(Video) Sólido Deportivo de la Coruña tumba a Sabadell en la Copa (0-2)

Desde el pitido inicial, el Deportivo buscó el control del balón y generó las primeras llegadas de peligro, principalmente con Eddahchouri y Cristian Herrera, que obligaron a esforzarse al guardameta local Diego Fuoli. Sin embargo, el Sabadell respondió con orgullo y logró equilibrar el ritmo del juego, empujado por su público.

La ocasión más clara para los catalanes llegó en el minuto 34, cuando Bonaldo cazó un balón suelto en el área rival, pero su disparo se marchó rozando el poste. Con un duelo sin dominador claro y continuos intercambios de balón, los equipos se marcharon al descanso con el 0-0 reflejado en el marcador.

En la segunda mitad, el guion cambió por completo. El Sabadell arrancó mejor y rozó el gol en el minuto 47, cuando Quadri perdonó una ocasión de oro que pudo cambiar el rumbo del encuentro. Como dicta la lógica del fútbol, quien perdona lo paga, y el Deportivo no desaprovechó su oportunidad. Apenas siete minutos después, Cristian Herrera volvió a exhibir su instinto goleador con un cabezazo imparable tras un centro medido de Miguel Loureiro, estableciendo el 0-1. El delantero canario, capitán y máximo realizador del conjunto gallego en esta edición copera, sumó así su tercer tanto en la competición.El gol alteró el estado anímico de ambos equipos. El Sabadell intentó reaccionar adelantando líneas y lanzándose a por el empate, pero la defensa deportivista mantuvo el orden y neutralizó cualquier intento de los locales. Dani Barcia, que había sustituido a Lucas Noubi por precaución tras unas molestias en el hombro del belga, se mostró sólido en el eje de la zaga. 

Mientras tanto, Salafranca aprovechó para refrescar al equipo con varios cambios que se revelaron determinantes.Entre las novedades, Bil Nsongo, joven delantero camerunés del Deportivo, debutó con el primer equipo y dejó grandes sensaciones. Su potencia física y velocidad abrieron nuevas vías de ataque para los gallegos.

Precisamente de sus botas nació la acción que cerró el partido: en el minuto 80, el debutante se deshizo de su marcador y envió un centro medido al área, donde Rubén López aprovechó la indecisión de la defensa local para firmar el 0-2 definitivo. El tanto del canterano certificó el pase del Deportivo, que no jugará una tercera ronda de Copa del Rey desde hace catorce años, un hito que devuelve ilusión a la hinchada blanquiazul.

En los minutos finales, el Sabadell siguió intentando recortar distancias, guiado por Ton Ripoll, muy activo por el costado derecho, pero la falta de precisión en los metros finales frustró sus esfuerzos. El Deportivo, fiel a la solidez que lo viene caracterizando en las últimas semanas, manejó el ritmo del partido con inteligencia y cerró filas hasta el pitido final.Más allá del resultado, el encuentro dejó estampas emotivas.

Antonio Hidalgo, exjugador y extécnico arlequinado, fue despedido con una ovación por gran parte del público, en reconocimiento a su etapa en el club. Para el Sabadell, la eliminación supuso una decepción, aunque su técnico valoró la entrega y el esfuerzo de los jugadores frente a un rival con más pegada y experiencia.

 on un fútbol práctico, organizado y eficaz, los coruñeses han demostrado saber adaptarse a cada escenario y competir con madurez incluso lejos de Riazor. 

La conexión entre Cristian Herrera y los jóvenes valores como Rubén López o Mella se perfila como una de las claves de su crecimiento como equipo.

El balance final reflejó un partido intenso y equilibrado durante muchos tramos, pero decidido por la mayor precisión del conjunto gallego en los momentos cruciales. El Deportivo se lleva de Sabadell algo más que una clasificación: un nuevo refuerzo moral en su camino hacia los dieciseisavos de final y la constatación de que el proyecto liderado por Hidalgo sigue a consolidarse.

El Sabadell, a pesar de la eliminación, se marcha con la cabeza alta tras competir con dignidad ante un rival histórico. El equipo demostró carácter en la primera parte y voluntad ofensiva hasta el final, aunque pagó cara la falta de efectividad.