El Celta tumba al Athletic en un ejercicio de paciencia y pegada
A la novena fue la vencida. El equipo de Claudio Giráldez firma su primer triunfo liguero en casa de la temporada (2-0) con goles de Swedberg y Jones, en una tarde donde Radu se vistió de héroe deteniendo un penalti a Nico Williams.
Se acabó la espera. Tras ocho intentos frustrados, el Celta de Vigo por fin pudo regalarle a su afición una victoria liguera en Balaídos para cerrar el 2025. Lo hizo con la sobriedad que le caracteriza en las grandes citas, resistiendo el "plan Bolonia" de un Athletic Club que llegaba con la resaca de la Champions y que acabó sucumbiendo ante la eficacia de los jóvenes talentos celestes.
Resistencia táctica y paciencia
El guion de la primera mitad fue un duelo de pizarras. Mientras el Athletic de Valverde apenas retocó su once europeo, Claudio Giráldez volvió a agitar el árbol con siete rotaciones, manteniendo a un Mingueza "pluriempleado" para frenar a los hermanos Williams. Los leones presionaron alto, situando su defensa en la divisoria y buscando las cosquillas de la zaga local.
Sin embargo, el Celta no se puso nervioso. Con un Hugo Sotelo estelar en el manejo, los vigueses aceptaron el intercambio de posesión pero blindaron la portería de un Radu que apenas tuvo trabajo en los primeros 45 minutos. La ocasión más clara antes del descanso nació de las botas de Williot Swedberg, el "Kraken", que tras sentar a Vivian vio cómo Paredes bloqueaba su disparo en el último suspiro. El sueco ya avisaba de lo que estaba por venir.
Jones y Swedberg: dos zarpazos letales
El paso por vestuarios trajo el movimiento ganador. Giráldez dio entrada a Jones El-Abdellaoui por Jutglà para ganar profundidad, desplazando a Swedberg a la izquierda. La apuesta no tardó ni cinco minutos en dar réditos. En una jugada de tiralíneas, Mingueza habilitó a Javi Rueda, quien puso un centro medido al segundo palo para que Swedberg cabeceara a la red. Era el 1-0 y el premio a la fe sueca.
El Athletic, aturdido, empezó a conceder espacios a la espalda de sus centrales. Tras perdonar un mano a mano, el noruego-marroquí Jones no tuvo piedad en su segunda oportunidad. Aprovechó un error de Vivian tras un nuevo servicio de Rueda —doblete de asistencias para el canterano— y batió a Unai Simón con un disparo cruzado impecable. Primer gol en liga para la perla nórdica y Balaídos rugía como hacía meses que no lo hacía.
Radu blinda los tres puntos
La tarde pudo complicarse cuando el VAR señaló un penalti de Carreira sobre Iñaki Williams. Nico Williams asumió la responsabilidad, pero se encontró con la figura de Radu. El guardameta rumano, que ya es un especialista desde los once metros, adivinó la intención del menor de los Williams y detuvo el cuero en dos tiempos, apagando cualquier conato de remontada bilbaína.
A partir de ahí, el partido entró en una fase de control absoluto del Celta. El Athletic solo inquietó con un remate al palo de Izeta, mientras que Borja Iglesias pudo ampliar la cuenta tras un gran pase de Hugo Álvarez, pero el balón no encontró portería.
Con este triunfo, el Celta escala hasta la octava posición, firmando un final de año balsámico y demostrando que, cuando junta orden defensivo y el talento de su juventud, es un equipo capaz de mirar de tú a tú a cualquier rival de Champions.
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