La promotora de la celulosa de Palas, Altri, acumula multas por contaminación

La Xunta abrió esta semana a exposición pública el examen ambiental para la macroplanta industrial pretende instalar en Palas de Rei. Se confirmó así que la industria será diez veces mayor que la celulosa de ENCE, que consumirá tanta agua como todos los habitantes de Lugo y que quiere producir el doble de celulosa que de fibras textiles.
 

Datos que han levantado polémica social  - con gran parte de los vecinos y los ecologistas opuestos a la planta - y política -con la Xunta defendiendo el proyecto.

¿Quién es el promotor de la industria? Greenfiber, S.L., especifica el DOG.  El socio minoritario, con el 25% de esta empresa es Manuel García Pardo, dueño de la energética gallega Greenalia, que tiene entre los miembros de su consejeras a Beatriz Mato, la ex-conselleira de Medio Ambiente y ex-líder del PP en A Coruña.

El socio mayoritario es el grupo luso Altri, dueño de tres fábricas de celulosa en Portugal (Celbi, Caima y Celtejo). Pues bien, el historial ambiental de una de esas plantas no es precisamente tranquilizador. 

¿Cúal es el historial ambiental de Altri?

De hecho, el inspector general de Medio Ambiente de Portugal, Nuno Banza, llegó a decir en el Parlamento portugués que la filial de Altri tiene "un historial de incumplimiento" de licencias y "correspondiente historial de procedimientos por infracciones administrativas".

¿En qué basó el gobernante luso sus acusaciones? En enero de 2018 el Tajo sufrió una de sus mayores catástrofes medioambientales. Un gran manto de espuma cubrió casi por completo las aguas del Tajo de orilla a orilla, llegando a tener una altura de un metro.

La filial de Altri negó inicialmente su responsabilidad tras conocerse que la Fiscalía sospechaba que el origen del vertido era una avería en los equipos de Celtejo. “Celtejo no tuvo ninguna avería en sus operaciones, ni en su EDAR, siempre estuvo funcionando con normalidad”, declaró la compañía, molesta con el Gobierno de Portugal, que le ordenó reducir inmediatamente su actividad al 50%.

Tras la investigación, se comprobó incumplimientos de las normas. Así, en marzo de ese año el citado Inspector informó que le habían impuesto dos multas a Celtejo. Eso sí, de cuantía limitada, una de 12.500 euros y otra de 48.000. Banza indicó también que la empresa recurrió judicioamente las sanciones, logrando reducir el importe de la primera.

El Ministerio de Medio Ambiente confirmó que los datos del autoexamen transmitidos a las autoridades por Celtejo en 2015 y 2016 "demuestran que los límites de vertido de efluentes a los que estaba obligado no se cumplieron ". 

Compromiso empresarial de estar listo para responder a accidentes

La empresa siempre ha negado cualquier tipo de infracción, alegando que cumple con los parámetros de vertido permitidos por la ley. Además, posee una política de sustentabilidad en la que se compromete a producir “minimizando el impacto ambiental, estableciendo mecanismos de prevención y seguridad y adoptar, prioritariamente, medidas coherentes con las mejores técnicas disponibles económicamente viables” y “prevenir accidentes y mantener un estado de preparación operativa para hacer frente a emergencias”.

Tras aquel episodio de contaminación, el Ministerio de Medio Ambiente lanzó una operación para limpiar el lecho del Tajo de los residuos que dejan las aguas residuales de las celulosas y otras industrias. El Ministro de Medio Ambiente João Pedro Matos Fernandes explicó que los residuos de Celtejo y otras dos papeleras de la zona "son los más pesados ​​desde el punto de vista de la concentración". 
 

De hecho, el ministro dijo entonces que  los restos de celulosas son una "bomba de tiempo desde el punto de vista de la contaminación", ya que consumen oxígeno, inhibiendo "la posibilidad de vida en el Tajo". El  político explicó un gran volumen de espuma espesa se concentró cerca de Abrantes, identificándose la presencia de niveles de celulosa cinco mil veces superiores a los normales. El Ministerio anunció entonces que iba a modificar el permiso de Celtejo para reducir su actividad a la mitad, pero no no hay noticia de que haya cumplido su promesa. La industria advirtió que tal reducción de sus permisos de vertedura supondría el cierre de la fábrica por ser “inviable”. Celtejo es el principal empleador en el municipio de Vila Velha de Rodao, en torno a 200 puestos de trabajo.

Además, en la página del IGAMAOT, la administración portuguesa de inspección medioambiental, se puede leer un acta de control en la que se constata “incumplimientos” en materia de seguridad radiológica. 

Celtejo produce unas 200.000 toneladas de pasta de eucalipto al año. La capacidad de la planta proyectada para Palas es el doble. Su viabilidad depende de las ayudas públicas de los fondos Next Generation, que gestiona el Estado. La Xunta ha criticado en reiteradas ocasiones al gobierno de izquierdas por aún no habérselas concedido.