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Dura victoria del COB en Ourense frente al Menorca (84-80)
El partido comenzó con un golpe de mala suerte para el Menorca: la lesión de Figueras en los primeros compases
El Club Ourense Baloncesto (COB) se hizo con una trabajada y merecida victoria (84-80) ante el Menorca en el Pazo Paco Paz, demostrando más consistencia y menos despistes que en citas anteriores. Fue un duelo vibrante de la Primera Federación que se decidió con un final de infarto.
Un Inicio de Francotiradores
El partido comenzó con un golpe de mala suerte para el Menorca: la lesión de Figueras en los primeros compases. En la cancha, el espectáculo lo pusieron dos cañoneros: Gabe Kalscheur por los locales y el certero Spencer Littleson por los visitantes. Subido a la ola de Kalscheur, y con un baloncesto rápido y vistoso que sigue las órdenes de Moncho López, el COB tomó la delantera y cerró el primer cuarto con un prometedor 23-XX.
El segundo asalto fue el de la exhibición ourensana. Con una aportación más coral de jugadores como Lisboa e Isaac Vázquez, el COB rompió el marcador, alcanzando una máxima renta de 16 puntos. Solo un postrero triple de Littleson, el gran dolor de cabeza del COB, logró maquillar el marcador al descanso: 49-39.
Control y Sustos Finales
Tras el paso por vestuarios, el COB mantuvo la calma y la distancia. A pesar de la irregularidad del tercer periodo y de no aprovechar una oportunidad de oro tras una falta antideportiva sobre Jurgens, los de Moncho López administraban cómodamente ventajas por encima de la decena. El rebote era local y el electrónico marcaba un sólido 67-57 al inicio del cuarto decisivo.
Pero el baloncesto guardaba un último y emocionante giro de guion. Con el Pazo rugiendo, el Menorca apretó los dientes: dos tapones providenciales de Arteaga y un triple de Lobo encendieron todas las alarmas, situando el marcador en un escalofriante 74-72 a falta de tres minutos.
El COB no tembló. Aunque Littleson siguió martilleando el aro (82-80), la personalidad del equipo local se impuso en el momento clave. La puntilla final y el rugido del Pazo llegaron con un espectacular mate de Kentwan Smith que sentenció el pulso y certificó un triunfo trabajado: 84-80.
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