Huelga en los autobuses por Navidad en A Coruña, advierten los tres sindicatos clave

La paciencia de los trabajadores se ha agotado. Las tres centrales sindicales han explicado que la negociación lleva bloqueada desde que el anterior convenio caducó en 2020. Denuncian que la patronal ha mantenido una postura inmovilista durante este lustro. Después de una enorme insistencia sindical, la única propuesta empresarial sobre la mesa consiste en un incremento salarial del 1,2% para el año 2025, una cifra que los representantes de los trabajadores consideran una "convocatoria de huelga" en sí misma.

El detonante es el salario, pero el problema es mucho más profundo. Los sindicatos critican que la patronal se niega en rotundo a "tocar nada" del articulado. El convenio vigente está, según sus palabras, "súper anticuado, desfasado y obsoleto". Aseguran que ha sido sobrepasado por la legislación actual en múltiples materias, pero las empresas se niegan a abordar cuestiones clave como la reducción de jornada, los avances en la conciliación familiar o cualquier tipo de mejora laboral o social.

Jornadas de 15 horas y falta de relevo

El representante de la CIG en la mesa de negociación, Ernesto López Rei, fue tajante al describir la situación. Aseguró que la única alternativa que les han dejado para desbloquear la situación "es el conflicto". Esta postura será trasladada a las asambleas de trabajadores que se celebrarán próximamente. La hoja de ruta está clara: primero, concienciar al sector; después, jornadas de huelga puntuales en diciembre; y, si no hay avances, un paro indefinido tras las fiestas navideñas.

La precariedad de las condiciones laborales es uno de los ejes centrales de la protesta. Desde UGT, Iván Cancela quiso dejar claro que no se trata de una demanda meramente salarial. Cancela denunció la falta total de conciliación en el sector, con "jornadas de 14 y 15 horas en pleno siglo XXI" y turnos de nueve horas sin los descansos estipulados. Esta situación, afirman, está estrangulando al sector y ahuyentando a nuevos conductores.

Sergio Blanco, de CC.OO., abundó en esta idea, señalando la grave "falta de relevo generacional". Cuestionó cómo se puede atraer a jóvenes al sector con las condiciones actuales. Blanco criticó que la patronal solo quiera hablar de un "incremento salarial mínimo, que no es acorde a la realidad actual", especialmente en un contexto de pérdida de poder adquisitivo generalizada. Los trabajadores se sienten abandonados y sin futuro profesional.

La Xunta, señalada por su inacción

Como primer paso para visibilizar la protesta, las tres organizaciones han convocado una manifestación para el próximo lunes, 10 de noviembre. La marcha partirá a las 11:00 horas de la estación de autobuses de A Coruña y concluirá en Entrejardines, un punto neurálgico para las líneas de autobús de la ciudad. Los sindicatos definen esta movilización como una "advertencia simbólica" dirigida a la patronal, a la opinión pública y, muy directamente, a la Xunta de Galicia.

De hecho, los sindicatos han elevado el tono de sus críticas contra el Gobierno gallego. Ernesto López cuestionó el papel de la Xunta en un sector clave para la movilidad de Galicia. "O hay una mediación de la Xunta, o aquí alguien toma cartas en el asunto, o me parece que esto está más claro que el agua", exhortó el sindicalista. Le acusan de "no moverse" mientras las grandes empresas mantienen su postura de bloqueo.

Los representantes de los trabajadores vinculan directamente la precariedad actual con el modelo de concesiones autonómicas. López aseguró que el transporte de viajeros "está siendo desguazado desde hace un lustro", un hecho que relaciona con el fraccionamiento del sector a través de las UTE (Uniones Temporales de Empresas) y los lotes de concesiones. Consideran que tanto las grandes compañías como el propio Gobierno autonómico son responsables de esta degradación.

Los portavoces sindicales también rebatieron el habitual argumento empresarial sobre la falta de rentabilidad de algunas líneas. Cuestionaron el discurso de la patronal, recordando que "las empresas todos los años reciben un montón de subvenciones". Señalaron que el precio del billete está fuertemente subvencionado por la administración, y que, a pesar de ello, "se permiten el lujo de dejar a la gente tirada en las estaciones de autobuses", en referencia a servicios que no se cumplen.

El conflicto parece, por tanto, "servido" para el mes de diciembre. Los sindicatos insisten en que la pelota está en el tejado de la patronal y de la administración autonómica, a la que exigen una mediación real. Advierten que no dudarán en llevar la huelga hasta las últimas consecuencias si no se atienden sus demandas para actualizar un convenio obsoleto y dignificar las condiciones de los casi 2.000 trabajadores del sector en la provincia.

La manifestación del lunes será el termómetro para medir la fuerza del sector y el primer aviso de un invierno que se prevé complicado para la movilidad por carretera en A Coruña. Los usuarios, que dependen de este servicio público para su día a día, quedan a la espera de una negociación que lleva cinco años encallada.