Ignacio Rivera y Tino Fernández se rascan el bolsillo y empiezan a construir la primera casa del Racing de Ferrol
Tras más de un siglo de historia nómada en cuanto a patrimonio inmobiliario se refiere, la entidad departamental inicia los movimientos de tierra en la antigua estación de radio militar. La inversión inicial de la ciudad deportiva del Racing de Ferrol supera los cinco millones de euros y promete transformar la realidad del club.
El anhelo más profundo del racinguismo, una aspiración que trasciende lo meramente deportivo, ha comenzado a materializarse de forma tangible. Tras un largo periodo de tramitación administrativa y planificación silenciosa, la maquinaria pesada ha hecho acto de presencia en la parroquia ferrolana de Mandiá. El Racing Club Ferrol ha dado el pistoletazo de salida oficial a las obras de su Ciudad Deportiva, un proyecto que no solo dotará al club de infraestructuras de élite, sino que supone la primera adquisición de patrimonio inmobiliario propio en los 106 años de vida de la entidad.
El accionariado del Racing Club Ferrol está controlado al 93% por el Grupo Élite, un holding empresarial con raíces en Galicia que asumió el control de la entidad con el objetivo de garantizar su estabilidad y crecimiento a largo plazo.
El grupo está impulsado por dos nombres de referencia en el tejido empresarial gallego. Ignacio Rivera Quintana es el Presidente Ejecutivo de Hijos de Rivera, el grupo cervecero al que pertenece Estrella Galicia, uno de los principales patrocinadores del fútbol en la comunidad. Constantino Fernández Pico (Tino Fernández es el presidente de la consultora tecnológica Altia y cuenta con experiencia previa como expresidente del Deportivo de La Coruña.
La intervención se lleva a cabo en los terrenos de la antigua estación de radio de Muiño do Vent. Según la información facilitada por la entidad, esta fase inaugural cuenta con un presupuesto que rebasa los cinco millones de euros. El objetivo es ambicioso: tener operativas las instalaciones esenciales para el próximo verano, permitiendo así que la pretemporada y el arranque del curso futbolístico se desarrollen en un entorno de máxima profesionalidad.
Para la ejecución de estos trabajos, la escuadra verde ha confiado en dos firmas con amplia experiencia y vinculación previa con el mantenimiento de los terrenos de juego en la zona: Prace y Calfensa. Estas empresas son las encargadas de transformar una parcela de más de 120.000 metros cuadrados, adquirida la pasada primavera al Concello de Ferrol, en un centro de alto rendimiento. Las labores actuales se centran en la adecuación topográfica del terreno, una tarea compleja dadas las características de la zona, así como en la urbanización básica del recinto y la mejora de los viales de acceso, fundamentales para evitar el colapso de tráfico en un entorno rural como Mandiá.
Un sueño perseguido desde principios de siglo
La historia de esta Ciudad Deportiva es también la historia de una persistencia. Es imposible desligar el movimiento de tierras actual de la memoria de Isidro Silveira, el histórico presidente que ya en el año 2001 vislumbró la necesidad imperiosa de que el Racing tuviera una casa propia en esta misma ubicación.
Lo que entonces pareció una utopía, y que se vio frustrado por diversas vicisitudes económicas y burocráticas durante dos décadas, se reactiva ahora bajo una gesti
ón que ha priorizado la solvencia y la expansión estructural. La declaración de interés municipal del proyecto el pasado septiembre fue el último empujón administrativo necesario para desbloquear una situación que la afición aguardaba con impaciencia.
El acuerdo sellado entre la Fundación Racing Club Ferrol y la administración local, rubricado en abril tras el pago de algo más de 550.000 euros por los terrenos, establece unos plazos claros que garantizan la ejecución del proyecto. Existe una cláusula temporal que fija el año 2033 como la fecha límite para la finalización total del complejo. De no cumplirse este horizonte de ocho años, salvo causas de fuerza mayor, los terrenos revertirían a manos públicas. Sin embargo, el ritmo impuesto por el club sugiere una voluntad firme de acortar estos tiempos, entendiendo que la modernización es urgente para competir en igualdad de condiciones en el fútbol profesional.
El club dice que uno de los aspectos más destacados del diseño del nuevo complejo es su enfoque respetuoso con el medio ambiente y la historia del lugar. Lejos de apostar por la demolición total y la construcción desde cero de bloques de hormigón modernos, el proyecto integra la recuperación del patrimonio militar existente. El edificio principal, una estructura con una característica planta en forma de "H" situada a la entrada del recinto, será sometido a una profunda rehabilitación. Esta edificación albergará el corazón operativo del día a día: vestuarios, gimnasios de última generación, servicios médicos, enfermería, lavandería y diversas áreas técnicas.
La sostenibilidad energética es otro de los pilares sobre los que se asienta la nueva casa del Racing. El club ha puesto especial énfasis en que el diseño cumpla con criterios de eficiencia, incorporando el uso de energías renovables y sistemas de aprovechamiento racional de los recursos naturales del entorno, como el agua. Además, se ha garantizado que la accesibilidad será universal, adaptando cada rincón del complejo para personas con diversidad funcional. Esto resulta crucial, ya que las instalaciones no solo serán para el primer equipo, sino que también acogerán al equipo Genuine, reforzando el compromiso de inclusión social de la entidad.
En cuanto a la superficie de juego, esta primera fase contempla la creación de dos campos de entrenamiento diferenciados por su uso y tecnología. El primero, destinado a la plantilla profesional, contará con césped natural híbrido, una superficie que combina hierba viva con fibras sintéticas para ofrecer mayor resistencia y calidad de rodadura, equiparándose a los mejores estadios de Europa. El segundo campo se dotará de césped sintético de última generación. Este terreno de juego será el escenario donde las categorías inferiores y el fútbol base podrán desarrollar su talento, permitiendo también la celebración de competiciones oficiales y aliviando la carga de trabajo de otros campos municipales como A Gándara.
Mirando hacia el futuro, las siguientes etapas del plan director son aún más ambiciosas. Se contempla la construcción de más campos de fútbol, zonas específicas de tecnificación para porteros, y edificios auxiliares que albergarán oficinas administrativas, cocina y comedor para los deportistas, así como un área de prensa moderna. El broche final del proyecto será la construcción de una residencia para jugadores. Esta infraestructura es vital para la captación de talento joven fuera de la comarca, permitiendo al Racing competir con otras canteras gallegas y nacionales en la atracción de futuras promesas.
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