Leilía, el grupo pionero que sacó del olvido a las cantareiras y sembró el éxito de las Tanxugueiras (vídeo)
Hace casi medo siglo seis jóvenes decidieron recoger las cancones tradicionales y darles nuevo lustre. Se llamaban Leilía y su labor ha servido de puente entre los cantares otroras olvidados que hoy alimentan el boom de la nueva música gallega que encabezan las 'Tanxus'.
A finales de la década de 1980, la pandereta unió a seis mujeres —Ana, Rosario, Merchi, Montse, Felisa y Patricia— "tan diferentes como el día y la noche" en torno a un objetivo: rescatar del olvido a las pandereteiras, las voces de miles de mujeres gallegas que durante años habían estado "denostadas" y que fueron capaces de "salvaguardar" la música tradicional gallega.
Así nació Leilía, uno de los grupos de música de raíz más reconocidos del país, pionero y referente del folclore gallego, y que ahora, con la dedicación del Día das Letras Galegas a las cantareiras, siente reconocida, todavía más si cabe, su aportación.
"Somos absolutamente dispares. Pero lo que sí nos vinculaba era ese sentir la raíz", rememora Rosario que, junto a Felisa, charla con Europa Press. Reconoce lo "arriesgado" de apostar por una música que, hace 35 años, estaba "relegada a un segundo plano, a acompañar el baile".
"En eso fuimos muy valientes, igual estábamos un poco en la inopia", desliza; algo que en seguida matiza Felisa asegurando que lo que estaban era "con los pies muy en la tierra".
"Pensábamos que la gente tenía que conocer de dónde venía realmente esa música. Y que una vez que hiciésemos eso, podríamos seguir otros caminos", explica Felisa.
SU ÉXITO: "SUBIRSE AL ESCENARIO DEFENDIENDO LA PANDERETA"
Esa aventura comenzó años atrás gracias a las recogidas que hacían, ya de muy jóvenes, Felisa y Montse, que acudían a casas de aldea donde sabían que alguna mujer cantaba o tocaba para preguntarles por sus cantigas y poder aprenderlas —como más tarde haría la musicóloga suiza Dorothé Schubarth y el filólogo gallego Antón Santamarina—.
Rosario y Felisa rememoran las recogidas muy emocionadas. Aquellas reuniones no solo le mostraron a las familias una versión de sus madres, tías y abuelas que no conocían; también las propias mujeres se redescubrieron aprendiendo y compartiendo cuando "ya pensaban que aquellos tiempos no iban a volver".
"Pero veíamos que en aquellas cintas de grabaciones quedaban muchísimas melodías y ritmos que no volvían a salir a la luz. Entonces decidimos que a eso había que ponerle remedio", relata.
Así, lo que empezó como una quedada los domingos acabó convirtiéndose en Leilía, con un primer trabajo discográfico que las colocó en el foco cultural. "Ser capaces de subirnos a los palcos defendiendo la música tradicional fue una apuesta valiente", apunta Rosario.
"GALICIA YA SE RECONOCE EN LA MÚSICA DE RAÍZ"
"Ahora estamos en un momento muy bonito de la música gallega", celebra Felisa. "Todos formamos parte de lo que hoy vivimos: desde nuestras tatarabuelas hasta Tanxugueiras", destaca, refiriéndose al resurgir de la cultura popular.
Esa escalera, aseguran, "solo puede subir", algo que comprueban en escuelas donde "los niños aprenden canciones tradicionales y van a clase con panderetas". "Los futuros padres están identificados con lo nuestro", subraya Felisa.
LAS CANTAREIRAS, "POETAS ANÓNIMAS, POETAS DEL PUEBLO"
Sobre la elección de homenajear a las cantareiras este año, Rosario las define como "poetas anónimas que en cuatro versos encerraban historias de su día a día". Felisa, por su parte, confiesa: "Soy quién soy gracias a todas esas mujeres".
Con emoción, ambas cierran una conversación que no es solo su historia, sino la de miles de voces que, gracias a Leilía, siguen vibrando en el alma de Galicia.
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