Lo que perderíamos si Sen Senra compusiese canciones para Ana Mena
Crónica del singular concierto que ofreció a pecho descubierto el compositor gallego en el Sons Rías Baixas de Bueu, que se cierra mañana con conciertos, entre otros, de Nena Daconte, Dani Fernández y Niña Polaca.
La propuesta de Sen Senra es muy arriesgada, como él mismo se dedicó a explicar ayer en el escenario para entusiasmo del público e incomodidad del cronista. No es fácil presentarse en el escenario grande de un de cierto calibre sólo, sin banda, a pecho descubierto, a defender unas canciones que, a veces, lastre recurrente en la industria musical actual, tienen unos de sus principales valores en la producción.
Lo hizo en Son Rías Baixas especialmente importante para Senra pues, como indicó, jugaba en casa. Vigués emigrado a Madrid, una parte de su familia de Pesqueiras presenció cómo se desnudó emocionalmente ante las miles de personas que mientras atardecía llenaban tres cuartos del recinto del centro de Bueu -consolidado como uno de los festivales de referencia del verano en Galicia con su acertada mezcla de grandes nombres del indie estatal y figuras de la música más reivindicativa.
El resultado fue agridulce, irregular, con varios momentos estelares pero también plano para una parte del público que va a los festivales básicamente, de juerga, al teatro para mirar y que te vean, público que constituye una gran y legítima parte de la burbuja festivalera.
En directo, Sen Senra es mejor con la guitarra que cuando depende por completo de las grabaciones (se ha llegado al punto donde es artísticamente aceptable grabar la propia voz y hacer coros sobre ella).
Personalmente, creo que sucede lo mismo con sus trabajos en estudio. Sus canciones suenan más naturales -transmite más, que es lo que al fin y al cabo se trata- cuanto menos producción y más alejada de eso llamado música urbana están.
El público vibró más con los envoltorios simples de composiciones como Ya no te hago falta. Díganme, por cierto, alguna mejor balada de la música española en este siglo.
El AR que le fichó para Universal / Sonido Muchacho no se equivocó. Hay más tres canciones de Christian Senra que en varios discos de otros artistas. Si le dieran a cantar, por ejemplo, ese perfecto hit de radiofórmula que es Por si Vuelve a, qué se yo, una Aitana o a una Ana Mena, se acabarían para siempre las preocupaciones financieras de ese AR y del gallego. Claro que perdería esta impagable atmósfera a lo The War on Drugs:
Sin embargo, las discográficas alimentan el ego de los artistas para que, dados los relativos bajos costes de producción y de distribución, publiquen cuanto más mejor. Después ya saldrá a flote lo que pueda y el algoritmo empuje.
La Belleza, el tema con que cerró su concierto Senra, saldrá a flote porque conjuga las mejores su mejores bazas, que son muchas y potentes. Intimismo, gancho pop y una extraordinaria sensibilidad para mezclar lo etéreo y lo épico.
Pese a las grandes actuaciones de los supervitaminados Carolina Durante -que se están haciendo tan mayores que incluso le han robado Esteban Fraile Maldonado Banim a Los Planetas- , los momentos riot girll azucarado de Shego y el martilleo de Grande Amore, esos esquivos momentos de gracia de Sen Senra fueron lo mejor de la jornada, de lo que va de este verano, del año, quizá de todos los directos que he escuchado.
La vida está repleta de decisiones. Por ejemplo, acabar como carne para trituradora, al estilo Kayne West, o llenar vidas durante décadas al estilo Pablo Herrero y José Luis Armenteros.
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