Descontrolado el macroincendio de Chandrexa en la peor ola de incendios de este año

Galicia atraviesa uno de los episodios más graves de la temporada de incendios con Chandrexa de Queixa (Ourense) como epicentro. El fuego, declarado el pasado viernes en la parroquia de Requeixo, continúa fuera de control y ha calcinado más de 1.000 hectáreas de superficie forestal, lo que lo convierte en el incendio más devastador en lo que va de 2025 en la comunidad.

La magnitud del incendio ha obligado a un despliegue sin precedentes en lo que va de verano. En las labores de extinción participan 12 helicópteros, 10 aviones, 34 motobombas, 66 brigadas, 40 agentes forestales, seis palas, cuatro unidades técnicas de apoyo y 12 técnicos. A pesar del esfuerzo coordinado, la complejidad del terreno y las condiciones meteorológicas adversas dificultan las tareas y acrecientan el riesgo de que el fuego se extienda a zonas pobladas, aunque por ahora no se han registrado evacuaciones en este núcleo.

Oleada de incendios en Ourense

La provincia de Ourense concentra además otros focos activos que exigen actuaciones urgentes. En Vilariño de Conso, parroquia de Mormentelos, el fuego declarado el domingo a las 17:30 horas ha consumido ya 120 hectáreas. En este caso, trabajan sobre el terreno cuatro aviones y un helicóptero, además de personal de extinción a pie y con motobombas.

En Maceda, parroquia de Castro de Escuadro, el incendio que comenzó el sábado ha quedado estabilizado desde las 23:37 horas del domingo, después de que el sábado obligase a evacuar a vecinos ante la proximidad de las llamas a la aldea de Teixeira. La Situación 2 —que se aplica cuando un fuego supone peligro para poblaciones— ya ha sido desactivada, pero el balance es grave: 400 hectáreas calcinadas. La Xunta de Galicia ha subrayado la "clara intencionalidad" de este fuego, que se inició de forma simultánea en cinco o seis puntos distintos.

En Padrenda, también en Ourense, se mantiene bajo control el incendio declarado en la noche del viernes en la parroquia homónima. El fuego, controlado desde la madrugada del domingo, ha quemado 40 hectáreas.

Destrucción en zonas protegidas

Fuera de Ourense, la provincia de A Coruña ha registrado un incendio de especial preocupación por su ubicación: el parque natural de As Fragas do Eume. El fuego, activo en el municipio de Monfero, parroquia de Queixeiro, comenzó el domingo por la tarde y obligó a desalojar el monasterio de Caaveiro por la cercanía de las llamas. Desde las 20:28 horas del domingo se encuentra estabilizado, aunque ha arrasado cinco hectáreas de un espacio natural de alto valor ecológico.

En la provincia de Pontevedra, el municipio de A Estrada lucha contra otro incendio en la parroquia de Souto, estabilizado desde las 22:10 horas del domingo, que ha calcinado 20 hectáreas desde que se iniciase el 10 de agosto al mediodía.

Por último, en la provincia de Lugo continúa controlado el incendio de A Fonsagrada, parroquia de Monteseiro, que desde el pasado martes ha quemado 150 hectáreas.

Galicia, en alerta máxima

La ola de incendios que afecta a Galicia en estos días ha encendido todas las alarmas en las autoridades autonómicas y locales. La Xunta mantiene una coordinación constante con los servicios de emergencias, las brigadas de extinción y los cuerpos de seguridad. El objetivo prioritario es impedir que las llamas alcancen núcleos habitados o zonas de especial valor medioambiental.

En el caso de Chandrexa de Queixa, se trata de un incendio de gran complejidad por la orografía de la zona, que combina monte bajo con masas forestales densas, y con accesos limitados para la maquinaria pesada. Las térmicas de calor que se han generado han dificultado incluso la operatividad de medios aéreos en algunos tramos del día, según fuentes del operativo.

La intencionalidad detectada en casos como el de Maceda pone de nuevo en el centro del debate la acción de los incendiarios y la necesidad de reforzar la vigilancia preventiva, especialmente en jornadas de calor extremo y viento cambiante que pueden convertir un conato en un incendio de grandes dimensiones en cuestión de minutos.

La devastación que estos fuegos dejan a su paso afecta no solo a la masa forestal sino también a la fauna autóctona, en particular especies protegidas presentes en parques naturales y áreas protegidas. En zonas como As Fragas do Eume, donde el incendio ha afectado a un hábitat de gran biodiversidad, la recuperación de la vegetación y la fauna será lenta y dependerá de las condiciones climáticas de los próximos meses.