¿Le merece la pena al Celta de Vigo invertir ya en Mika Marmol para paliar sus penurias defensivas?
El mercado de fichajes de invierno se aproxima y en la sede de la calle Príncipe las luces permanecen encendidas. Mientras el primer equipo, bajo la batuta de Claudio Giráldez, sigue empeñado en firmar una campaña histórica que devuelva al celtismo la ilusión por seguir compitiendo por el viejo continente -ahora mismo el equipo está séptimo en LaLiga aunque es muy irregular, sobre todo porque muestra a menudo una defensa muy endeble- en los despachos se juega otro partido igual de trascendente. La dirección deportiva celeste ha activado el radar para localizar oportunidades que eleven el nivel competitivo sin hipotecar el futuro de la entidad. En este escenario de planificación meticulosa, un nombre ha sido subrayado en rojo en la agenda de Marco Garcés: Mika Mármol. El central catalán se ha convertido en una oportunidad de mercado irrepetible dada su situación contractual y su encaje en el sistema vigués. Eso sí, para ficharlo ahora habría que racarse el bolsillo pero en verano podría venir gratis.
La situación del defensor de Terrassa es una de esas anomalías que muy pocas veces se presentan en el fútbol moderno para un jugador de su proyección y edad. Vinculado a la Unión Deportiva Las Palmas, el futbolista encara la recta final de su compromiso contractual, el cual expira el próximo 30 de junio. Esta circunstancia abre una ventana de oportunidad inminente: a partir del 1 de enero, Mármol será totalmente libre para negociar su futuro y firmar con cualquier otro club a coste cero en concepto de traspaso para la próxima temporada. Esta libertad contractual ha provocado que varios equipos de la élite, conocedores de la calidad del zaguero, se agolpen en la puerta de salida del Estadio de Gran Canaria esperando su turno.
Sin embargo, el Real Club Celta de Vigo no corre solo en esta carrera de fondo. La competencia por hacerse con los servicios del central zurdo se antoja feroz y promete ser uno de los culebrones del invierno. Junto a la entidad olívica, otros clubes de la Primera División española han mostrado un interés tangible. El Girona FC, con quien el jugador comparte pasado formativo y estilo futbolístico, lleva tiempo tras sus pasos, intentando repatriar a un futbolista que encaja como anillo al dedo en su filosofía. Asimismo, desde Pamplona, el CA Osasuna monitoriza la situación, buscando apuntalar su zaga con un perfil contrastado. No obstante, la amenaza más potente para los intereses gallegos podría llegar desde el extranjero, donde el poderío económico de la Serie A italiana, representado por el Como 1907 y una Roma que ya intentó su fichaje en el pasado, podría desequilibrar la balanza con ofertas salariales fuera de mercado.
Un perfil hecho a medida para el esquema de Giráldez
El interés del Celta no responde a un capricho, sino a una necesidad táctica alineada con la filosofía de juego que Claudio Giráldez ha implantado con éxito en Balaídos. Mika Mármol no es un defensor convencional; su formación en la Masía lo dota de una capacidad técnica superior a la media para la salida de balón, una cualidad innegociable en el libreto del técnico de O Porriño. Las estadísticas avanzadas y los análisis de ojeadores confirman que estamos ante un defensa constructor, capaz de filtrar pases y romper líneas de presión con una naturalidad impropia de su demarcación. Esta virtud permitiría al Celta ganar fluidez en el inicio del juego, evitando los pelotazos y asegurando una posesión de calidad desde la propia área, algo vital para un equipo que quiere ser protagonista con el balón.
Además de su trato con el esférico, el catalán ofrece una polivalencia que es oro puro para cualquier plantilla corta que aspire a competir en varios frentes. Su capacidad para desempeñarse con solvencia tanto en el eje de la zaga como en el lateral izquierdo otorgaría al cuerpo técnico celeste una versatilidad táctica muy valiosa.
Durante la presente campaña en Segunda División, Mármol ha demostrado una disciplina defensiva notable, con un ratio de goles encajados muy bajo cuando él está en el campo y un alto porcentaje de porterías a cero. Aunque su juego aéreo y los duelos físicos a campo abierto se señalan como aspectos donde todavía tiene margen de mejora, su inteligencia posicional y su capacidad de anticipación a través de intercepciones compensan con creces estas carencias físicas, consolidándolo como un defensor moderno y cerebral.
A pesar de que el entorno del jugador y el propio futbolista mantienen un respeto absoluto por su actual club, la realidad es que su continuidad en las islas parece una quimera. Desde la presidencia de la UD Las Palmas, encabezada por Miguel Ángel Ramírez, existe un sentimiento de resignación realista.
Aunque públicamente se aferran a la remota posibilidad de una renovación supeditada a un hipotético ascenso a Primera, las declaraciones institucionales dejan entrever que asumen la marcha de su baluarte. El pesimismo canario se fundamenta en la lógica: resulta casi imposible retener a un activo de tal calibre cuando los cantos de sirena llegan desde proyectos deportivos consolidados en la élite y con capacidades financieras muy superiores a las que puede ofrecer un equipo de la categoría de plata.
La cláusula de rescisión de Mika Mármol en la UD Las Palmas es de 10 millones de euros. El club ha reiterado en varias ocasiones que, lógicamente, solo permitirá su salida si se abona íntegramente esa cantidad, sin margen para negociar a la baja.
La complejidad económica por los derechos compartidos
La operación, aunque atractiva por la ausencia de coste de traspaso en verano, esconde complejidades derivadas de los derechos del jugador. Mika Mármol llegó a Las Palmas en una operación donde el FC Barcelona se reservó el 50% de una futura venta. Esta cláusula ha sido la que ha bloqueado su salida anteriormente.
El club canario rechazó en el pasado ofertas cercanas a los diez millones de euros procedentes de la Roma, ya que, al tener que dividir el montante con el club azulgrana, el beneficio neto no compensaba la pérdida deportiva. Ahora, la situación ha dado un giro copernicano: al finalizar contrato, el jugador se marcharía gratis, dejando a ambos clubes sin ingresar un solo euro por traspaso, lo que convierte su fichaje en una operación estratégica para el comprador, que solo tendría que asumir la prima de fichaje y la ficha del jugador.
En lo que respecta al rendimiento inmediato, el compromiso de Mármol con su actual escudo está fuera de toda duda. Sus números esta temporada, con más de mil minutos disputados y aportación goleadora, dos goles lleva el defensor, hablan de un profesional íntegro que no se ha dejado distraer por los rumores. Sin embargo, su agencia de representación, Tactic Group, ya maneja las propuestas que le permitirían dar el salto cualitativo que su carrera demanda. Para el Celta, convencer al entorno del jugador de que Vigo es el lugar ideal para su crecimiento será tan importante como la oferta económica, vendiendo la estabilidad de un proyecto que apuesta por el talento y el buen trato al balón
La dirección deportiva del Celta sabe que no hay tiempo que perder. En el fútbol moderno, los jugadores libres de este nivel suelen tener su futuro atado mucho antes de que termine la temporada oficial.
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