y la oposición de vecinos y diversos colectivos es contraria a cualquier intento de que la actividad minera allí. 

Monte Galiñeiro | Foto: Turismo.gal

Vemos a diario que los recursos son cada vez más escasos. Nuestro planeta es finito y lo estamos esquilmando a pasos agigantados. No obstante, los materiales que extraemos son vitales para nuestro día a día, ya que de ellos depende que tengamos baterías, coches con los que movernos, ordenadores con los que trabajar o móviles con los que estar en contacto con nuestros seres queridos. Por eso, geólogos e investigadores, impulsados por la urgencia de la Unión Europea de encontrar localizaciones en las que explotar estos recursos, han puesto sus ojos en el Monte Galiñeiro, un tesoro natural que, en sus entrañas, guarda un tesoro estratégico.

STELLANTIS, ATENTOS A O GALIÑEIRO

Las cifras del Colegio son realmente prometedoras en este sentido: hasta 3.000 toneladas de tierras raras se podrían extraer cada año de la zona. Se trata de uno de los dos principales yacimientos de tierras raras identificados en España -el otro está en Ciudad Real- y desde Bruselas insisten en su importancia para la producción tecnológica del continente. 

Sin ir más lejos, desde las oficinas de la planta de Stellantis en Balaídos ya miran hacia O Galiñeiro, ya que su explotación puede ser clave para la producción de coches eléctricos en el futuro.

Pero, ¿qué es exactamente lo que contiene? Entendemos como “tierras raras” a los 17 elementos químicos que se emplean, entre otros sectores, para la producción de un sinfín de productos, como móviles, coches o cables de fibra óptica. Se tratan del escadio, el itrio, el samario o el europio, entre otros, minerales muy escasos y que se encuentran en su forma pura en esta parte de Galicia.

NO ES CUALQUIER SITIO

Esto deja entrever el potencial económico que oculta el interior del monte. Sin embargo, no hablamos de cualquier sitio. O Galiñeiro es un lugar al que acuden muchas personas para realizar actividades de senderismo o escalada, además de para presenciar los increíbles atardeceres que ofrece su pico, desde donde se puede ver como el sol se oculta tras las Islas Cíes. Destaca también por su valor arqueológico, con restos castrexos y fortificaciones, por lo que no son pocos los colectivos que se oponen a la apertura de una mina a cielo abierto, de igual modo que protestaron ante los proyectos de parques eólicos.

Desde la ‘Plataforma en Defensa do Galiñeiro’, conformada por más de 40 asociaciones, ya se ha pronunciado al respecto sobre cualquier intención de explotarlo. Ven “impensable” la opción de abrir una mina de esas dimensiones cerca de una población de más de 70.000 habitantes.

Serra do Galiñeiro | Turismo.gal

Xesús Rodríguez, portavoz del colectivo, indicó a Radio Nacional que el potencial minero se encuentra “en una parte en la que no es exactamente lo que se puede considerar el núcleo central de O Galiñeiro y en una medida que no resulta suficientemente interesante como para explotarlo”. Con todo, el hecho de que sea junto con el campo manchego el único yacimiento de este tipo en España, es argumento más que suficiente para los intereses prominería.

EJEMPLO DE MINA DE PENOUTA

 O Galiñeiro podría tener un peso similar al de la mina de Penouta, la única explotación en toda Europa de coltán. La antigua mina de estaño de Ourense es ahora la cuna del “oro negro” y ha convertido a Viana do Bolo en una piedra angular de la fabricación de componentes tecnológicos, ya que facilita cierta independencia de una materia que se concentra en su práctica totalidad en la República del Congo, donde su extracción ha provocado no pocos conflictos.

Por eso, al gozar ese coltan de la etiqueta ‘conflict free’ -que garantiza el respeto a los derechos humanos y de los trabajadores en su extracción- lo hace todavía más apreciado y un reclamo para las industrias.