Juan Picos, profesor en la UVigo: "Lo más preocupante de un incendio es su propagación, aquello que transformó una chispa en un gran fuego"

Juan Picos es profesor en la Escola de Enxeñaría Forestal de la Universidade de Vigo. Junto a su equipo ha realizado algunos trabajos de investigación cuyos objetivos eran, sobre todo, las causas que motivaban el rápido avance de los incendios forestales. Picos quiere que veamos un incendio como un cúmulo de causas, desde el cambio climático, el abandono rural y el aumento de la masa forestal que puede ayudar a expandir un incendio en muy poco tiempo. Cree que la buena gestión del  monte es necesaria para reducir su impacto y, en relación al eucalipto, también apunta a cómo se gestiona una plantación para no ser un elemento incendiario.


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Profesor Juan Picos, UVigo



-¿Ante la virulencia de los fuegos habidos en Galicia este mes de agosto, cuáles cree que son las múltiples causas detrás de estos incendios tan violentos?

Siempre tiendo a diferenciar entre las causas de la ignición, es decir, por qué aparece el primer punto originario del fuego y en segundo lugar, cuáles son las causas de la propagación, que convierte a un fuego en un incendio medio, en un gran incendio o en un incendio incontrolable. Mi área de trabajo son las causas de la propagación, para el origen del fuego están las unidades de investigación de la UIFO de la Consellería de Medio Rural o del SEPRONA. Creo que lo más preocupante de un incendio son las causas de su propagación, aquello que transformó una primera chispa en un gran incendio. Hubo grandes incendios en 2024, el año con menor número de fuegos y con menor superficie quemada, al contrario que este 2025 el cual ha batido todos los récords. Volviendo a las causas, estas son la combinación entre el combustible y las condiciones meteorológicas en el período de incendios. Cuando hablo de combustible me refiero a la cantidad de vegetación sobre el territorio y la facilidad con la que puede entrar en combustión. Este fenómeno está relacionado con la climatología pasada, no solo con el momento del incendio sino con la habida semanas antes del fuego. Al inicio de los incendios lo que tenemos es mucho combustible ya asentado con anterioridad y en condiciones propensas a facilitar el fuego. La climatología por su parte, se compuso de días con una humedad muy baja, temperaturas elevadas tanto de día como de noche, batiendo récords históricos en esa zona de Ourense. A todo esto se añaden los vientos, primero con una fase de nordés y luego otra de componente sur, todos persistentes y con rachas. Finalmente, está el efecto de las tormentas secas, reventones cálidos que hacen imprevisible al fuego. Este cóctel es lo que nos hace pasar de un año con el menor número de incendios a otro año con el mayor número de incendios en el territorio.

 

 

 


 

-El cambio en políticas contra el fuego, centrándose más el labores de extinción como se propone desde algunos sectores?

Uno de los factores que he nombrado guarda relación con la energía acumulada en la atmósfera y que está relacionado con el cambio climático que estamos a vivir. El otro factor está relacionado con la energía almacenada en el territorio y que es la vegetación acumulada sobre el terreno. Falta un tercer factor que son los medios de combate y de prevención contra los incendios. Si observamos ese triángulo, la parte relacionada al cambio climático es global pero es difuso en medidas concretas sobre Galicia. El trabajo sobre el combustible acumulado para evitar grandes incendios forestales es un trabajo más concreto y que debe afrontar toda la sociedad, incluidas las diferentes administraciones con sus leyes. Hay mucho trabajo que hacer sobre la situación en que nos hemos encontrado los combustibles este año porque han ardido zonas que ya habían ardido en 2022. Es decir, en tres años esos lugares estaban ya disponibles para arder. Estos fuegos han recorrido amplias zonas sobre todo en la provincia de Ourense y estas zonas, quizá en pocos años, se vuelvan a ver afectadas otra vez por el fuego, por tanto, la intervención sobre el territorio es fundamental. Por otra parte, que elementos se deben usar para combatir estos eventos de forma eficaz? Primero, el dispositivo debe trabajar en un “terreno amigable”, porque en el fondo llevar medios a un lugar de acceso complicado no deja de ser una misión imposible. La parte preventiva no debe implicar solamente reducir riesgos también implica en dar oportunidades a esos medios, por otra parte, estos medios han de estar formados para combatir este tipo de incendios. Tradicionalmente en Galicia afrontábamos eficazmente numerosos incendios aunque de tamaño más pequeño, y el dispositivo siempre ha sido muy eficaz y con un trabajo basado en un buen conocimiento del territorio, pero la tipología de los nuevos fuegos no es la misma que años atrás. Por tanto, el dispositivo debe reorganizarse y aprender a afrontar la nueva generación de incendios que pueden suponer semanas y un trabajo logístico que nos obliga a cambios en estrategias de control. Aún así, si el territorio no favorece el trabajo será casi imposible. 

