Premio al mejor mural del mundo para O Afiador de Mon Devane en San Xoán de Río
En el corazón de la aldea de Castiñeiro, en San Xoán de Río (Ourense), la tradición y la modernidad se han unido para proyectar a Galicia al mapa mundial de la arte urbana. El reconocido artista gallego Mon Devane ha obtenido el prestigioso galardón internacional ‘Best of July’ otorgado por la plataforma Street Art Cities gracias a su imponente creación “Juan o afiador”, que se ha impuesto frente a obras procedentes de más de 35 países, superando a piezas destacadas del Reino Unido y los Países Bajos.
La obra, de estilo fotorrealista y monocromático, rinde homenaje a Juan Pérez, un afiador de 89 años que simboliza la memoria colectiva de toda una generación de gallegos marcada por el oficio tradicional, la emigración y una capacidad de innovación que rompió barreras. El mural no solo coloca a Mon Devane en el podio internacional de artistas urbanos, sino que convierte a Castiñeiro en un referente de la vanguardia rural y en un punto de interés cultural de escala global.
El reconocimiento llega además con un valor añadido: el edificio que acoge la obra será en breve la sede de RuralHaus, un proyecto promovido por la startup Aldealista, que trabaja por el Renacimiento Rural a través de iniciativas que combinan el turismo regenerativo, la formación en oficios de siempre, la restauración sostenible y la innovación tecnológica. RuralHaus aspira a conectar la sabiduría ancestral de los vecinos con las nuevas herramientas de la inteligencia artificial, la ciencia y el arte, creando redes interconectadas de aldeas como laboratorios sociales y culturales con impacto internacional.
Juan Pérez, el afiador que hizo historia
Nacido en 1935, Juan Pérez encarna la historia de miles de gallegos que salieron de sus aldeas en busca de un futuro mejor. En su juventud recorrió La Mancha con la rueda de afilar al hombro, acompañado del eco de “La Raspita” y hablando en Barallete, el lenguaje propio de los afiladores gallegos. Su vida dio un giro cuando emigró a Suiza, donde pasó doce años trabajando en fábricas antes de regresar a España.
En Barcelona, su ingenio lo llevó a ser pionero en adaptar un motor de afilado a su Vespa, lo que le permitió llevar su oficio a Andorra, Ibiza y la Costa Brava. Esta capacidad de innovación, unida a su habilidad con el silbato y a un trato siempre cordial y cercano, le granjeó el reconocimiento y el cariño de sus clientes.
Su biografía no es solo la de un profesional ejemplar, sino también la de un hombre resiliente. En 2020, con 85 años, logró superar la COVID-19 y una neumonía bilateral sin recurrir a medicación. Su “secreto” para mantenerse activo ha sido siempre el mismo: cortar leña, jugar a la billarda y conservar el buen humor.
Para Mon Devane, que este reconocimiento mundial recaiga en una aldea pequeña tiene un alto valor simbólico. El hecho de que la obra se haya situado entre las diez mejores del mes y haya alcanzado el primer puesto en la votación global confirma que la identidad rural de Galicia puede convertirse en un potente motor de proyección internacional gracias a la arte urbana.
El mural “Juan o afiador” no solo inmortaliza a un vecino, sino que también revaloriza un patrimonio cultural intangible: el saber hacer de los afiadores gallegos, un oficio que forma parte indisociable de la memoria histórica de la comunidad. Con esta obra, Mon Devane ha demostrado que la memoria rural puede dialogar de tú a tú con la corriente artística contemporánea más influyente del mundo.
El impacto de la obra no se limita a su valor artístico. La elección de Castiñeiro como emplazamiento y futura sede de RuralHaus abre una puerta a un nuevo modelo de revitalización rural en Galicia. El proyecto impulsado por Aldealista busca convertir aldeas pequeñas en focos de innovación social y creación cultural, con la participación activa de sus vecinos y el aprovechamiento de avances tecnológicos que favorezcan la sostenibilidad y la cooperación global.
Este enfoque plantea que las comunidades rurales no deben ser vistas únicamente como espacios que preservar, sino como territorios de experimentación para nuevas formas de economía local, difusión cultural y preservación activa de la memoria. El mural, en este contexto, se convierte en una seña de identidad para Castiñeiro y un icono visual capaz de atraer visitantes, investigadores, artistas y medios internacionales.
Este galardón asegura a la obra un puesto destacado en la selección anual de los ‘Best of 2025’, reforzando su visibilidad y consolidando a Castiñeiro como un punto de referencia en el panorama internacional de la arte urbana. Pero, más allá de la competencia y los premios, la pieza deja una reflexión de fondo: que la cultura rural, lejos de ser algo estático o destinado a desaparecer, puede ser reinventada y proyectada como elemento transformador en la conversación artística contemporánea.
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