Zara (Inditex), condenada tras despedir a una trabajadora por encontrar ropa de la tienda en su taquilla

La trabajadora, que acumulaba más de dos décadas de antigüedad en una tienda de Madrid, fue despedida tras un registro unilateral de su taquilla cuando estaba de baja. La dirección de la tienda encontró en su interior varias prendas con etiqueta de la marca y, al no poder la empleada justificar su compra, procedió a despedirla por supuesta apropiación indebida. Sin embargo, la acción de la empresa se llevó a cabo durante unas reformas en el local y sin informar a la empleada, que en ese momento se encontraba de baja. Esta forma de proceder fue considerada ilícita por el juez, invalidando la prueba obtenida.

La Justicia protege la privacidad frente a los protocolos de seguridad

El Juzgado de lo Social número 41 de Madrid y, posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, declararon el despido improcedente. La sentencia subraya que la empresa vulneró el derecho a la intimidad de la trabajadora al abrir su taquilla sin su consentimiento ni presencia. La dirección de la tienda, una mánager, una representante sindical y un jefe de obra participaron en la inspección, pero la falta de aviso previo a la trabajadora fue determinante para que el juez anulara la prueba encontrada.

El tribunal concluyó que la acción de la empresa fue desproporcionada y que la prueba obtenida no tenía validez legal, por lo que el despido carecía de fundamento. Como resultado, Inditex deberá elegir entre readmitir a la empleada y abonarle los salarios de tramitación o indemnizarla con un total de 98.243,72 euros, cifra que incluye los 90.742,72 euros por el despido improcedente y 7.501 euros por los daños morales ocasionados. Además, la condena impone a la empresa el pago de las costas del proceso. 

Una advertencia para el sector retail 

El desenlace de este caso no solo supone un revés económico para la multinacional, sino que también establece un importante precedente para todas las empresas.

Esta resolución judicial refuerza la doctrina de que las empresas, por mucho que necesiten proteger sus activos, no pueden vulnerar los derechos fundamentales de su plantilla. Aunque los hurtos internos son una preocupación constante en el sector, la Justicia ha dejado claro que cualquier control debe llevarse a cabo respetando la dignidad y la privacidad de los empleados. La sentencia recuerda a las compañías que, si bien tienen poder de dirección, este no ampara registros unilaterales en pertenencias personales, exponiéndose a la anulación de la prueba y a cuantiosas indemnizaciones por daños morales.

La sentencia, que ya es firme, deja a Inditex ante un dilema: readmitir a la trabajadora o abonar una indemnización notable. Está por ver si la empresa recurre, aunque perdió en primera instancia y ahora, según informa Confilegal ha perdido también en la ala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Sección Cuarta.