 

Hubo grandes incendios en 2024, el año con menor número de fuegos y con menor superficie quemada, al contrario que este 2025 el cual ha batido todos los récords


 

-Si hablamos de territorio se entiende tanto la orografía como la disponibilidad de medios.

Claro, porque hasta ahora hablábamos de incendios forestales que se daban en zonas forestales pero estos grandes incendios consumen territorio: zonas agrarias, forestales y urbanizadas, por tanto el trabajo a desarrollar debe ser equiparable a la intensidad del incendio. Por tanto, la responsabilidad non solo debe recaer en la administración forestal, las infraestructuras deben trabajar sobre prevención igual que en las zonas urbanizadas y agrarias. La prevención debe ser estructural, por eso hablo de territorio porque estos incendios pueden llevarse por delante miles de hectáreas y esto no solo incluye espacio forestal. 

 

 

 


 

-Aún así, ¿cómo es posible que lugares con bosques de frondosas estén ardiendo, no eran más resilientes? 

A veces podemos quedarnos con lecciones muy simples de lo que son estos fenómenos. El incendio forestal es siempre contexto. Una masa de frondosas madura, con una determinada edad en sus árboles y en sitio correcto con humedad, suponen un freno para el fuego. Aún así, las frondosas por sí solas no son un freno al fuego y tampoco pueden vivir en cualquier lugar por las condiciones. Sin embargo, hemos observado que en lugares donde existen masas de frondosas ha habido cierta resistencia al fuego pero se debe al conjunto formado por la vegetación, su estructura y el lugar que habitan. Las frondosas son una herramienta básica para aumentar la resiliencia de nuestro territorio pero han de estar en el lugar correcto y con la gestión correcta para que cumplan su papel.

 

Hay mucho trabajo que hacer sobre la situación en que nos hemos encontrado los combustibles este año porque han ardido zonas que ya habían ardido en 2022
 

 

-Después de este tiempo analizando e investigando el monte, ¿cuál es su percepción ante el señalamiento a eucaliptos y pinos como “culpables” del fuego?

Esto es parte otra vez del contexto: qué se va a plantar, dónde se va a plantar y cómo se va a gestionar. Esas son las tres cuestiones a abordar. Yendo a lo concreto, ¿es el eucalipto un factor influyente para determinados incendios? Es cierto. ¿Es el único factor que podemos indicar como origen de los incendios? No tiene sentido porque la presencia de este árbol en los territorios incendiados este año es muy escasa. Es un factor, pero: ¿dónde está?, ¿cómo se gestiona?, ¿por qué está?. Esto último es porque existen masas de eucaliptos a las que no se les saca rendimiento económico, permanecen abandonadas y nos quedamos con todos los perjuicios y sin ningún beneficio, no cumplen ninguna función. También hay lugares donde los pinos presentan algunos problemas porque están en zonas más secas, porque su gestión no ha sido la idónea y en unas zonas pueden ser un problema y en otras zonas pueden ser una oportunidad. Otorgarle la solución definitiva a un determinado aspecto en relación a los fuegos siempre será algo equivocado. Si este año el eucalipto no ha sido el problema no quiere decir que no tengamos que sospechar. A esta discusión se le debe añadir evidencia, ciencia y contexto porque normalmente la gente no se para en estos puntos, se busca un culpable y quedamos todos tranquilos, pero no es cierto.

 

 

 


 

-¿Cuáles serían los pasos a seguir para la recuperación de los terrenos que han ardido?

Lo primero, una evaluación de daños porque la extensión es tan grande que vamos a tener todas las combinaciones de daños posibles. Existen áreas por donde el fuego pasó muy rápido como son las áreas de mato y que se recuperarán en breve, estos terrenos están acostumbrados a sufrir un cierto impacto por el fuego. Otras zonas tendrán una afección más severa como pueden ser pendientes, con fuerte impacto del fuego sobre el suelo, incluso si ahora vienen las lluvias con cierta intensidad pueden producir arrastres. Con miles de hectáreas quemadas, lo más importante es acertar con qué hacer en cada lugar. 

