ERE en ENCE: sin avances en la negociación, la celulosa amenaza con ejecutar los despidos planeados
No pinta bien la negociación para aflojar el plan de despidos que la pastera quiere ejecutar en sus fábricas de Pontevedra y Asturias. La reunión de hoy ha sido un fracaso. El último día para llegar a un acuerdo, el próximo 4 de diciembre.
La tensión en el complejo industrial de Lourizán va a aumentar muy probablemente. Lo que debía ser una jornada para acercar posturas entre la dirección de la compañía pastera y la parte social ha terminado convirtiéndose en un nuevo capítulo de desencuentro.
La última mesa de negociación celebrada este jueves para abordar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ha finalizado sin avances significativos, según han confirmado fuentes sindicales tras la negociación en MAdrid. La situación es difícil, no solo por la falta de entendimiento sobre los despidos, sino por el clima de conflictividad laboral que se respira en Lourizán, agravado por la fractura existente entre los diferentes colectivos de trabajadores.
Santiago Cerqueiro, portavoz del comité de empresa, ha sido tajante al valorar el resultado de la cita. A su juicio, la dirección persiste en una alarmante falta de información y transparencia que impide cualquier progreso real. Desde la representación de los trabajadores insisten en que las medidas planteadas por la compañía son improcedentes. Ante este escenario de parálisis, la plantilla de la fábrica de Pontevedra no descarta elevar el tono de sus reivindicaciones. Cerqueiro ha advertido, en declaraciones recogidas por Europa Press, que los empleados valorarán convocar nuevas movilizaciones que se sumarían a los paros intermitentes que ya han venido protagonizando en las últimas fechas para visibilizar su rechazo frontal a los recortes.
Sin embargo, la unidad de acción sindical no es absoluta en el grupo pastero. La crisis ha dejado al descubierto una evidente desunión en la plantilla, evidenciada por las críticas que los trabajadores de las oficinas centrales han vertido recientemente contra la huelga secundada por los operarios de la fábrica de Pontevedra. Además, la otra fábrica del grupo, la de Navia, en Asturias, no está en huelga. Mientras el personal de planta defiende la presión en la calle y el cese de actividad como herramienta de defensa, parte del personal administrativ ha mostrado su disconformidad con estas tácticas, generando un clima interno enrarecido que debilita el frente común ante la empresa en un momento decisivo para el futuro del empleo en la comarca.
La tecnología como argumento para el recorte
En el otro lado de la mesa, la empresa justifica la necesidad de este ajuste laboral basándose en números rojos y en un cambio de paradigma tecnológico. Ence ha comunicado que acumula cuatro trimestres de pérdidas consecutivas, una situación financiera que, según su argumentario, obliga a tomar medidas drásticas para garantizar la viabilidad futura. El plan diseñado por la compañía, denominado Plan de Eficiencia y Competitividad 2025-2027, no es una simple reducción de costes, sino, dice, una transformación estructural del modelo productivo.
El argumento central de la pastera para acometer estos despidos colectivos reside en la modernización. La dirección sostiene que la implementación de soluciones avanzadas de Inteligencia Artificial y la automatización de procesos operativos harán redundantes ciertos puestos de trabajo actuales. Según la documentación entregada a la comisión negociadora, las amortizaciones de empleos son la consecuencia inevitable de unas inversiones previas realizadas para digitalizar tareas. No obstante, la empresa asegura mantener su voluntad de diálogo para alcanzar un acuerdo que minimice el impacto traumático de las salidas.
Resulta paradójico que, mientras se negocia la salida de personal, la compañía saque pecho por sus inversiones millonarias en la comunidad gallega. De forma paralela al ERE, sigue su curso el proyecto Pontevedra Avanza, dotado con cerca de 120 millones de euros destinados a mejoras ambientales y operativas en la biofábrica. La empresa recuerda que en la última década ha inyectado 220 millones de euros en la planta de Lourizán, 75 de ellos en el último lustro, un dato que utilizan para reafirmar su compromiso con Galicia a pesar de los recortes de personal planteados en las oficinas y la fábrica.
Ultimátum en Asturias y crisis sectorial
El conflicto no se limita a la geografía gallega, aunque las dinámicas son diferentes. En la planta de Navia (Asturias), la situación ha llegado a un punto de ebullición con un ultimátum de la dirección. La empresa ha advertido al comité asturiano que, si no aceptan las condiciones de prejubilación para 29 empleados antes del 4 de diciembre, aplicará un ERE que podría afectar a 97 profesionales. A diferencia de Pontevedra, donde la huelga ha sido la protagonista, en Asturias se había mantenido una vía de diálogo que ahora parece a punto de romperse por las discrepancias económicas en las salidas incentivadas.
Esta situación de inestabilidad laboral se enmarca en una crisis más amplia que afecta al sector de la celulosa a nivel global. La caída de los precios de la pasta de papel en los mercados internacionales, sumada al encarecimiento de la madera y los costes energéticos, ha provocado una tormenta perfecta para las empresas del ramo. No es un problema exclusivo de Ence, también lo padecen Altri y Navigator. La compañía presidida por Ignacio Colmenares está intentando capear el temporal mediante un adelgazamiento de su estructura que está encontrando una fuerte resistencia social, especialmente en su bastión gallego.
Con las posiciones tan alejadas, la fecha del 4 de diciembre se marca en rojo en el calendario. Ese día se celebrará una reunión que se antoja definitiva para el destino de decenas de trabajadores. La empresa ha puesto sobre la mesa ofertas de prejubilaciones, bajas incentivadas y posibles recolocacione para intentar suavizar el despido colectivo. Sin embargo, con los sindicatos gallegos en pie de guerra y la negociación en Asturias al borde del precipicio, el desenlace de este conflicto laboral parece lejos de resolverse de manera pacífica y pronta.
Concluye sin avances una nueva reunión por el ERE en Ence
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