Así juega Antonio Hidalgo, el encargado de devolver al Deportivo de La Coruña a Primera
El Dépor viene de anunciar al técnico con más novias de toda Segunda, que viene de cuajar una sensacional temporada en la SD Huesca.
Se deshojó por fin la margarita. Ayer se anunció que Óscar Gilsanz dejaba de ser entrenador del Deportivo de La Coruña y en la Plaza de Pontevedra ya pusieron en marcha el mecanismo para anunciar, por fin, que Antonio Hidalgo tomará las riendas del vestuario herculino, tal y como avanzó hace días Galiciapress. Fue una decisión sencilla, pues se trata del técnico revelación de Segunda, pero difícil de ejecutar, ya que algunos equipos de Primera División habían sondeado al catalán, que acepta el difícil reto de poner al Dépor a competir por el ascenso.
UNA TRAYECTORIA AL ALZA
El Antonio Hidalgo jugador fue un futbolista que siempre se movió a caballo entre Primera y Segunda División. Salido de La Masía, en Tenerife y Málaga pasó sus mejores años gobernando la sala de máquinas de chicharreros y boquerones, aunque también vistió las camisetas de Zaragoza, Osasuna y Albacete antes de una última etapa cerca de casa, en el Sabadell, y retirarse en Cornellá.
Con poco más de medio centenar de partidos en Primera en su expediente y casi de 400 en la división de plata, Hidalgo colgó las botas y agarró la pizarra comenzando su andadura en los banquillos en su Granollers natal. Pronto se le vieron las hechuras de técnico y tras una estancia en Chipre como asistente en el AEK Larnaka de un viejo conocido del deportivismo como Imanol Idiakez, pronto empezó a volar solo y asumió los mandos del Sabadell, logrando la permanencia de los arlequinados en un momento de apuro.
El hito llegó al año siguiente, pasando de un Sabadell ahogado a un equipo de Segunda División al ganar el playoff de ascenso a todo un Barça B. La estancia en Segunda fue fugaz, pero Hidalgo estuvo al frente del banquillo de la Nova Creu Alta casi 100 partidos. Luego pasó al Sevilla B y desde el filial al Huesca, en su primera gran oportunidad en la SD Huesca, un equipo con un presupuesto bajo y con problemas institucionales pero al que Hidalgo supo exprimir todo su potencial.
¿CÓMO JUEGA HIDALGO?
Esta temporada 24/25 ha sido la de su consagración, pues el Huesca, sobre el papel, parecía un equipo condenado a perder la categoría. En vez de eso, los de Hidalgo fueron quienes de, incluso, situarse en lo alto de la tabla y pugnar por un puesto de ascenso directo. La gasolina se le fue acabando en la recta final de temporada y, desde marzo, los oscenses solo ganaron cinco de los catorce partidos que restaban, quedando fuera del playoff de ascenso por el que pelearon hasta la última jornada.
El Huesca fue, durante casi todo el campeonato, un equipo rocoso, con un entramado defensivo de tres zagueros y dos alas en un centro del campo plagado de jugadores sacrificados pero con criterio a la hora de sacar el balón desde atrás. Firmes atrás y certeros en ataque, con un Soko desatado capaz de sacarle jugo a una piedra y muy peligrosos en el balón parado. Sin estrellas pero sí con futbolistas contrastados como Pulido, Sielva, Dani Jiménez o el gallego Loureiro, los aragoneses no pasaron apuros en su objetivo por la salvación y permitieron al Alcoraz soñar con un ascenso.
El mismo sueño comparten en Riazor, que llevan ya casi un década lejos de Primera División. La 25/26 será la octava temporada del Dépor partiendo con el objetivo de recuperar la gloria perdida. La contratación del preparador catalán, con una unión de 1+1 en función de los objetivos, parece un paso lógico para ambos, pues los coruñeses se hacen con un entrenador ambicioso y con las ideas claras, mientras que Hidalgo toma el control de un equipo histórico con un gran masa social que puede auparlos, de nuevo, a la gloria. Los blanquiazules se encomiendan a Hidalgo, con una trayectoria que avala que, con él al frente, hay razones para creer.
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