 

¿El eucalipto es el único factor que podemos indicar como origen de los incendios? No tiene sentido porque la presencia de este árbol en los territorios incendiados este año es muy escasa
 

-¿El uso de ganado y plantación de frondosas y la apertura de pastos puede ser una solución?

Si se ha realizado en el lugar adecuado y con persistencia, porque los bosques de frondosas necesitan un cierto manejo en los primeros años. Ha habido casos de comunidades de montes que han hecho las cosas bien pero han vuelto a sufrir incendios. Eso no significa directamente haber hecho las cosas mal, debemos estar atentos a la capacidad de recuperación de estos montes porque si han estado bien trabajados su recuperación será mayor que los abandonados o con poca gestión. La conclusión ante estos incendios no es “da igual lo que se haga”, es importante hacer las cosas bien. En 2017 y en 2022 realizamos estudios sobre montes quemados pero con una buena gestión y que al final se recuperaron mejor. Creo que ante este tsunami de incendios no podemos elegir qué arde pero sí cómo arde, parece un premio de consolación pero es mucho más importante de lo que creemos pues el impacto menor sobre el monte y el suelo tiene gran importancia.

 

Incendio en Casaio (Carballeda de Valdeorras, Ourense), a 22 de agosto de 2025.
Incendio en Casaio (Carballeda de Valdeorras, Ourense), a 22 de agosto de 2025.


 

-¿Usted cree en la “industria del fuego”?

Creo que es un concepto más peyorativo. Sí es cierto que hay un número de empresas destinadas a los medios de extinción, sobre todo medios aéreos, y que son contratadas para prestar este servicio, sin embargo, yo no creo en la “industria del fuego”. La existencia de ese sector económico es consecuencia de la existencia de este tipo de incendios. Siempre se tiende a buscar una explicación simple: “debe haber una mano negra que debe estar detrás del fuego”. No creo en las 'manos negras' pero sí creo en la necesidad de aviones y que habrá un sector beneficiado pero al mismo tiempo debe ser controlado para evitar la existencia de conflictos de intereses. Sin embargo, creo que España tiene una tradición de un cierto control sobre este apartado. Si Airbús puede vender un avión grande para apagar fuegos lo venderán, pero no por eso es responsable de incendios. Cierto es que puntualmente puede aparecer una persona anteriormente vinculada a la extinción de incendios y estar implicada en un fuego, entonces habrá quien diga: “son los brigadistas” y no es cierto. También es cierto que hubo procesos judiciales cuestionando cómo se realizan las contrataciones de las empresas contraincendios, pero esta no creo que sea la explicación, todas las empresas que cometan irregularidades deben ser sancionadas. Pero creo que estos factores no son la explicación a que ahora existan miles de hectáreas quemadas. 

 

Con miles de hectáreas quemadas, lo más importante es acertar con qué hacer en cada lugar

 

 

 


 

-¿Cree que las autoridades competentes han tomado nota o es posible que se baje la guardia y se repita el mismo patrón de incendios?

Me consta que hay personas dentro de la administración que sí han tomado nota, incluso dentro del mundo científico. El problema está en la lentitud para convencer al resto de autoridades y población y también somos lentos con nuestros procesos pues podemos hablar de prevención pero están los propietarios, deslindar, conflicto de competencias, por eso digo que tenemos los cables enredados. La política y las reformas jurídicas deben dar herramientas para ser más eficientes en lo que debemos hacer. Que hayamos redactado un documento sobre posibles cambios legislativos sobre incendios en 2022 y que todavía no se haya reflejado en algún documento legal, demuestra lo lentos que somos. También deberíamos retirar buena parte de la presión que se ejerce sobre las autoridades competentes en materia forestal porque, como ya he dicho, estamos ante una cuestión de territorio más amplia todos los ámbitos deben trabajar en prevención desde la construcción de infraestructuras y otros elementos. La prevención es estructural y cada uno debe hacer lo que debe en su relación con el territorio, incluidos los propietarios. Esto es una red que debemos tejer entre todos. 

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